El 14 de este mes se llevó a cabo la beatificación del Cura Brochero, emblemático pionero de la promoción de la comunidad de Traslasierra, en Córdoba.
En diciembre de 2012, el papa Benedicto XVI firmó la autorización para que el padre José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914) sea beatificado. La celebración será el 14 de septiembre en Villa Cura Brochero, a 140 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en el Valle de Traslasierra.
La Iglesia cordobesa comenzó el camino hacia la beatificación en la década del ‘60. En 2000, un niño de 11 meses sufrió un grave accidente viajando a Villa Cura Brochero. Sus padres le pidieron al beato que intercediera para su salvación, y hoy tiene 13 años. En mayo de 2012 una junta médica del Vaticano concluyó que la recuperación no tenía explicación científica.
Evangelización y promoción humana
Conozco a Brochero desde hace años, y pude experimentar su presencia y su mensaje. Sus restos descansan en una bóveda ubicada dentro de la iglesia Nuestra Señora del Tránsito, conectada con el Museo Brocheriano. Al final de cada misa, son venerados por una procesión de serranos y peregrinos. Brochero sigue estando presente a un siglo de su muerte.
Es que este sacerdote vivió activamente procurando mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Traslasierra, realizando un permanente esfuerzo tanto por la evangelización como por la promoción de la persona. Brochero se encontró con una gran pobreza y desolación en el oeste cordobés. ¿Cómo evangelizar en un radio de 120 kilómetros, con limitadas vías de comunicación? Su gesta evangelizadora tuvo dos aspectos: salir al encuentro de cada serrano, viajando kilómetros sobre su imprescindible mula malacara, y ofrecer la realización de los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Avanzó hacia las fronteras, “de tal manera que la unción llegue a todos, también a las ‘periferias’, allí donde nuestro pueblo fiel más lo espera y valora”, señaló el papa Francisco el 28 de marzo de este año a propósito de su beatificación.
Brochero había conocido los ejercicios en su estada en Córdoba. Imaginó que la fuerza de ocho días de retiro espiritual, una vez al año, sería una fuente de conversión para los habitantes de su curato. Fue persuadiendo persona a persona de ir durante tres días, a lomo de mula, cruzando las Altas Cumbres hasta Córdoba, para practicar los ejercicios. Más tarde, Brochero encaró la construcción de la Casa de Ejercicios Espirituales próxima a la iglesia de Villa del Tránsito. Se construyó con materiales de la región y estuvo a cargo de los propios serranos.
La evangelización vino de la mano de la cultura del trabajo. Entre 1877 y 1914, la Casa registró más de 70 mil asistentes. Por supuesto, Brochero además realizó y promovió el surgimiento de una decena de capillas y templos. También construyó escuelas, porque sabía que la educación era imprescindible para los habitantes marginados. Reclamó a los gobiernos nacional y provincial por edificios escolares y no dudó en pedir audiencia con funcionarios como Miguel Juárez Celman o Ramón Cárcano, el Perito Moreno e Hipólito Yrigoyen. En 1880 inauguró una nueva construcción realizada con su gente, el Colegio de Niñas, en la misma manzana de la Casa de Ejercicios (hoy Museo Brocheriano) y la iglesia.
No se quedó en el asistencialismo; por el contrario, estimuló el progreso de los serranos, induciéndolos a la disciplina, vida sana, educación y trabajo, enseñándoles capacidades agropecuarias y en la construcción. En cuanto a los pobres y enfermos, siempre fue generoso en su asistencia, tanto en dinero como en tiempo. No hizo distinciones: si bien tenía fuertes contactos con prominentes hombres de gobierno de la época, no dudó en reunirse en su escondite de las sierras con el montonero Santos Guayama, y lamentablemente no pudo impedir que fuera fusilado por parte del Ejército nacional.
Desarrollo económico y social
Sus biógrafos Ramón Cárcano, Efraín Bischoff, Del Forno y Burbridge en la actualidad, entre otros, lo describen como un hombre que puso mucha energía para lograr el desarrollo regional del oeste cordobés, al tiempo que impulsó una gran obra evangelizadora Al respecto, es imperdible el Canto Brocheriano de Carlos Di Fulvio.
Brochero sabía que sin caminos y comunicaciones con la capital provincial no habría desarrollo económico ni cultural para su región. Por eso promovió la construcción de más de 200 km de caminos, uniendo las localidades de todo el curato: 66 caminos vecinales entre los que se destaca la Cuesta de Altautina, que une Villa Cura Brochero con Villa Dolores, y el largo camino carretero que comunica Villa de Soto con Villa Dolores.
También logró el diseño y la construcción parcial del antiguo camino de las Altas Cumbres para conectar su curato con Córdoba, en el conocido como “de la herradura”, hoy señalizado como Camino Brocheriano. Organizó a los pobladores para construirlo, incluyendo puentes de piedra que aún hoy se conservan. El trabajo culminó en 1915 luego de su muerte, a cargo de su amigo y gobernador Cárcano. Brochero implementó además el correo a caballo y el telégrafo, y logró la instalación de un sucursal del Banco de la Provincia.
Las obras de riego fueron otras de sus prioridades, por la necesidad de llevar agua a las chacras. Si bien no pudo realizar los dos diques que soñaba, el de Jaime y el de Ambul, construyó otras obras de irrigación como el acueducto Los Chiflones en el río Panaholma, el dique y los canales de agua en Chaves, el canal de riego en La Gloria y la toma de Aguirre. Con estas obras se logró mejorar el comercio y la industria local.
Sin dudas una de las obras más soñada por Brochero fue el proyecto del ferrocarril de Traslasierra, que hubiera unido Villa Dolores con Villa de Soto, para transportar las riquezas agropecuarias, forestales y mineras de la región. Desde 1905 llevó a cabo infructuosas e incesantes gestiones con distintas personalidades, pero la obra no se hizo.
No quedan dudas de que Brochero promovió el desarrollo regional y el empleo, el desarrollo humano, social y económico, siempre sinónimos de evangelización, porque a la vez que predicó el Evangelio trabajó por la promoción humana.
Con la gracia de la pasión
Brochero tuvo la humanamente difícil gracia de sobrellevar, en sus últimos seis años, la prueba de la enfermedad, pues se contagió lepra visitando enfermos, lo que lo sumergió en el aislamiento social. Además, la ceguera avanzó fuertemente desde 1910. La muerte lo encontró el 26 de enero de 1914 en la pobreza total, acompañado de un sacerdote asistente, en un final con algunas similitudes al de san Francisco de Asís.
Fue un modelo de vida cristiana para sacerdotes y también para laicos. El hecho de haber desempeñado su ministerio sacerdotal en un relativamente desconocido rincón de la geografía argentina probablemente haya limitado el conocimiento de su vasta obra evangelizadora y humana. Como señaló el papa Francisco en la citada misa crismal, un “pastor según el corazón de Dios, quien fue ungido para ungir al pueblo fiel, un verdadero pastor con olor a oveja”.
1 Readers Commented
Join discussionEsta persona, este Cura, fue, y es, verdaderamente extraordinario y merece este reconocimiento que le llega después de comprobados los milagros que produjo Dios, Nuestro Señor, por su intersección. ¡Que el Padre Brochero ruegue a Dios por todos nosotros y nos bendiga!
Alberto José Arias