lost-season1Las series de televisión han multiplicado su público en las últimas décadas. Actores y directores de cine también se han volcado a ser parte de producciones de calidad en la pantalla chica, aumentando a su vez su popularidad.

Las series de televisión fueron consideradas, desde el inicio, como productos pequeños, que exigían poca producción; eran historias simples que sólo servían como compañía de los fines de semana. Pero esa concepción hoy ha cambiado radicalmente. En los últimos diez años, las series televisivas comenzaron a ganarle terreno al cine y se convirtieron para el gran público en lo que representaban las novelas del siglo XIX en su versión de folletín: la posibilidad de brindarle al espectador (el lector de ayer) el desarrollo en etapas de una buena historia. Hagamos un breve repaso acerca de este fenómeno y veamos algunos títulos que cambiaron la forma de este producto que la tevé ofrece actualmente.

Desde el nacimiento de la televisión, los actores y directores usaron este medio para, entre otras cosas, dar el salto a la pantalla grande. Existían claras diferencias entre un actor de cine, uno de teatro y otro de televisión. Algunos ejemplos: Robin Williams, con la serie Mork and Mindy, David Carradine con Kung Fu, George Clooney con E.R: Emergencias o Bruce Willis con Moonlighting triunfaron primero en el formato televisivo para pasar luego, y con gran éxito también, al cine.

En 2004, sin embargo, las cosas empezaron a cambiar. El director J. J. Abrams creó una historia para la televisión que empezó a atrapar a miles de personas en el mundo: nos referimos a la serie Lost, donde un grupo de sobrevivientes de un accidente aéreo enfrentan los problemas que implica permanecer en una isla que no aparece en los mapas. La trama presentaba, además, elementos de ciencia ficción que daban un plus al espectador. A raíz de la creciente popularidad de la serie, comenzaron los debates entre los televidentes, que construían tramas posibles antes de saber qué iba a suceder; en las charlas de café era común escuchar a un grupo de personas debatir sobre los sucesos del último episodio. Se editaron libros que hablaban sobre “las señales de Lost” o “los misterios de Lost”. Y, en este caso, los actores no fueron los que cobraron mayor notoriedad luego de la finalización de la serie, sino su director: consiguió más de una película para dirigir y varias historias para llevar a la televisión.

Otra de las series clave por su originalidad fue 24. Con un formato innovador, el espectador presenciaba la acción “en tiempo real”: cada episodio de una hora representaba una hora continua de acción de la trama. Cada temporada (compuesta por 24 capítulos) conformaba así un día completo. Las sucesivas temporadas (si bien guardan una relación temporal y fáctica) no eran sucesivas, sino que relataban eventos cronológicamente distantes. Perduró nueve años en pantalla con un gran éxito para su protagonista, Kiefer Sutherland.

Los productores y guionistas de la industria del cine se dieron cuenta del fenómeno que se estaba generando con las series que trascendían la pantalla y se continuaban en otros productos culturales, por ejemplo, con videojuegos. Por este motivo empezaron a apostar por historias con mayor producción y, a la inversa de lo que venía sucediendo, decidieron contratar estrellas ya consagradas en el cine para dar vida a los personajes de la televisión.

Boardwalk Empire es un ejemplo de una gran producción de época y de la contratación de dos estrellas del cine. Una delante de las cámaras, Steve Busemi, quien cuenta con más de cien participaciones en películas y otra detrás de cámara, y con Martin Scorsese (Buenos muchachos, Casino) como productor ejecutivo. La historia transcurre finalizada la Primera Guerra Mundial, con Wall Street a punto de explotar. Es una época de cambios: las mujeres obtienen el derecho al voto, la radio llega a los hogares y los jóvenes gobiernan el mundo. Atlantic City (Nueva Jersey) es un lugar en el que sólo se respetan las reglas impuestas por Enoch “Nucky” Thompson (Steve Buscemi). La historia se inspira en la obra homónima de Nelson Johnson: una de mafiosos, como nos tiene tan bien acostumbrados Scorsese. También hay series como Spartacus o Game of Thrones que ofrecen una puesta en escena y un nivel de producción de cada capítulo a la altura de una película de Hollywood.

Otro ejemplo fundamental es The Walking Dead. Esta serie, como tantas otras creadas en los últimos años, está basada en un comic. La trama sigue a un grupo de humanos supervivientes a una mutación mundial de zombies, comandados por el policía Rick Grimes, encargado de buscar un lugar seguro en el que poder vivir. A partir de esta premisa se va desarrollando la ficción que más adeptos tiene en el mundo hoy en día. Es una historia de personajes que van cambiando y transformando sus personalidades y sus relaciones. Tal es la influencia de esta serie que reflotó el género para las películas de adultos y de chicos.

Por otra parte, un soporte clave con el que cuentan las series de televisión en este siglo XXI es internet. Las redes sociales permiten el seguimiento diario de noticias relacionadas con la programación, además de la posibilidad de mirar online todos los episodios, una y otra vez, más allá de que continúen emitiéndose en el formato tradicional.Este es un punto clave para entender por qué hoy cada vez más el público se vuelca a las series. La televisión permite generar en el espectador un alto nivel de empatía con estos personajes y desarrollar con profundidad la trama; el escenario ha cambiado y los que están en el cine ahora quieren pasar a la televisión o volver a ella. Los motivos son claros: las productoras pagan muy bien, los personajes a interpretar ofrecen la posibilidad de una mayor composición y, por último, no hay que olvidar que la televisión torna más popular a quien pase por ella.

Jessica Lange es un buen ejemplo. Para los más jóvenes no era una estrella conocida (pese a haber protagonizado películas importantes), pero su participación en la serie American Horror Story cambió la situación y la acercó a un nuevo público.

Como broche final, vale la pena nombrar algunas series que se estrenarán el próximo año y que serán protagonizadas por figuras del cine: The Crazy Ones, con Robin Williams; The Comedians, con Billy Crystal; una nueva temporada de American Horror Story, con Jessica Lange y la incorporación de Kathy Bates; Masters of Air, con Tom Hanks, producida por Steven Spielberg; y The Michael J. Fox Show, con el regreso a la pantalla chica del actor de Volver al Futuro. Estos son sólo algunos de los ejemplos de lo que se viene en el formato televisivo. Porque, como bien afirma el dicho popular, siempre se vuelve al primer amor.

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  1. Muy buena nota. El tema me resultó interesante y me despertó por volver a ver series.

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