Francisco, el Papa del pueblo (La primera biografía del hombre que quiere cambiar la Iglesia), de Mariano de Vedia, publicado por Planeta, recorre la vida personal y pastoral del actual pontífice.
Escrito de carrera contra el tiempo, según afirma el autor, el libro Francisco, el Papa del pueblo configura una amena y muy bien documentada biografía del nuevo Papa, quien siempre fue reacio a las entrevistas y a referir su historia personal: “Austero y porteño de pura cepa –escribe de Vedia–, el obispo jesuita rehuyó desde el comienzo el protagonismo mediático y mostró que es enemigo de la notoriedad pública”. Siempre creyó más en la cercanía concreta con las personas y en el poder del testimonio de vida.
En sus diez capítulos, la obra recorre la vida de Francisco desde la infancia en el barrio de Flores hasta el presente, pasando por sus lecturas (Fedor Dostoievski, Alessandro Manzoni, Leon Bloy, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal y, de manera especial, el Martín Fierro de José Hernández; además de los testimonios de vida del cardenal vietnamita Francois Xavier Van Thuan y las reflexiones de Carlo M. Martini). También refleja sus afinidades políticas no ajenas al peronismo, la pasión por el club de fútbol San Lorenzo y por la poesía del tango; la decisión de ser sacerdote y jesuita, sus años de superior de la Compañía en la Argentina, su labor como obispo auxiliar primero y como arzobispo de Buenos Aires y cardenal de la Iglesia después.
El autor intenta abordar las diferentes facetas de un hombre reservado y múltiple, capaz siempre de sorprendernos cuando descubrimos sus incontables contactos: con líderes religiosos y políticos, con personas de la cultura y de las más diferentes ideologías, pero sobre todo con los humildes, con la gente de la calle y de las villas de emergencia (donde alentó constantemente la presencia de sacerdotes y catequistas).
El libro está dedicado al padre del autor –un ejemplo de profesional del periodismo y cristiano comprometido– y transmite un cordial acercamiento a la personalidad de Jorge Mario Bergoglio, a quien también Bartolomé de Vedia había tratado.
Desde la primera cita, cuando Francisco dice a los 114 cardenales electores “que Dios los perdone por lo que acaban de hacer”, el estilo de la biografía es coloquial y transparente, accesible para cualquier lector interesado por conocer más de cerca al actual pontífice.
Después de señalar que, en 1992, “la designación de un obispo jesuita causó sorpresa entre los porteños”, porque “pese a que ya existía el antecedente de monseñor Joaquín Piña, también jesuita y nombrado en 1986 obispo de Puerto Iguazú, en la provincia de Misiones, muchos se preguntaron si el Papa podía asignar una diócesis al religioso de una orden o congregación”. Inmediatamente Mariano de Vedia recuerda que, entre 1926 y 1935, fue arzobispo de Buenos Aires un franciscano, fray José María Bottaro.
Luego describe el estilo pastoral de Begoglio a través de una de sus tantas expresiones: “Esta noche, cuando hagamos el examen de conciencia, miremos la cerradura de nuestro corazón a ver qué llave impide la entrada del Señor. Algunos dicen: no, no tengo llave. Fijate cómo está el timbre. ¿Lo tenés desconectado, que el Señor llama y no pasa nada? ¿Qué pasa en tu corazón? Dejá que el Señor entre…”.
Francisco es un pastor austero, trabajador, entregado por igual a la oración contemplativa, al estudio y a la acción, de inusual inteligencia y de férrea voluntad. Hoy es un Papa que ha despertado admiración y cariño en medio mundo al presentarse tal como es, y decidido a llevar a cabo profundas transformaciones en la Iglesia. El libro en cuestión es una oportuna propuesta para acercarse a la figura de Francisco.
