El nombre de Francisco no sólo es nuevo en la historia del papado, sino un ejemplo por tres santos: Francisco de Asís, Francisco Javier y Francisco de Sales. Como arzobispo de Buenos Aires, una de las grandes preocupaciones del Papa fue “la trampa de la clericalización”. El período que ha comenzado el 11 de febrero y ha concluido el 13 de marzo será un mes histórico para la Iglesia. Es el comienzo del tercer milenio, que arrancó con la fiesta de la Virgen de Lourdes y concluyó en la inauguración del papado de Francisco el 19 de marzo, fiesta de San José, patrono de la Iglesia universal. A mi juicio, la renuncia de Benedicto XVI y la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio como obispo de Roma, y por lo tanto Papa, son dos acontecimientos que bien pueden ser considerados como inspirados por el Espíritu Santo, como lo fue en su momento la convocatoria al Concilio Vaticano II por Juan XXIII.

El editorial del mes de marzo de Criterio –“Los caminos que abre una renuncia”– ha querido interpretar una conducta totalmente original. De aquí en más, todo papa que llegue a la ancianidad discernirá si sus fuerzas físicas, psíquicas y espirituales le permitirán ejercer la misión con lucidez, o querrá cumplir hasta la muerte su mandato aunque el pastoreo quedara en manos de la curia. Estamos frente a una novedad muy importante.

La elección del arzobispo de Buenos Aires como nuevo obispo de Roma contiene varias novedades. Por orden de importancia señalaría que es la primera vez que el Papa no proviene de Europa. Los 500 años de evangelización en América han sido considerados, a mi parecer, como una colonia eclesial dependiente de Europa. La elección de un arzobispo latinoamericano que proviene “del fin del mundo” marca el reconocimiento de la madurez de la Iglesia en Latinoamérica y el Caribe, como lo demuestran las conferencias episcopales de Río de Janeiro, Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida. En adelante pienso que viviremos con más autonomía y más comunión con Roma.

Francisco es el primer Papa jesuita. Una orden totalmente original en su creación en el siglo XVI, y que desde el comienzo marcó con su sello la evangelización de América y de Oriente. Y por último, Francisco es un nuevo nombre. Atreverse a elegir un nuevo nombre es un signo de madurez y de visión del futuro. ¿Qué significado puede tener la decisión del cardenal Bergoglio de adoptar el nombre de Francisco?

***

La primera respuesta ha sido evocar la figura de san Francisco de Asís. Nuestro ex arzobispo no cejó un instante de denunciar la exclusión. Francisco tuvo un encuentro fuera de los muros de Asís con un leproso –excluido de la ciudad– a quien, bajándose del caballo, le besó la mano. Fue el momento decisivo de su conversión. Los excluidos de nuestros tiempos son múltiples, pero entre ellos podemos señalar el tráfico de la droga, la trata de mujeres, la prostitución de niños y niñas, la falta de trabajo, los que viven en la calle y tantos más. La exclusión no es sólo la pobreza, es la negación de la dignidad de las personas, imagen y semejanza de Dios.

Para ilustrar la visión de Francisco de Asís nada mejor que escucharlo: “No debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino más bien sencillos, humildes y puros. Nunca debemos desear estar por encima de los demás, sino, al contrario, debemos, a ejemplo del Señor, vivir como servidores y sumisos a toda humana criatura, movidos por el amor de Dios. El Espíritu del Señor reposará sobre los que así obren y perseveren hasta el fin”.

Como buen jesuita, Bergoglio tiene también en su corazón a san Francisco Javier. En 1541 fue a evangelizar a la India y el Japón, y luego de diez años fallece en una isla de China. Dice en una carta: “Muchos, en estos lugares, no son cristianos, simplemente porque no hay quien los haga tales. Muchas veces me vienen ganas de recorrer las universidades de Europa, principalmente la de París, y ponerme a gritar por doquiera, como quien ha perdido el juicio, para impulsar a los que poseen más ciencia que caridad”. Bergoglio estuvo al frente de la comisión redactora del Documento de Aparecida,cuya introducción dice: “La acción evangelizadora de la Iglesia, llamada a hacer de todos sus miembros discípulos y misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida”. Pienso que la enorme riqueza de dicho Documento va a ser una fuente de inspiración para el papa Francisco, porque siempre sostuvo entre nosotros que había que salir al encuentro de los alejados. Ser discípulos y misioneros.

Por último, quiero traer a otro Francisco, san Francisco de Sales. Su Introducción a la vida devota es la carta magna de la espiritualidad laical. Escuchemos: “La devoción se ha de ejercitar de diversas maneras, según que se trate de una persona noble o de un obrero, de un criado o de un príncipe, de una viuda o de una joven soltera, o bien de una mujer casada… ¿sería lógico que los obispos quisieran vivir entregados a la soledad, al modo de los cartujos; que los casados no se preocuparan de aumentar su peculio más que los religiosos capuchinos; que un obrero se pasara el día en la iglesia, como un religioso…? Una tal devoción ¿por ventura no sería algo ridículo, desordenado e inadmisible?”.  A fines de 2012 Bergoglio respondió a una entrevista de AICA. Una de las preguntas fue: ¿Cómo ve a los laicos en la Argentina? Parte de la respuesta es lo siguiente: “Hay un problema, lo dije otras veces: la tentación de la clericalización. Los curas tendemos a clericalizar a los laicos. No nos damos cuenta pero es como contagiar lo nuestro. Y los laicos –no todos pero muchos– nos piden de rodillas que los clericalicemos porque es más cómodo ser monaguillo que protagonista de un camino laical. No tenemos que entrar en esa trampa, es una complicidad pecadora. Ni clericalizar ni pedir ser clericalizado”.

Francisco de Asís no quiso ser sacerdote. Francisco Javier aceptó ser enviado como misionero. Francisco de Sales fue un antecesor del capítulo 5 de Lumen Gentium titulado “Universal vocación a la santidad en la Iglesia”. El nombre de Francisco no sólo es nuevo en la historia, sino un ejemplo por los tres santos evocados. La Iglesia tiene sed de ejemplaridad, de sencillez, humildad y pureza. Demos gracias al Señor por abrir las puertas a un nuevo tiempo de salvación.

13 Readers Commented

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  1. Pablo on 7 abril, 2013

    La frase «…Por orden de importancia señalaría que es la primera vez que el Papa no proviene de Europa…» es errónea. Obviamente que a habido otros papas que no provenían de Europa. En todo caso podrá decirse que hace siglos que no sucedía, pero no que es la primera vez. (Ver por ejemplo: http://ec.aciprensa.com/wiki/Nacionalidad_de_los_Papas)

    • Martín Lagos on 8 abril, 2013

      El lector debe referirse a algunos papas anteriores al año 500 nacidos en Asia Menor. A decir verdad, la cultura greco-romana que es base de lo que hoy llamamos «Europa» iba entonces – como hoy – mucho más allá de los límites que la geografía moderna le pone al territorio de Europa. Desde este punto de vista los papas nacidos en Asia Menor eran «europeos», pero también lo sería el Cardenal Bergoglio, nacido fuera de la Europa geográfica, pero la cultura europeizada de Buenos Aires. También lo hubiera sido un papa brasilero, canadiense o norteamericano. Distinto hubiera sido el caso de un papa nacido en el corazón del África o descendiente de un pueblo originario de América o proveniente del Asía oriental.

  2. Graciela Moranchel on 8 abril, 2013

    La «no clericalización» del laicado no debe implicar, de ningún modo, que los laicos dejen de reflexionar, de opinar y de intervenir activamente en los problemas y cuestiones «intra» eclesiales, los cuales deben pensarse y resolverse «entre todos» los miembros del Pueblo de Dios, jamás por el clero sólo. Muchas veces la jerarquía eclesiástica, con el discurso remanido de «no clericalizar» al laico, lo único que pretende es alejarlo de toda posibilidad de decidir u opinar sobre cuestiones pastorales o del gobierno de las comunidades, limitando su accionar al «mundo» familiar o político-social. Dicha actitud es marginadora, porque circunscribe su campo de acción a un sólo aspecto de la realidad, cuando somos «los mismos laicos» quienes tenemos que decidir en que ámbito desarrollaremos nuestra misión cristiana, según nuestros propios carismas, deseos y posibilidades.
    Por otro lado, ¿acaso el clero y los religiosos no cumplen su función también en el mundo?
    Comprender la Iglesia como Pueblo de Dios implica intercambio de servicios dentro y fuera de la institución eclesial. Lo contrario genera dualismos entre Iglesia y mundo inadmisibles en una comprensión correcta de lo que significa la misión del laico en el mundo actual.
    Saludos cordiales,

    Graciela Moranchel
    Profesora y Licenciada en Teología Dogmática

    • Pedro Gorondi on 8 abril, 2013

      Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Graciela Moranchel, por más que no soy teólogo, sino master en filosofía y doctor en sociología. Felicitaciones, Graciela (también por muchos de tus comentarios a otros artículos de Criterio.
      Pedro Gorondi

      • Graciela Moranchel on 12 abril, 2013

        Gracias Pedro Gorondí.Tus aportes desde la filosofía y la sociología serán muy bien recibidos! Saludos cordiales, Graciela

  3. Dr. Daniel Roggero on 8 abril, 2013

    ESTIMADOS LECTORES: Lei el articulo del Padre Braun. Creo que el nombre «Francisco» es un programa de accion para el Papa y un notable llamado de atencion para todos los laicos. Salir de las iglesias para construir la Iglesia. Propuesta y desafio. Don y tarea. ABRAZO FRATERNAL. D

  4. luis alberto martinez on 8 abril, 2013

    Maravilloso tema, volvemos a los nombres y su connotacion como en la biblia, el nombre encierra toda una mision y esta es Eclesial, me alegra sobre manera lo relacionado con la costumbre de los curas clericalizar a los laicos y lo que es peor que los laicos lo pidamos de rodillas, esto es una gran falle que manifiesta la ignorancia de nuestro discipulado y mision desde la propia ondicion y uncion de cada bautizado. FelicitaCIONES, ESPERO que tanto clerigos como laicos seamos concientes de nuestra mision en unidad que tenemos n la Iglesia pueblo de Dios.

  5. felipe yofre on 8 abril, 2013

    Excelente nota, por sobre todo en el desarrollo de «las vidas paralelas» de los tres San Francisco, tan ilustrativa para la comprensión del nuevo Pontífice. También que haya acentuado el tema de la «clericalización» como subterfugio para eludir las obligaciones que la caridad conlleva.Gracias Braun, excelente pluma.

  6. MARTIN DOMENICONE on 8 abril, 2013

    Excelente y profundo artículo.
    La prédica de Francisco sobre el desapego a la materialidad propone un conflicto severo con la sociedad de consumo y con sus epígonos. ¡Escándalo en la industria del shopping, de la superficialidad y de la frivolidad!
    Su prédica contra la corrupción finalemnte lo enfrentará a gobernantes afectos a quedarse con los recursos públicos ya sea para sí o para destinarlos al circo que les asegura continuidad en el poder. También enfrenta a quienes aceptan cargos para los que no están preparados, que es la forma más sutil y corrosiva de la corrupción.
    Se renueva el desafío a los laicos: poner los talentos al servicio de la Viña.
    Que el Señor te bendiga y te mantenga en su mano, Francisco.

  7. Susana Ravalle on 8 abril, 2013

    que el Papa Francisco pueda evitar el avance de un Estado totalitario en Argentina. El gob. nacional está apropiándose de recursos materiales, financieros.. pero sobre todo, está robando el futuro a los jóvenes. Desmantela cerebros, fomenta el pensamiento irracional y estimula el fanatismo. Además de debilitar la cultura del trabajo y esfuero que dan dignidad al ser humano.

  8. MARIA ROSA OREGLIA on 9 abril, 2013

    Excelente nota del Padre Braun!!!!Me encantó la convergencia entre los 3 Franciscos y el aporte que esto significa en la vida del nuevo Papa.Y muy esclarecedor el comentario sobre San Francisco de Sales:»…La devoción se ha de ejercitar de diversas maneras, según que se trate de una persona noble o de un obrero, de un criado o de un príncipe, de una viuda o de una joven soltera, o bien de una mujer casada…» y el pensamiento del Papa Francisco sobre esto:la tentación de la clericalización …tan claro sobre lo que no debemos hacer.
    Gracias Padre Braun

  9. Juan Carlos Lafosse on 9 abril, 2013

    Un excelente artículo, que hace presente el pensamiento del Papa sobre la pobreza y la exclusión en términos bien concretos. El relato de la conversión de San Francisco muestra lo esencial de la compasión en el cristianismo, cuyo centro es la caridad.

    Cuando el cardenal Bergolio eligió llamarse Francisco dejó claro que su preocupación central es «acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños; esos que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado». Me impresionó especialmente su llamado a “custodiarnos” mutuamente, a actuar como prójimos y no como individuos egoístas.

    También muestra en forma excelente el pensamiento del Papa Francisco que diferencia una ONG caritativa de la Iglesia y valora todas las riquezas que aporta cada uno de sus miembros, curas y laicos, en comunión de vida.

    Hace muchos años que he rezado para que tuviéramos un Papa que se llamara Francisco, es el momento de hacerlo para que todos podamos, como San Francisco, reconocer al “otro”, compadecernos, convertirnos y acompañar al Papa en esta etapa de crecimiento que necesita la Iglesia.

  10. Graciela Moranchel on 12 abril, 2013

    El Papa Francisco aclaró que la elección del nombre se debió a su atracción especial por la figura de San Francisco de Asís. Como dijo otro comentarista, ello implica todo un programa de vida y de pontificado. Nada menos que ¡el Evangelio y el mismo Cristo «hechos verdaderamente carne»! Este símbolo debería impulsar a nuestro Papa y a todos los fieles a repensar y a renovar nuestra fe, a fin de que la misma no termine siendo una mera «creencia», un cúmulo de dogmas y cuestiones morales para aprender de memoria y cumplir de modo aséptico, sino una adhesión esencial a la Persona de Cristo Resucitado, vital, comprometida,amorosa y para siempre.
    Saludos cordiales,

    Graciela Moranchel
    Profesora y Licenciada en Teología Dogmática

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