“Los argentinos podemos resolver los problemas sin arrancarle la vida a un inocente antes de que pueda defenderse”.¿Cómo resuelven un problema los sectores más autoritarios? Eliminando a los débiles. La política de violación de los derechos humanos que avergonzó a nuestro país, ha dejado profundas secuelas en la cultura argentina. Porque aun los sectores progresistas continúan con la misma lógica: resolver un problema de manera pragmática, aniquilando al molesto.

El primer derecho de los humanos

Aparentemente nuestra sociedad creció en el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales. Pero el derecho a la vida es el más elemental. Si se lo niega, se debilitan todos los demás. Si aparece alguna excusa para eliminar una vida humana inocente, siempre aparecerán razones para quitar del juego a un ser humano que molesta.

Es decir, si afirmamos que no se puede matar a un ser humano cuando tiene más de tres meses, pero sí cuando tiene unas horas menos, entonces siempre habrá algún argumento para borrar una vida humana: porque tiene alguna discapacidad, porque es demente, porque es anciano, porque es deforme, porque no sirve al sistema, porque es peligroso…

¿Por qué no? ¿Qué razón de fondo nos quedaría para defender una vida humana, más allá de las conveniencias pragmáticas?

Más allá de la apariencia

Debido a la pequeñez del embrión, que ni siquiera se ve, uno corre el riesgo de ignorar su valor. Muchos se inclinan a creer que es un pedazo de la mujer, una especie de víscera prescindible. Sin embargo, hay una diferencia inmensa: un órgano de la mujer tiene su mismo código genético, pero el embrión no. Es otro ser, distinto de un óvulo, distinto de la madre. Su código genético ya tiene todas las características que tendrá ese humano adulto nuevo y original. Sólo le falta desarrollarse. Por eso no puede ser extirpado como quien se opera de un tumor. ¿No es evidente que se trata de algo más? Siendo así las cosas, el aborto no es una opción que se vuelva lícita en determinadas circunstancias.

Mujeres que sufren

Sin duda tenemos que crecer mucho en el respeto a los derechos de las mujeres. La violencia doméstica y la discriminación laboral, por ejemplo, son hechos intolerables. Pero ese ser indefenso que está tratando de nacer también puede ser una mujer. Más allá de su pequeñez tiene todos los derechos humanos, porque es una vida humana nueva.

¿Puede la mujer adulta decidir libremente sobre la vida de esa otra mujer frágil que lleva en su vientre? Si la razón es que no piensa o no habla, ¿qué haremos con esos niños de diez años que por diversas razones tienen muy reducida su capacidad de razonar? Una madre que dio a luz a un hijo discapacitado podrá sufrir mucho, pero sabe que no puede superar su dolor asesinándolo. Las respuestas siempre tendrán que buscarse en otra parte, no en la muerte. La mujer violada es una víctima que enfrenta una angustia a veces atroz. ¿Pero vamos a eliminar su dolor convirtiendo en víctima a esa vida nueva que crece dentro de ella? Esa angustia no se sana convirtiendo al más frágil en la variable de ajuste, y no hay argumentos para que ese pequeño, tan humano como su madre, deba pagarlos errores ajenos. Él es un ser único, llamado a la vida, más allá de la forma como haya sido engendrado. También hay lugar para él o para ella. No es humano resolver un mal con otro mal, favorecer a un débil en contra de otro.

Las mujeres pobres

Hay un argumento que no se puede tomar a la ligera: se dice que, mientras las mujeres ricas pueden encontrar y pagar lugares donde abortar sin riesgos, no sucede lo mismo con las pobres, que así se ven expuestas a los mayores riesgos sanitarios. En este, y en cualquier otro contexto, necesariamente uno vuelve a preguntar si eso se resuelve mutilando y destrozando la vida de ese niño pobre que crece en el seno de su madre. Es razonable y humano que nos preocupe si ochenta mujeres al año mueren por aborto, pero también es razonable tratar de impedir que mueran miles de niños abortados. Por otra parte, hay que agregar que esta argumentación suele provenir de sectores acomodados que desconocen la cultura de la mayoría de las mujeres pobres. Para ellas los hijos son el mayor o el único tesoro, y no algo más entre muchas posibilidades mundanas. Eso explica que tantas mujeres pobres se desvivan trabajando para poder criar a sus hijos. Para ellas es particularmente trágico abortar, y generalmente lo viven como una profunda humillación, como una negación de sus inclinaciones más íntimas. Proponerles un aborto “público”, “oficial”, “socialmente reconocido”, no es solución, y probablemente muchas de ellas preferirán hacerlo de modo “clandestino”. Lo que la mayoría de ellas necesita es más bien que se las ayude y acompañe para no tener que llegar al aborto, que se las auxilie para que se vuelva innecesario eliminar un hijo. En este sentido, la asignación universal para embarazadas es sin duda un aporte importante, aunque insuficiente, ya que el apoyo que necesitan muchas veces es más que económico. Cabe reconocer que en este punto hemos avanzado muy poco, tanto en el ámbito público como en el privado y eclesial.

En este país tenemos recursos para todos. Si por diversos motivos una mujer no se siente en condiciones de criar al niño que ha engendrado, en nuestra patria hay familias dispuestas a brindarle apoyo y deseosas de hacerse cargo de esa nueva vida. ¿Por qué optar en la Argentina por la muerte cuando tenemos todo para apostar por la vida?

Otros atentados contra la vida

Es verdad que hay otras faltas de respeto a la vida. Por ejemplo, que los pobres no tengan planes privados de salud para acceder a una atención adecuada, o el estado de algunos hospitales, la violencia y la inseguridad, la mala alimentación de los niños indigentes, y tantas otras formas de desprecio a la vida humana. Pero si en lugar de enfrentar esos graves problemas sociales optamos por atentar contra la vida por nacer, no hacemos más que agregarle muerte a ese panorama sombrío. Nosotros somos capaces de apuntar más alto y de sostener un profundo respeto por la dignidad de los más débiles. Aunque no parezca la salida más pragmática, los argentinos podemos resolver los problemas sin arrancarle la vida a un inocente antes de que pueda defenderse. No es inofensivo abrir la puerta del aborto. Algunos lo festejan alegremente, pero una lógica de muerte sólo provocará más muerte y tristeza.

El autor es el rector de la Universidad Católica Argentina.

16 Readers Commented

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  1. Juan Carlos Lafosse on 17 diciembre, 2011

    Un excelente artículo, que demuestra comprensión del problema y especialmente de su realidad social y humana.

    Importante también porque brinda argumentos necesarios para la discusión pública, que deben ser racionales y apoyados en los derechos humanos, si queremos evitar la aceptación legal del aborto. Posiciones puramente religiosas difícilmente tengan eco en la sociedad.

    Además contiene la primera mención en la revista de la asignación universal para mujeres embarazadas, que efectivamente es importante, aunque insuficiente. Es solo un primer paso que, justo es decirlo, se complementa con un esfuerzo sostenido del Estado para lograr el reconocimiento y el respeto de los derechos de las mujeres.

    Sin duda cabe a toda la sociedad movilizarse para crear redes de protección para todos los que lo necesitan, como mujeres embarazadas y bebes por nacer, capaces de ofrecer contención y ayuda sin caer en actitudes paternalistas.

    En mi opinión solo falta mencionar en el artículo la importancia de la educación sexual y de la planificación familiar. Dos temas que son innecesariamente ríspidos dentro de la iglesia, pero que es inevitable plantear si se quiere defender la vida no nacida.

  2. Luis Alejandro Rizzi on 27 diciembre, 2011

    Lamentablemente el debate sobre el aborto gira en torno a trivialidades.
    Por ejemplo se dice que en los segmentos más pobres de la sociedad las prácticas abortivas son inseguras y clandestinas y muchas veces terminan con la trágica muerte de la mujer embarazada, por lo contrario ese riesgo disminuye casi al máximo en los sectores pudientes porque esas prácticas las realizan «profesionales» (sic)
    El aborto pareceráa que se justifica por razones económicas para poner en pie de igualdad a pobres y ricos. Argumento espantoso.
    También se lo justifica por cuestiones educativas, para igualar a cultos e incultos. Los «cultos» saben más de métodos anticonceptivos que los «incultos».
    Otro justificativo es «el hijo no querido» o la mujer vícitima de violación, ¿por qué obligar a ser padres de un hijo concebido contra la voluntad?
    En este caso el «aborto» parece más bien una venganza contra alguien absolutamente inocente, sería como aplicar la pena de muerte por sorteo….
    No quiero pensar en lo horrible de la violación, es dificil imaginarlo para quien nunca pasó por ese trance, pero no es más horrible aun matar a la víctima inocente….eso no es justicia.
    Pasa que hoy la vida parecería que es una bagatela…se acuerdan de aquel «western» italiano que comenzaba con esta leyenda «…Donde la vida nada vale…a veces la muerte tiene un precio…» y el aborto lo suele tener…a veces muy caro….
    Por último la descalificación, dias pasados en una discusión sobre este tema temrinó asi
    «Estas contra el aborto porque sos católico…!!!!
    Y el tema es que no estoy contra el aborto, estoy a favor de la vida…que es algo muy distinto

  3. Gabriel Julián Sus on 27 diciembre, 2011

    En muchos aspectos coincido con la visión, sin embargo, al igual que el comentario de Juan Carlos Lafosse, debería hablarse del tema de educación sexual; personalmente creo que todo embarazo no deseado debe ser evitado; muchas veces, erróneamente, se confunde a la educación sexual con la «pornografía», algo sumamente equivocado; es importante que los jóvenes conozcan el funcionamiento de los sistemas reproductivos masculino y femenino, lo que es la ovulación, la concepción, y sin lugar a duda conocer los diferentes métodos anticonceptivos. Con la profesora Martía Teresa Rearte coincido en algunos puntos; uno de ellos que solamente se habla de la mujer.
    Por último creo que las instituciones educativas católicas deberían cambiar su forma de accionar cuando una alumna soltera queda embarazada; en todos los casos se la expulsa cuando se debería hacer todo lo contrario, cobijarla; de esa manera no hacen otra cosa que alentar el aborto.

  4. Miguel Macera on 27 diciembre, 2011

    Me están iluminando más los comentarios de Teresa Rearte que el artículo casi ingenuo del comienzo. Muy bueno. MM

  5. enrique Cheli on 28 diciembre, 2011

    Compartimos, siguientes Peticiones

    En Homenaje en la Fiesta de los Santos Inocentes, recordamos:

    / Las matanzas a las que han venido siendo sometidos millones de niños y niñas en todo el mundo a causa de las guerras, rituales de sacrificios y prácticas abortistas.

    / A todas las víctimas abortadas a lo largo de la historia , considerados tales crímenes , asesinatos y homicidios el mayor de los infanticidios, genocidios y holocaustos de todos los siglos.

    / Oramos al mismo tiempo por sus jueces, matarifes y verdugos para que reconsideren su posición, sumándose a la cultura en Pro de la Vida en contra de la internacional de la industria del aborto.

    / Para que las mujeres engañadas, presionadas y confundidas con el slogan del » derecho a abortar, a decidir y liberarse de esa molestia» de los hijos no deseados les sea concedido por el Espíritu Santo el don del discernimiento que las haga desistir de tales desiciones, ya que la tragedia que incuba un aborto es la que si una madre es capaz de matar a su propio hijo ¿que le impide luego matar al que sea?

    / A fin que cese en el Planeta esta» pena de muerte» para tantas víctimas inocentes sin derecho a poder defenderse.

    / Para los que están a favor del aborto , reconozcan que gracias a que sus padres no sostenían esta ideología criminal, ellos nacieron y se los respaldó desde el momento de su concepción .

    / Que los creyentes de todas las religiones «proabortistas» tomen conciencia que los niños abortados hoy, son los mártires de nuestro tiempo.

    / Para que los creyentes del signo que sean se informen que no pueden apoyar, votar y elegir a los » políticos, líderes y candidatos » que impulsan, promueven y prometen Proyectos, Planes y Programas para la legalización del aborto.

    / Que se multipliquen los emprendimientos ( asociaciones, fundaciones y centros de adopción) de voluntarios para que contengan a las madres que están indecisas por todo tipo de circunstancias, motivaciones y prejuicios, dándoles apoyo a favor de la gestación,nacimiento y postalumbramiento

    / Por todos aquellos que trabajan en Pro de la Vida, para que reciban ayuda de los que desean participar en tales emprendimientos, ya sea colaborando en hacer circular información , facilitando los recursos necesarios y los espacios de comunicación para despertar conciencia acerca del valor de la vida.

    / Y que jamás olvidemos el mensaje de la Biblia que nos dice » Aun si una mujer , llegara a olvidar a su hijo .Yo no le olvidaré. Te llevo grabado en la palma de mi mano. Eres valioso para mi y te he llamado por tu nombre».

    Atentamente
    enrique Cheli
    educador
    enriquecheli@yahoo.com.ar

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  6. Juan Carlos Lafosse on 29 diciembre, 2011

    Estimada Profesora María Teresa Rearte,

    Quizás alguna de sus preocupaciones pueda aclararlas un comentario mío anterior, que puede verse en http://www.revistacriterio.com.ar/nota-tapa/el-aborto-un-titulo-muchas-cuestiones/comment-page-1/#comment-18370

    Cordialmente,
    Juan Carlos

  7. María Teresa Rearte on 29 diciembre, 2011

    Con relación a lo expresado por el Sr. Enrique Cheli, educador, quiero expresar lo siguiente:

    1º Pienso, con todo respeto pero también con sinceridad, que el nombrado parece «hijo» de esa cultura y fruto de esa educación, que hace de la mujer la única responsable del aborto. Y libera al varón de la responsabilidad que le corresponde. Ni una sola sola vez nombra al varón. Es el increíble fenómeno de hijos sin padre, al que me refería en mi comentario. Eso tiene un nombre: sexismo. Pero puedo expresarlo con más claridad: machismo. Doy incluso una referencia: Documento de Puebla Nos. 310 y 834. Por supuesto si no abriga reparos para leer el Documento de Puebla.
    2º Si no pudiera votar por los políticos abortistas, por una cuestión práctica se quedaría sin poder elegir a nadie, porque en el interior de los partidos politicos, alianzas, etc. coexisten posiciones encontradas sobre el tema. En el partido socialista, por ej., que está a favor del aborto, el Dr. Hermes Binner se ha pronunciado en contra del aborto, por su condición de médico. E hizo la aclaración de que no está por la criminalización de la mujer, porque las responsabilidades son compartidas. Y dejó a los integrantes del FAP en libertad para votar en el Congreso según su conciencia.
    Si nos dejamos enseñar por el evangelio, encontraremos que la realidad no es blanco o negro. SIno que el mismo evangelio deja entrever que la cizaña se mezcla con el trigo. La sociedad en la que vivimos es pluralista. Y en ellas tenemos que vivir y actuar, con fórmulas más pensadas, no tan simplistas, como decir que no se vote por el candidato o politico que promueva el aborto. Hay que tener imaginación y tratar de influir en la cultura en la que vivimos. E incluso rechazar cierto periodismo light, que con apariencia de «sabelotodo» se manifiesta por distintos medios.
    3º Sobre la referencia a Is. 49, 15 «¿Puede una mujer…?», si vamos a citar la Biblia, hagámoslo de modo más integral. Con un sentido pleno. ¿Por qué no citar también Gén. 4, 10 «¿Qué has hecho tú? La voz de la sangre…» O Mt. 26,52: «Vuelve la espada a su sitio, porque todos los que empuñan la espada…» No criminalicemos a la mujer. Hay un clima social de elevada violencia y criminalidad, que cuesta la vida de mujeres y niños, los más débiles de la sociedad. Por lo tanto, hay que superar los «moldes» machistas en los que algunos se formaron. Por mi parte, pienso que hay que dar debate.
    4º La ley moral es para todos. Varones y mujeres. Recordemos el evangelio, la frecuente condena de las mujeres. Y el reproche de Jesús.
    Gracias. Atentamente.
    Prof. María Teresa Rearte

  8. Graciela Bonifacio on 2 enero, 2012

    Muy interesante la discusión.
    Lamento que siempre se caiga en el lugar común de juzgar lo que se dice por la supuesta ideología que lo sustenta en vez de juzgar los dichos concretos.
    Creo que la sociedad, hombres y mujeres, tenemos un problema: qué hacer ante un embarazo no deseado.
    Ante ese problema, algunos hombres, responsables de esos embarazos, prefieren mirar para un costado y hacerse los tontos, poniendo a la mujer en el lugar de la única responsable.
    y la mujer, en soledad, esta condicionada y juzgada por la sociedad en general. Si aborta se convierte en una asesina, si sigue adelante con el curso de esa vida en gestación, será juzgada y señalada por su conducta, pero siempre en soledad.
    Como bien señala María Teresa Rearte, nadie juzga al progenitor masculino porque éste permanece en el anonimato, sólo se juzga a la mujer.
    Cómo hacer para encontrar una solución que no implique la muerte del enbrión? cómo hacer para que la sociedad premie a la mujer que con valentía se brinda por entero a esa chispa de vida, que todavía no conoce, sólo para facilitarle su llegada al mundo y la posibilidad de convertirse en un ser único e irrepetible.
    No es fácil, porque para que ese pequeño embrión llegue a ser un individuo adulto responsable de si mismo se necesita mucho más que un subsidio económico. Se necesita una sociedad que implique la ausencia de embarazo

  9. Graciela Bonifacio on 2 enero, 2012

    Se necesita educación en las escuelas y en las familias. Se necesita no ser hipócritas y no tener doble discurso. Se necesita un entorno familiar y de amigos que se ponga a disposición de esa situación permitiendo que la mujer portadora del embrión pueda decidir en libertad, tener al bebe y criarlo como su propio hijo, o tener al bebe y darlo en adopción de una manera segura, respetando por sobre todas las cosas los derechos del bebe, de su madre biológica, del padre biológico, de los potenciales padres adoptivos, etc.
    Para eso hay que rever y cambiar muchas actitudes y normativas que nuestra sociedad no pone en discusión: por ejemplo: por qué es malo estar embarazada en forma no deseada? por qué es necesario ocultar el error cometido por falta de cuidado con la muerte del embrión, porque está mal visto dar un niño en adopción? porqué los varones se sienten invadidos ante la paternidad y las mujeres tienen que entregar su vida entera al cuidado del nuevo ser? porqué las madres deben dedicar más tiempo al bebe que los padres? porqué la sociedad estimula la libertad sexual de los adolescentes y jóvenes pero no los apoya ante una situación tan normal como el embarazo? porqué no podemos inventar soluciones que no afecten la vida del bebe o la de la madre? porque el embarazo no puede ser visto como una oportunidad de crecimiento personal de la mujer y el hombre resonsable? Quien piensa en el derecho a no ser juzgado, en el derecho a nacer, en el derecho a ser respetado? Acaso esta sociedad cree que los niños son propiedad de los padres?
    Las preguntas son infinitas y las respuestas deben ser innovadoras y no quedarse encerradas en una opción falsa: la madre o el embrión? porque no pueden ser reconocidos ambos derechos?

  10. Creo que uno de los textos que más nos iluminan como cristianos para rechazar el aborto es el que encontramos en el Salmo 139:13-15: «Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras! Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra» («El libro del pueblo de Dios»). Aunque se han indicado paralelos con algunos textos de las religiones ubicadas en Egipto y en la región mesopotámica, esta intertextualidad no invalida la inspiración divina recibida por el salmista, sino que evidencia el interés por la vida humana desde su concepción por parte de los pueblos que dieron origen a los textos mencionados. En cambio, ¡qué triste resulta que después de dos milenios de desarrollo de la fe cristiana, cada vez se levanten más argumentos para favorecer el aborto! Debemos admitir, haciendo una sana autocrítica, que quizás mucha de la responsabilidad pasa por la falta de coherencia y profundidad espiritual que hemos mostrado los cristianos a lo largo del lapso señalado, sobre todo por parte de varios de los dirigentes, tanto sacerdotes como pastores. Podemos aceptar, además, que es cierto que la visión masculina ha predominado en gran parte de la interpretación bíblica y de la reflexión teológica y que los varones cristianos debemos esforzarnos en ponernos en la piel de las mujeres y de sus sufrimientos particulares. Sin embargo, nada de esto justifica el que los cristianos aceptemos el aborto en general. Ya que, si bien pueden existir algunos pocos casos en los que el aborto puede resultar el mal menor, y vivir bajo la gracia de Dios implica rechazar el legalismo y reconocer las excepciones, abrir una puerta amplia no se compadece con las enseñanzas del salmo citado y de tantos otros pasajes de la Palabra de Dios.
    Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez
    Doctor en Teología (SITB)
    Magíster en Ciencias Sociales (UNLM).
    Licenciado y Profesor en Letras (UBA)

  11. Juan Carlos Lafosse on 6 enero, 2012

    Estimada Prof. María Teresa Rearte,

    Nadie ignora, niega ni olvida el papel del hombre en el embarazo ni el que juega, activa o pasivamente, en un aborto. Tampoco se desconocen el machismo y las actitudes sociales crueles e injustas que pesan sobre las mujeres, pero que no son el tema de este artículo.

    La discusión actual en torno a la despenalización del aborto se centra en «el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo» y este es el punto que hay que contestar desde la biología y los derechos humanos, no desde posiciones religiosas.

    El artículo toma este punto y explicita argumentos de uso frecuente, tal como el de las mujeres pobres que no pueden abortar en forma segura.

    También encara la necesidad de protección que necesitan especialmente las mujeres embarazadas, que es responsabilidad de todos y no solo del estado.

    La sociedad es quien puede y debe generar los climas sociales que permitan – e incluso obliguen – al estado a diseñar y poner en práctica políticas, en especial en torno a los derechos humanos como en este caso. Y para esto también debe ser capaz de discutir constructivamente y no cerrarse en actitudes puramente religiosas o ideológicas.

    Por eso adhiero a los términos del artículo y señalo que se debe también discutir la educación sexual y la planificación familiar.

    Yo le agradecería que no ridiculice mis ideas aunque no las comparta, ni descalifique lo que digo etiquetándome como «oficialista» cerrado a ver la realidad.

    La Asignación Universal por Hijo y su extensión a las mujeres embarazadas son excelentes herramientas de promoción social. Ignorarlas, desmerecerlas o hacer comentarios viles como el personaje que Ud.mencionó, es tomar una posición política antioficialista activa.

    Cordialmente,

    Juan Carlos

  12. Juan Carlos Lafosse on 9 enero, 2012

    Profesora Maria Teresa Rearte,

    Francamente no entiendo porqué Ud. piensa que alguien le niega el derecho a la libertad de pensamiento y expresión, opinar distinto no es impedir, aunque he observado que esto Ud. lo confunde frecuentemente.

    Yo puedo adherir a un proyecto político y al mismo tiempo ser crítico de acciones de gobierno, eso es tener capacidad de optar y también libertad de pensamiento. Algo muy diferente de tener una oposición cerrada, incapaz de ver nada positivo, carente de matices y comprensión de los procesos históricos, que solo nos ve como enemigos a quienes opinamos diferente.

    Yo he votado con libertad de criterio cada vez que correspondió, no puedo decir que nunca he votado a un peronista o evaluado hacerlo solo por esta razón. Si Ud. cree que todos los «peronismos» son iguales debería evaluar la historia reciente de Argentina.

    Respecto de la ciencia le diré que conozco a fondo el tema, pero que no se gana nada hablando sobre blastocitos o epistemología sino expresando las ideas en términos que puedan ser entendidos y compartidos por todos.

    No me he referido a Reutemann sino a Del Sel cuyo comentario sobre la extensión a las mujeres embarazadas de la AUH fue vil sin ninguna duda. Si Ud. relee sus propios comentarios comprenderá que es a él a quién me he referido.

    Por mi parte doy por terminado este intento de discusión de ideas, para mi es inaceptable pasar los límites de la agresión personal.

    jc

    Cordialmente,

  13. Graciela Moranchel on 12 enero, 2012

    Cuando se realiza un aborto, la última palabra siempre la tiene la mujer, absolutamente. Hay varones que desean que nazca el niño. Sin embargo, son las mujeres las que se niegan a proseguir con el embarazo. Hay varones a los que no les molesta traer un hijo al mundo. Pero son sus mujeres las que se oponen, porque no se sienten preparadas, porque aún son jóvenes y no quieren arruinarse la vida, porque tienen mucho trabajo u otros proyectos profesionales que quedarían obstaculizados por la crianza del niño. Y muchas veces, son las mismas madres de las embarazadas las que incitan a sus hijas a abortar, simplemente porque no les agrada la pareja de sus hijas, o porque consideran que no ha llegado el momento en que sus hijas deben ser madres y ellas abuelas, etc.
    Nadie trata el asunto del aborto desde este punto de vista: cuando es el hombre el que desea tener un hijo y la mujer lo impide. Es justo también ver esta cara del problema, porque son situaciones que se dan con cierta frecuencia.
    Yo me pregunto: En esos casos, ¿qué papel cumple el hombre al que se le impide ser padre? ¿Qué puede hacer el varón cuando es la mujer la que quiere abortar a su hijo? ¿Cómo podría el hombre evitar esta situación? ¿Qué ayuda se le puede dar a estos varones…?
    No me parece un tema menor. Conozco casos así. Allí todo depende de la libertad de la mujer. Aquí no hay cuestiones de pobres o ricos, sino de considerar al hijo un «objeto propio» de la mujer, donde el varón no tiene arte ni parte. Esas situaciones también deberían contemplarse. Pero de eso no se habla…

    Saludos cordiales,

    Graciela Moranchel
    Profesora y Licenciada en Teología Dogmática

  14. María Teresa Rearte on 12 enero, 2012

    Celebro que la Sra. Lic. Graciela Moranchel se haya involucrado en este intercambio de ideas y opiniones. Incluso interrogantes…
    Por lo que a mis comentarios se refieren, están planteados respondiendo al enfoque del autor de la nota, que lo focalizó en relación con la mujer. El varón y padre está eclipsado del planteo.
    No es tan así que la última palabra siempre la tenga la mujer. Conozco quienes ingresaron al quirófano por una práctica. Y cuando recobraron la conciencia y salieron de él, el marido y la familia de la mujer habían acordado otra decisiòn con el médico.
    Pienso que la nota, y otras que la precedieron, están escritas pensando en la posibilidad de una ley que despenalice, y por consiguiente liberalice el aborto. Es lo que está pendiente de debate en el Congreso de la Nación. Por lo tanto, uno no se puede quedar en lo anecdótico; sino que es necesario ir al análisis de cuestiones objetivas, que tienen que ver con el ordenamiento legal de una Nación, cuyo tratamiento va a llegar.
    Convengamos también que cuando un varón pudiera querer ser padre, y la mujer no asumiría su maternidad, es ella quien se ve condicionada, limitada, o como quiera llamársele por su embarazo. El varón no. Más aún, la anticoncepción está pensada e instrumentada pensando en que es la mujer la que debe usar los distintos métodos o técnicas. No el varón. Incluso, cuando el embarazo y aún el parto se presenta complicado, no es él quien pone en riesgo su vida. Sino ella, y eso no obstante todos los progresos de la medicina. Aún en el caso de que ambos miembros de la pareja son médicos y habían tomado las medidas pertinentes para esperar el alumbramiento.
    Por eso me parece tan acertado hablar de paternidad responsable, porque los involucra a ambos, padre y madre. La planificación familiar deriva del ejercicio de la paternidad responsable, expresada en el juicio moral, juicio de conciencia o juicio práctico, sobre lo cual hay que hablar, porque hay que entender que la ética y la moral son para la vida. Y dejar de «demonizar» a la ética y la moral.
    Pero también los sacerdotes deben entender que no son dueños de la conciencia de nadie, si bien esto sería tema para un análisis y debate que requeriría tratamiento en otro espacio. Pero también deben entender que no se tiene una gran vocación por la maternidd porque se tengan diez, doce o más hijos. Tampoco significa que yo personalmente esté desmereciendo a aquellas mujeres y/o familias numerosas. Lo que trato de expresar, es que hay que examinar los criterios conque se manejan y hablar con seriedad. Porque no es sencillo compatibilizar las exigencias de la vida conyugal, la vocación de ser padres, y las vocaciones a las que no sólo el varón, sino también la mujer está llamada. Y en las cuales despliegan una interesante e incluso brillante tarea.
    Pero tampoco nos olvidemos que no siempre se procrea en condiciones humanas. Asistimos a un clima social que es un oprobio, por las violaciones, por el abuso y violación de niñas, por las condiciones de miseria y promiscuidad, que ha favorecido el caso de niñas-madres. En todos estos aspectos hay que pensar. Y no quedarnos en el discurso fácil al que son tan proclives los hombres de la Iglesia.
    Atentamente. Gracias.
    Prof. María Teresa Rearte

  15. horacio bottino on 22 enero, 2012

    También debemos pensar en los pseudomédicos que hacen los abortos,por dinero asesinan,sabiendo que es un asesinato,en el entorno social de las madres en situación de riesgo(solteras,adolescentes,pobres etc),un entorno que suele «lavarse las manos»:ojos que no ven corazón que no siente,esta actitud facilista ante la falta de una educación sexual para el amor de verdad entre la pareja,no movidos por instintos ciegos e irresponsables.

  16. Julia mestre on 15 febrero, 2012

    María Teresa:

    Este artículo, escrito con delicadeza, no ignora a la muer como usted dice. Menciona la violencia de género, recoge la sensibilidad de las mujeres pobres, etc. Quizás no representa a un tipo de mujeres. Además, sólo pretende exponer una parte del asunto y no todas sus facetas. ¿Qué más se puede pedir a una nota tan breve que ofrecer algo para pensar». Su tono me parece al de un machista con nombre de mujer. Por otra parte, no es un discurso de «hombres de Iglesia». Lea usted, por ejemplo, las siguientes opiniones:

    “Me parece tan claro como el día que el aborto es un crimen.” (Mahatma Gandhi)

    “El aborto es, básicamente, una muerte, un asesinato.” (Tenzin Gyatso, actual Dalái Lama del budismo tibetano)

    “¿Qué ha hecho el no nacido para merecer la muerte? ¡Nada! No tiene la culpa de nada, incluyendo su propia existencia, y sin embargo se espera que pague con su vida sin juicio, sin jurado y sin decir nada en lo que le ocurre.” (Randall M. Jones, ateo, miembro de la Atheist and Agnostic Pro-Life League)

    “La destrucción del embrión en el útero materno es una violación al derecho a la vida que Dios le ha dado al nonato… y esto no es mas que un asesinato.” (Dietrich Bonhoeffer, pastor y teólogo luterano, miembro de la resistencia alemana contra el III Reich)

    “Cuando consideramos que las mujeres son tratadas como una propiedad, es degradante para las mujeres que tratemos los hijos como una propiedad que se puede desechar como queramos.” (Elizabeth Cady Stanton, protestante presbiteriana y una de las pioneras del feminismo en Estados Unidos)

    “El aborto es lo último para abusar ilegítimamente a la mujer, el aborto es violarte hasta las entrañas.” (Alice Paul, nacida en el seno de una familia cuáquera y pionera del feminismo; dirigió la campaña que dio lugar a la 19ª Enmienda de la Constitución de EEUU, que otorgó el derecho de voto a la mujer)

    “Están matando a los bebés en el útero. ¡Qué cruel! En esta edad de la población no deseada, el hombre está perdiendo su compasión.” (Bhaktivedānta Swami, maestro hinduista vaisnava, fundador de una de las principales organizaciones religiosas de los Hare Krishna)

    “Allí estaban los progresistas, la gente decente, plenamente convencidos de que estaban a favor de los derechos y libertades individuales, pero dispuestos a enviar a la eternidad a esos niños porque eran imperfectos, inconvenientes, costosos. He visto la misma actitud por parte de los mismos tipos de personas hacia el aborto, y pensé que era bastante horrible.” (Nat Hentoff, judío ateo, activista pro-derechos civiles)

    “Vendrá un tiempo en que una madre soltera no será despreciada debido a su maternidad… y en que el derecho de los nonatos a nacer no será negado o interferido.” (Sarah F. Norton, protestante presbiteriana y escritora feminista)

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