La proliferación de precandidatos presidenciales es otra faceta de la crisis política. Los partidos no practican la democracia interna y hay una dirigencia de estilo vertical, hegemónico y personalista.El año electoral que se inicia, lejos de aportar claridad a la ciudadanía, genera confusión. Ante  una elección presidencial, los países políticamente maduros exhiben dos o tres candidatos de otros tantos partidos. Gran Bretaña, los Estados Unidos, Alemania o, sin ir tan lejos, países de la región siguen esa tradición. Últimamente, Brasil tuvo a Rousseff y Serra; Chile a Piñera, Frei y Ominami; Uruguay a Mujica y Lacalle; Colombia a Santos y Mokus. En la Argentina hay 12 precandidatos a presidente, que podrían ser más. Por orden alfabético, son: Alfonsín, Carrió, Cobos, Das Neves, Duhalde, Fernández de Kirchner, Macri, Rodríguez Saá, Sanz, Scioli, Solá  Solanas. Hay dudas con respecto a Reutemann y, parecerá una humorada, Carlos Menem. ¿Podríamos determinar los partidos a los que pertenecen? Aquí reina la confusión:

1) Ocho de los 14 nombrados se dicen peronistas, justicialistas; reconocen un pasado común, al general Perón, etc. Pero están en facciones antagónicas: Partido Justicialista o Frente para la Victoria, y Peronismo Federal o PJ disidente. El indeciso Reutemann y el pintoresco Menem transitan por la frontera de ambos bandos.

2) Tres de los seis restantes se califican radicales, aunque Cobos se unió a los Kirchner (se llamaba “radical K”), lo que le valió la expulsión del partido y el posterior retorno, a pesar de que sigue siendo vicepresidente de un gobierno justicialista.

3) Elisa Carrió, también de origen radical, salió del partido, volvió bienvenida con flores y nuevamente se fue… ¿para nunca más volver? Los nombres de su partido cambian según sus giros: ARI, Acuerdo Cívico y Social, Coalición Cívica.

4) Macri busca aliarse con el justicialismo: a Kirchner en sus inicios, a los disidentes hoy. También quiere adhesiones por fuera de la política: del humorista Miguel Del Sel, de la vedette María del Luján Telpuk o del golfista Eduardo Romero. El jefe de Gobierno porteño no tiene identidad partidaria. Su partido es PRO o mejor, “el partido de Macri”, pues él designa a los candidatos.

5) Pino Solanas lidera el partido Proyecto Sur y busca alianzas con socialistas y otros.

¿Qué indica este panorama? En primer lugar, la pobreza de nuestra dirigencia. La mayoría oscila de un lugar a otro, según tiempos y circunstancias. La búsqueda del poder a todo precio es un rasgo característico. Ser oposición pareciera sinónimo de derrota; así se tejen efímeras alianzas, se mudan domicilios o se compran voluntades, sin importar pasados ni futuros.

En las provincias y la Nación se impulsaron reformas para quitar los impedimentos constitucionales que preservaban la alternancia en el poder. El ansia de perpetuarse afecta la esencia de la democracia republicana. La pluralidad interna, propia de los partidos políticos, se reemplazó por la conducción vertical, hegemónica, personalista y reeleccionista. No hay debates ni se toleran las diferencias. Los partidos se diluyen, los políticos se desprenden de su signo y los candidatos presidenciales se multiplican. Nuevos partidos se constituyen como simples asociaciones adhoc, para cumplir con la formalidad. ¿Acaso Carrió, Cobos y también López Murphy o Margarita Stolbizer no hubieran podido dirimir democráticamente sus diferencias en elecciones internas, sin alejarse de la UCR? El Partido Justicialista llegó al  extremo de sortear la elección interna en 2003 y llevar sus precandidatos a la elección nacional: Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá. Gravísima manipulación institucional del entonces presidente Eduardo Duhalde. ¿En octubre ocurrirá lo mismo?

Del lado oficial, es grave la confusión entre Gobierno y partido (hasta cierto momento fue habitual –casi un rasgo ético– renunciar a la conducción del partido cuando se aspiraba a presidir el país). Asistimos a una profunda crisis política que nace de la falta de democracia interna en los partidos y se traduce en conductas que causan asombro y hastío.

4 Readers Commented

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  1. Maxi on 1 marzo, 2011

    López Murphy se fue de la UCR porque Moreau y Storani «tumbaron» a De la Rúa, y luego negociaron con Duhalde. Me parece que su razón de partida no podía ser dirimida en una interna. Ahí hubo algo importante. El mismo partido que llevó a De la Rúa al poder, luego operó para tumbarlo. López Murphy es más radical que muchos de los que se quedaron…

  2. Roque Salas on 4 marzo, 2011

    Desgraciadamente tenemos una Sociedad muy enferma. …… Y por logica sus componentes son enfermos sociales. De donde han salido, tantos años transcurridos, tanto politico corrupto, incapaz, obsecuente y sin apego al pais? De nuestra Sociedad, no son extraterrestres ………..y durante un tiempo muy largo veremos estos personajes. Los Gobiernos se constituyen por elecciones generales libres. Y los que llegan a a la administracion son la mayoria y la minoria (muy mal llamada oposicion, este es un termino negativo) no aceptable para ser gobernados. Su mision es controlar los posibles «descontroles de la mayoria». Los argentinos somos soberbios y aptos para todo. Como nos puede ir bien partiendo de esa educacion malsana? Arturo clarifica muy bien las conductas patologicas de los presidenciables. Como tantos !! Son tan buenos todos? Hay que pensar para elegir uno. No!! ya estan descalificados todos, porque lo logico hubiera sido que aunaran lo mas importante a realizar en el pais para salir de los mafiosos……………..y empezar a construir un pais en serio. …………..pero alguno podria renunciar a las prebendas que se le ofrecen como bocatto di cardinale? o tener poder? o servirse de él? Cuanta confusion y oportunismo. La juventud maravillosa que tenemos es la que debe tomar las riendas y asi dejar en el olvido la politiqueria y los apatridas. Estamos frente a una situacion de alto riesgo del pais. Los K deben ir presos. Pero tienen que llegar al gobierno, hombres nuevos, no corrompidos por el poder y honestos.
    Tenemos que resurgir entre las cenizas. Tal vez me quede un hilo de esperanza y alguno de los que se postula razone e induzca alos demas a elegir entre ellos al mas apto, honesto, si lo hay y con compromiso profundo por el pais y sus sufridos habitantes. Con un equipo intachable de colaboradores.

  3. Juan Carlos Lafosse on 6 marzo, 2011

    ¿Sugiere el columnista que el FPV debe unificarse con la “facción antagónica” (el/los “peronistas disidentes”) para no cometer en Octubre una “gravísima manipulación institucional”?

  4. daniel fuentes on 4 mayo, 2011

    Con respecto al artículo de Arturo Prins, quiero dejarles mi impresión, ya que me considero un hombre político y conozco desde el llano la (im) posibilidad de llegada, sin traicionar principios, a los lugares de conducción de un partido político.
    Desde mi punto de vista el artículo confunde la pluradidad interna con el verticalismo necesario de la disciplina partidaria que requiere la llegada de las ideas de un grupo de personas a una sociedad y, por otro lado, la crisis política de los partidos está dada porque «los grupos de intereses, que responden a la estructura del poder económico imperante, pueden crear sus propios partidos, infiltrar los partidos existentes o bien presionar sobre las decisiones gubernamentales por vía de la influencia directa, con todos sus mecanismos lícitos conocidos».

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