En numerosas ocasiones el cine enfocó la figura de sacerdotes católicos, a veces para dar testimonio de su apostolado y otras para convertirlos en blanco de acusaciones. En 2009 Benedicto XVI convocó a un Año Sacerdotal y, dado que el lenguaje cinematográfico posee una especial aptitud para generar diálogos constructivos, creo oportuno proponer un mosaico de filmes en torno de la misión del sacerdote en el conflictivo mundo actual.
“La espiritualidad o visión de la vida que aparece en las películas –afirma el jesuita mexicano Luis García Orso–, entra en diálogo con mi propia espiritualidad o visión de la vida como espectador y como ser humano. La película saca de mi interior mis propias convicciones y creencias, las confronta con otras, me interroga, me renueva o me confirma, me abre a otras posibilidades de vida, me lleva a identificarme con otros seres humanos, me ofrece lecciones ante circunstancias difíciles de la existencia, confronta mis propias decisiones y caminos, me lleva a explicitar mi propia ética, me abre a cuestiones trascendentales y al misterio mayor de la vida. Ésta es una de las mayores riquezas del cine: servir de diálogo con el espectador, servir de interrogación para el corazón y de renovación para mi propia espiritualidad”. (Luis García Orso SJ, “Cine y espiritualidad. El diálogo con el espectador”, Imágenes de la fe Nº 402, Madrid, abril de 2006). También resultan ejemplares en este sentido las palabras de Juan Pablo II, enunciadas a los asistentes al Congreso Internacional sobre Cine en 1998 en Roma: “El cine constituye un medio fascinante para transmitir el perenne mensaje de la vida y describir sus extraordinarias maravillas. Al mismo tiempo, puede transformarse en un lenguaje fuerte y eficaz para censurar la violencia y los atropellos. Así, el cine enseña y denuncia, conserva la memoria del pasado, se convierte en conciencia viva del presente e impulsa la búsqueda de un futuro mejor”.
Prevenidos por estas sabias observaciones, propongo reflexionar sobre las siguientes películas.
(On the waterfront)
Director: Elia Kazan Intérpretes: Marlon Brando, Karl Malden, Eva Marie Saint, Lee J. Cobb, Rod Steiger Origen: Estados Unidos. 1954.
El escenario son los muelles del puerto de Nueva York, donde el sindicato de estibadores está controlado por un grupo mafioso, conducido por el abogado Johnny Friendly y el dirigente sindical Charley Malloy. El hermano de éste, Terry, un boxeador y estibador, es testigo del asesinato de un operario que se había rebelado contra el sindicato y pensaba denunciar las actividades ilegales del mismo. Edie, su hermana, le pide ayuda a Terry para encontrar a los asesinos de su hermano.
Terry se enamora de Edie, pero a su vez se enfrenta a una cuestión de conciencia. Para aclarar sus dudas, acude al padre Barry, que apoya e impulsa a los estibadores a romper el “código de silencio” y hablar ante la Comisión que investiga las actividades mafiosas en el puerto.
La historia recrea dos personajes reales: Anthony DiVicenzo, que padeció las mismas penurias que Terry Malloy en el filme; y el jesuita John M. Corridan, párroco de la iglesia San Javier y miembro de la Saint Xavier’s School, donde los sacerdotes habían tomado partido por las familias de los estibadores.
Algunos críticos han señalado que el filme es una apología de la delación y que Kazan lo utilizó para justificar su denuncia contra colegas ante el Comité de Actividades Antiamericanas.
Temas de debate:
El compromiso pastoral del padre Barry por los pobres y los estibadores; la actitud de Terry Malloy, que se compromete con la verdad y arriesga su vida para terminar con la corrupción y los crímenes; y el valor redentor del amor.
Confesiones verdaderas
(True confessions)
Director: Ulu Grosbard Intérpretes: Robert De Niro, Robert Duvall, Burgess Meredith, Charles Durning Origen: Estados Unidos. 1980.
La historia, basada en hechos reales, se desarrolla en Los Ángeles, en los años ‘40. Sus protagonistas son los hermanos Desmond y Tom Spellacy. Desmond es un sacerdote que tiene a su cargo la administración de los fondos de la Archidiócesis y Tom, un policía especializado en homicidios. La relación entre ambos es algo conflictiva, pero sin llegar a la enemistad.
La tensión crece a partir del descubrimiento del cadáver mutilado de una joven. Tom asume la investigación y sospecha que el autor del crimen es uno de los principales benefactores de la Iglesia de Los Ángeles, distinguido como “el laico del año”. Desmond se debate entre su lealtad a la Iglesia y el apoyo a su hermano para descubrir la verdad. El filme es un prolongado flashback. Los dos hermanos se encuentran en los años ‘60 en una pequeña iglesia del desierto californiano, donde Desmond fue enviado tras el escándalo. Éste le confiesa a Tom que se está muriendo y le agradece haber contribuido a su salvación. “Me hiciste recordar –dice– lo que había olvidado. Creí ser lo que no era”.
Temas de debate:
La vida del sacerdote, su misión y sus aspiraciones; el hecho de que Desmond encuentre el sentido del sacerdocio cuando sufre la calumnia, pierde lo material y recupera la paz interior; la imagen de una Iglesia (la norteamericana) demasiado atada a donantes y bienhechores hipócritas, interesados y de doble moral.
Director: Roland Joffe Intérpretes: Jeremy Irons, Robert De Niro, Ray McAnally, Aidan Quinn Origen: Gran Bretaña. 1986.
Historia de los entretelones de la expulsión de los misioneros jesuitas de América latina (ocurrido en 1767) y la masacre de indígenas guaraníes, integrados a las misiones organizadas por aquellos, en virtud de intereses económicos y políticos de los dos países colonizadores de esas tierras: España y Portugal. La película comienza con la muerte de un misionero, arrojado por los indígenas a las aguas de la Garganta del Diablo, continúa con el homicidio que el aventurero y traficante de esclavos Rodrigo Mendoza comete contra su hermano, y su casi inmediata incorporación a la orden jesuítica a instancias del padre Gabriel, tras cumplir con una severa penitencia expiatoria.
Luego llega el emisario del Papa, enviado para arbitrar en el conflicto surgido entre españoles y portugueses, quien ordena el retiro de los jesuitas, facilitando el aniquilamiento de los nativos.
Ambos misioneros optan por los indígenas contra las autoridades civiles y eclesiásticas, pero mientras Rodrigo apela a las armas, Gabriel lo hace con los instrumentos que le confiere su fe: el crucifijo, la eucaristía y el amor hacia los pobres.
Temas de debate:
Una profunda reflexión sobre el poder, la naturaleza de la fe, la justicia y el amor. Porque la idea medular del filme se apoya en la secuencia del himno de la Caridad de San Pablo. “Si el poder tiene la razón –afirma el padre Gabriel–, entonces no hay lugar para el amor en este mundo”.
¿Qué alcances morales y filosóficos posee esta frase? Es un buen ejemplo para plantear los temas del martirio, la conversión y la redención. También respecto de los criterios evangelizadores sustentados por los dos sacerdotes.
Romero
Director: John Duigan Intérpretes: Raúl Juliá, Alejandro Bracho, Richard Jordan
Origen: Estados Unidos. 1988.
El título alude a monseñor Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de El Salvador, asesinado el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en la capilla de la Divina Providencia de la capital de ese país. El relato lo asume desde días antes de asumir el cargo, el 3 de febrero de 1977, y hasta su muerte. Elwood E. Kieser lo describió como “un ratón que se transformó en tigre”; un intelectual que cobró coraje al ver los horrores que lo rodeaban. El filme muestra esa evolución de monseñor Romero, desde sus vacilaciones y contradicciones iniciales, hasta la férrea postura pastoral que fue adoptando progresivamente, empujado por su fe, sus convicciones y los propios acontecimientos
históricos. Por caso, la masacre contra opositores al régimen militar que manifestaban por el fraude en las elecciones presidenciales de 1977, el asesinato del sacerdote jesuita Rutilio Grande, las injusticias sociales y la carencia de libertades fundamentales.
“Si me matan –expresó poco antes del crimen–, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. Y así fue. Sin excesos ni facilismos, el filme se impone como un testimonio austero, verosímil y lacerante a la vez.
Temas de debate:
A partir del marco histórico, reflexionar sobre la evolución pastoral de monseñor Romero. El filme es el retrato de un mártir de nuestros tiempos, que optó por los pobres y no ocultó su voz contra las injusticias. ¿Qué significación puede tener hoy la figura de monseñor Romero y su martirio, para los cristianos de la Argentina?
Complot contra la libertad
(To kill a priest)
Director: Agnieszka Holland Intérpretes: Ed Harris, Christopher Lambert, Joanne Whalley, Joss Ackland Origen: Francia – Estados Unidos. 1988.
Relata, con nombres cambiados, una historia real: la persecución, secuestro y asesinato del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, por agentes de los servicios secretos de su país. El crimen fue cometido el 17 de octubre de 1984. En la película, el sacerdote lleva el nombre de Alec.
El relato contrapone a dos personajes. Por un lado, está el sacerdote, un abanderado de las propuestas de la Organización Solidaridad, que desafió a las autoridades comunistas de Polonia. En el otro extremo aparece el asesino, un policía en conflicto consigo mismo, con sus superiores y su familia. Son precisamente sus jefes inmediatos quienes estimulan en el policía su aversión psicótica hacia el carisma y la popularidad del sacerdote.
Luego le exacerban ciertas veleidades de poder, lo embarcan en la aventura homicida y, finalmente, lo abandonan a su suerte.
Temas de debate:
¿Cuáles fueron las circunstancias históricas que se vivieron en Polonia en aquellos años? ¿Cuáles fueron los objetivos políticos, sociales y morales que planteaba entonces el líder de la Organización Solidaridad Lech Walesa? El apoyo brindado por el sacerdote, ¿era compatible con los postulados de la Iglesia y con el ejercicio de su apostolado? ¿Qué significación posee el tema musical Los crímenes de Caín, interpretado en la película por la cantante Joan Báez?
Jaime de Nevares, último viaje
Dirección: Marcelo Céspedes y Carmen Guarini Origen: Argentina. 1995.
No es una biografía convencional, con datos prolijamente ordenados. Es una mirada y un homenaje a un hombre que fue, al mismo tiempo, polémico, amado, discutido y, para muchos, un ser irremplazable.
Jaime de Nevares (1915-1995) se graduó de abogado en la Universidad de Buenos Aires, en 1947 ingresó a la congregación salesiana, en 1951 fue ordenado sacerdote y en 1961 fue designado por el papa Juan XXIII primer obispo de la diócesis de Neuquén.
“Desde que se instaló allí, enarboló con fuerza la bandera de la justicia. Su formación salesiana le había hecho comprender la necesidad de priorizar la atención de los aborígenes, sometidos, humillados, desperdigados y en extinción. Su prédica se extendió hacia otros sectores sociales que sufren las consecuencias del atropello de los intereses sociales y políticos de los grupos de poder. (…) Su formación en derecho le permitió comprender los valores de la democracia, de los partidos políticos, de las organizaciones gremiales y sociales. Por eso su labor pastoral creció cuando las dictaduras se apropiaron del manejo del país y sus conductores actuaron como amos y señores de bienes y vidas. (…) Y no se abstuvo de actuar con la misma fuerza cuando gobiernos surgidos de la voluntad popular no atendían adecuadamente las demandas de los sectores más desprotegidos. Fue austero. Eso lo diferenció de la ostentación de riqueza que tradicionalmente hace la Iglesia Católica.
Fue auténtico. Siempre predicó su verdad, aun arriesgando su vida”. (Juan Carlos Pisano, “Jaime de Nevares, último viaje. Una Iglesia comprometida”, en Plano Secuencia, 20 películas argentinas para reafirmar la democracia. La Crujía y Signis Argentina, Buenos Aires, 2004.
Temas de debate:
El perfil de monseñor Jaime de Nevares trazado por Pisano contiene todos los temas de debate que pueden plantearse a partir de la visión de este filme.
El noveno día (Der neunte tag)
Director: Volker Schlöndorff Intérpretes: Ulrich Matthes, August Diehl, Hilmar Thate, Bibiana Beglau Origen: Alemania. 2005.
Basada en la dolorosa experiencia del sacerdote luxemburgués Jean Bernard (1907-1994), que estuvo preso en el campo de concentración de Dachau desde mayo de 1941 hasta abril de 1945, por condenar públicamente la política racial y anticristiana del Tercer Reich.
Al momento de su detención, era el Secretario General de la Organización Católica Internacional del Cine (OCIC, hoy Signis) y con posterioridad, entre 1947 y 1972, fue presidente de esa misma institución. En el filme se llama Henri Kremer. El relato se inicia en Dachau, pero luego sigue a Kremer desde el momento que la Gestapo le concede nueve días de “licencia” para que regrese a Luxemburgo y gestione ante el obispo la firma de una declaración de apoyo al Tercer Reich.
El obispo se niega a recibir a los invasores alemanes y hace repicar las campanas de la catedral en señal de duelo. Si Kremer no logra convencerlo, él, su familia y sus compañeros sacerdotes presos en Dachau serán eliminados. Si el obispo acepta, obtendrá su liberación definitiva, su familia podrá salir del país y sus compañeros tendrán mejores condiciones de vida.
Su interlocutor de la Gestapo es un ex seminarista que, a punto de ordenarse sacerdote, optó por el nazismo. Afirma que están embarcados en una “guerra santa” y que Hitler está cumpliendo la voluntad de Dios. Y plantea una confrontación entre Jesús y Judas. Sin Judas –dice– no existiría el cristianismo. Al cabo de los nueve días, Kremer encuentra la respuesta en su propia conciencia. El espectador observa ese proceso interior de Kremer, que lo lleva a tomar una decisión que significa escoger entre la vida o la muerte, la libertad o la prisión, el presente o el futuro.
Temas de debate:
¿Cuáles fueron los fundamentos, las convicciones íntimas de Kremer para asumir su decisión? ¿Es correcta su decisión? ¿Es cierto que sin Judas no habría existido el cristianismo? ¿Cuál fue el verdadero objetivo de la Gestapo al exigir al obispo la firma de la declaración? La película refleja el heroísmo de muchos cristianos, sacerdotes y laicos, que condenaron el nazismo y su política racial, arriesgando su vida.
Las manos
Dirección: Alejandro Doria Intérpretes: Jorge Marrale, Graciela Borges, Duilio Marzio, Belén Blanco, Carlos Portaluppi Origen: Argentina – Italia. 2006.
José Mario Pantaleo, más conocido como “padre Mario”, nació en Pistoia, Italia, el 1º de agosto de 1915 y falleció en Buenos Aires el 19 de agosto de 1992. Fue ordenado sacerdote en diciembre de 1944 y en 1948 llegó, por segunda vez, a la Argentina.
Tras varios destinos, recaló en González Catán, un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Con apoyo de los fieles y de su inseparable colaboradora Perla Garabelli, construyó la iglesia de “Cristo Caminante”, primer eslabón de su obra, que consta de dos fundaciones, un jardín de infantes, colegio primario y secundario, una escuela para discapacitados, un polideportivo, un centro de atención a mayores, un centro de capacitación laboral, una panadería y fábrica de pastas en la que trabajan discapacitados, un centro médico, un guardería para hijos de mujeres que trabajan, una biblioteca y un taller textil. Pero lo que hizo popular al padre Mario fue su don para diagnosticar y curar enfermedades mediante la imposición de sus manos. “Tengo el poder de diagnosticar y curar –decía– porque Dios lo dispuso. Soy un brujito malandra que tiene a Dios de su lado”.
Tuvo el apoyo de los obispos de San Justo y la incomprensión de varios sacerdotes y funcionarios públicos. Pero persistió en su lucha, atendió a millares de peregrinos e inclusive hizo tiempo para estudiar la carrera de psicología. Su vida fue un ejemplo de trabajo, devoción y dedicación a los pobres, los enfermos y los discapacitados.
El director construyó un filme que rescata su trayectoria desde su arribo a González Catán, lo hizo con respeto, pero sin eludir el humor, que el propio padre Mario dispensaba con ánimo envidiable.
Temas de debate:
¿Cuáles fueron los valores sobre los que el padre Mario sustentó sus apostolado? ¿Cuál fue el secreto que le permitió desarrollar una obra tan fecunda y meritoria? Reflexionar sobre la fe, que “mueve montañas”, y la obra de los sacerdotes carismáticos, que van ganando una creciente consideración entre los fieles y la Iglesia.
5 Readers Commented
Join discussionEl artículo plantea una propuesta realmente interesante, a la que me permito, espero que con la benevolencia de Agustín Neifert, agregar las opciones que siguen (ordenadas cronológicamente). Cada una propone múltiples temas de debate que pueden vislumbrarse en los resúmenes de las tramas y que por su carácter tienen vigencia intemporal.
Las llaves del Reino (The Keys of the Kingdom, 1944)
Dirigida por John M. Stahl, protagonizada con excelencia por Gregory Peck, con actuación de Thomas Mitchell, Vincent Price, Rose Stradner, Roddy McDowall, Anne Revere, Cedric Hardwicke. Basada en la célebre novela de igual nombre de Archibald J. Cronin. Un joven cura, el Padre Chisholm viaja como misionero a China. Encuentra hostilidad, aislamiento, pobreza, enfermedad, hipocresía, que lo desafían pero también lo determinan a llevar adelante su misión. A lo largo de muchos años y vicisitudes (primera guerra mundial y revoluciones chinas incluidas) mediante su fe, comprensión, paciencia y humilde determinación logra aceptación y llega a establecer una floreciente comunidad. Su figura se contrapone a la de su compañero de juventud, vuelto un encumbrado eclesiástico y se empareja con la de su compañero de la infancia, médico ateo de extraordinario amor al prójimo que colabora en la Misión hasta su heroica y emocionante muerte. El regreso de Chisholm a Irlanda, ya viejo, conduce al final, con una vuelta de tuerca bastante fiel al libro de origen.
Las campanas de Santa María (The Bells of St. Mary’s, 1945)
Dirigida por Leo McCarey, con Bing Crosby (como el P. Chuck O’Malley) e Ingrid Bergman (como la Hna. Mary Benedict). El P. O’Malley (reaparición del poco convencional cura de “Going My Way”, 1944, otra candidata a integrar el elenco de recomendaciones del artículo) continúa su tarea en St. Mary’s, con un colegio parroquial en decadencia dirigido por monjas encabezadas por la Hna. Benedict con la que trabaja a la par pero discrepando en los criterios a aplicar para recuperar el colegio, con las obvias discusiones del caso. Amén, también obviamente, de las canciones de Crosby.
Diario de un cura rural (Journal d’un curé de campagne, 1951)
Un filme del nunca suficientemente valorado Robert Bresson, con Claude Laydu como el joven cura de Ambricourt. Basada en la novela del mismo nombre (a mi juicio la mejor sobre el tema del sacerdote católico) del igualmente nunca suficientemente reconocido Georges Bernanos. La película hace honor al libro, reflejando el mundo de rica espiritualidad cristiana que es la esencia del texto de Bernanos. Peripecias dramáticas y vicisitudes cotidianas, relación del joven cura con el vecino y experimentado cura de Torcy (Adrien Borel), relaciones con la gente del pueblo y los aristócratas del lugar, evolución de la enfermedad estomacal del protagonista, crecimiento de su vida interior hasta la culminación en la muerte, con la frase maravillosa, tal como al fin del libro: “Todo es ya Gracia”.
Mi secreto me condena (I confess, 1953).
Dirigida por Alfred Hitchcock, interpretada por Momtgomery Clift, Anne Baxter, Karl Malden. Transcurre en Québec, con las características formales del thriller y cuenta la historia del sacerdote Michael Logan, cuyo sacristán Otto Kellar (su mujer, Alma, es el ama de llaves de la parroquia) disfrazado con ropas clericales, roba en casa de un conocido abogado donde trabajaba como jardinero. Al ser descubierto, mata al propietario y acosado por la culpa, se confiesa con el sacerdote, quien luego es detenido y juzgado como autor del crimen, viéndose impedido, por el secreto de confesión, de alegar que conoce al verdadero culpable.
El renegado (Le defroqué, 1954).
El título en castellano es una traducción cuestionable del francés (defroquer=colgar los hábitos). Filme dirigido por Léo Joannon, protagonizado por Pierre Fresnay. Oso de Bronce en el Festival de Berlín, nominación de BAFTA y mención de la OCIC. Narra la defección de un sacerdote y los esfuerzos de un joven colega por rescatarlo, con un desenlace a la vez trágico y esperanzador.
El Cardenal (The Cardinal, 1963).
Dirigida por Otto Preminger, con la actuación de Tom Tryon, John Huston, Jill Haworth, Ralf Vallone y otros. Basada en la novela de igual nombre de Henry Morton Robinson (un best seller de los cincuenta) desarrolla la historia de Stephen Fermoyle, descendiente de irlandeses de Boston, ordenado sacerdote, con estudios en Roma, desde sus orígenes hasta su culminación al ser creado cardenal. Con múltiples peripecias e historias colaterales, incluida la crisis afectiva y de fe del protagonista a raíz de su tentación por el amor de una mujer, el filme (que abarca desde inicios del s XX hasta las vísperas de la segunda guerra mundial, tocando temas controversiales para la Iglesia Católica como los totalitarismos europeos y el racismo en EE UU) si bien es bastante bueno, no es demasiado fiel al libro de Morton Robinson. Incluso, si no recuerdo mal, escamotea a uno de los personajes más apasionantes de la novela, el capitán de ultramar italiano Gaetano Orselli. Contrariamente a “Diario de un cura rural” y “Las llaves del Reino”, la caracterización del protagonista es un poco exterior.
¿Por qué nunca se cita ni la novela ni el film «La fe», la novela de Armando Palacio Valdés, el film de Rafael Gil, que obtuvo el primer premio de Cinematografía en 1947?
La figura del P. Gil, coadjutor de la parroquia de Peñascosa, condenado por la calumnia de una penitente alcanza un valor dramático con una lección de pastoral y de misticismo extraordinario, en especial en la novela.
Qué tal. Busco el nombre de una cinta cinematográfica de época, donde una joven queda embarazada de un sacerdote y es condenada a a ir a prisión por tener un hijo de una persona desconocida para el pueblo, el sacerdote quiere decir en público de quién es el hijo que ella espera, pero la chica se niega. Entonces ella, al ir a la cárcel, le dice al sacerdote que cuando vea que en la ventana sale un pañuelo blanco el deberá decir la verdad. ¿Podrían ayudarme? Lo agradeceré.
Respuesta (bastante tarde, por cierto) a Edna: Creo que se trata de «La letra escarlata» (basada en la novela de Hawtorne). Pero el personaje no es un sacerdote sino un pastor protestante.
Otras películas sobre sacerdotes:
Bajo el sol de Satán.
La Guerra de Dios.
La mies es mucha.
Caer en la tentación.
Saint Ralph.
Don Camilo y Don Pepone.
Encontrarás Dragones.
Películas argentinas, dramas y comedias :
El Cura Lorenzo
Al diablo con este cura
Tierra del Fuego
Elefante blanco
Pájaro loco
Camila
Francisco el Padre Jorge
Esquiú