¿Puede un intérprete -en este caso en el ámbito de la música popular- convertirse en un extraordinario éxito de ventas, presentarse en cualquier teatro o estadio y agotar todas las entradas, alcanzar una enorme popularidad en un abrir y cerrar de ojos, teniendo como capital un par de discos paupérrimos, un repertorio mediocre y escasas cualidades artísticas? Al parecer, sí. Cuando menos, ése es el caso de Soledad Pastorutti, quien con sus diecisiete años y su fresca sonrisa adolescente ocupa hoy el centro de la ¿renovación del folclore?

 

Se dio a conocer tímidamente en una peña de César Isella -hoy su padrino artístico-, luego fue revelación en Cosquín donde adquirió notoriedad como “la chica que revolea el poncho”, después apareció su primer CD (Poncho al viento) y allí se produjo el ascenso vertiginoso de su figura: 600 mil copias vendidas de su primer trabajo, 10 funciones en el teatro Gran Rex (Buenos Aires) con la venta absoluta de todas las entradas en noviembre pasado, más innumerables presentaciones por todo el país también a lleno total, el número musical en la inauguración del 13º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y el lanzamiento de su segundo trabajo (La Sole) que ya lleva vendidas 430 mil copias.

 

Inició este año con una presentación en el Festival de la Doma y el Folclore, en Jesús María (Córdoba), que congregó a 44 mil personas y obligó esa noche a suspender la doma, y en el Festival de Cosquín participó en dos veladas: se guardó para sí el cierre del espectáculo.

 

El notable éxito de la joven de Arequito (Santa Fe) no termina allí: grabó un tema que representará a Argentina en un CD sobre el mundial de fútbol próximo, en Francia. Además, hay cuatro productoras cinematográficas (dos nacionales y dos extranjeras, una de éstas es la Disney) interesadas en filmar con Soledad; se dice que la trama giraría en torno de su incipiente carrera. Y también se proyecta un disco bajo la dirección de un renombrado productor latinoamericano. Sin dudas, Soledad es un negocio seguro y redituable por el momento.

 

Más allá de la rentabilidad económica de su figura, en el plano estético es pobre. Y al respecto, la propia chica dijo a un matutino porteño que su trabajo carecía de valor artístico. Aunque se escucha decir que su voz es particular y que, por añadidura, le da un matiz original a sus interpretaciones, lo cierto es que no nace de esas cuerdas vocales un canto agradable ni mucho menos. Si bien se advierte un escaso afianzamiento de su voz al comparar La Sole con Poncho… las limitaciones persisten. Por otra parte, su repertorio resume la combinación de piezas conocidas del folclore tradicional –A don Ata, Que nadie sepa mi sufrir, Kilómetro 11– con otros más nuevos, pero siempre con melodías fácilmente asimilables por el gran público.

 

En el mundillo folclórico se piensa que “algo debe tener”, que “su llegada le hace bien al folclore” y, por lo tanto, que a todos los participantes del género les conviene, mientras que la valoración artística de Soledad queda en un segundo plano y pocos la cuestionan, acaso adrede. Por su edad y por sus cualidades personales muestra la imagen de una chica auténtica y humilde. Con esos elementos triunfa sobre el escenario: allí está a sus anchas, en el sitio donde más cómoda se mueve y donde menos se le exige: pide palmas, que la acompañen con los coros, dedica temas, envía saludos, guiña ojitos… y cuando revolea el poncho, la ovación crece porque es el cliché esperado por todos ¿Y el canto, y la renovación folclórica de la que se habla y de la cual ella sería partícipe capital? Bien, gracias.

 

En una conferencia de prensa que brindó León Gieco en Cosquín, tras su presentación en dicho Festival, el músico felicitó el trabajo de Soledad y sostuvo que el tema de fondo no era el canto de la joven sino el resurgimiento del folclore gracias a ella y otros. Asombra la declaración de Gieco si se tiene en cuenta que él es un constante renovador que investiga sobre las distintas vertientes del folclore, que trabaja para difundirlas, y su música es una muestra de ello. En cambio, la propuesta de Soledad no comporta novedades, su trabajo tiene una proyección limitada en la que no se arriesga nada sino que por el contrario se pisa sobre suelo conocido y seguro, pero probablemente efímero.

 

¿A qué se debe entonces este fenómeno? ¿Acaso trasciende lo meramente artístico y encuentra espacio en el plano social? Podría pensarse que Soledad actúa como una contrafigura de la joven hedonista e individualista de esta posmodernidad de fin de siglo que es tapa en las revistas de la farándula. La joven encuentra su ambiente en la familia, en lo popular, en las costumbres de pueblo, en la tradición… No es casual que en su diálogo con el público hable campechanamente y lo resalte en su atuendo, en la bandera argentina bordada en la pierna derecha de su bombacha y que el título de su último CD sea La Sole, como la llama su familia, su pueblo y como es común que se nombre la gente entre sí en numerosas regiones del país. De ese modo, se acorta la distancia entre la cantante y el público, como si todo fuera más familiar.

 

Hay que reconocer que Soledad tiene un feeling especial con la gente, su carisma es el mayor crédito que ofrece. Tanto en los festivales como en sus presentaciones en distintos puntos del país la siguen familias enteras y al tiempo de revolear remeras, buzos o lo que haya al alcance de la mano no siempre son los más jóvenes los únicos predispuestos. Nuevamente, Soledad y la familia.

 

Es positivo que la juventud se acerque al folclore porque hay material interesante para escuchar, pero no es justamente el que interpreta Soledad. Aunque en los boliches suene ahora alguna chacarera, nada asegura que por ello los chicos se introduzcan en este género e investiguen sobre la materia; se escucha A don Ata en las discos porque forma parte de una moda y así como aparece, se instala y hace ruido, también se acalla y se dispersa.

 

Es difícil pensar entonces que Soledad encarne el nuevo folclore. O, al menos su renovación. Lo suyo se restringe al poncho y a su feed-back con el público.

10 Readers Commented

Join discussion
  1. Federico on 16 febrero, 2011

    Podriamos hacer otro estudio de la Sole, no? creo que hay palabras que dijeron acá que se las deberían guardar.
    Su trabajo no tiene proyección????????? SEGUROOOOOOOOOOO???????????

    Que bueno que guarden esto que escriben, el períodista que escribió esto, digo lo que tiene que hacer?.

    Sole es un exito, y lo seguirá siendo.

    Saludos,

  2. Hernán de Misiones on 6 enero, 2013

    Tragate tus palabras. La Sole es un éxito, brillo en el bicentenario de la patria y es una cantante popular de primer nivel que aman todos los argentinos. Te cerró la boca y espero tus disculpas públicas. Grand emana

  3. leo on 5 febrero, 2013

    Y ahora 17 años despues q decis? Supungo q dejaste el periodismo y sos taxista no? Jajajajaja

  4. Esteban López on 24 mayo, 2013

    Felicito al autor o autora de la nota sobre el fenómeno Soledad. Supongo que no quiere decir por este medio cuál es el motor de este fenómeno. Yo lo conozco bien y puedo dar pruebas del mismo. Si el autor/a pudiera escribirme, sería para mí un gusto conocerlo/a y estar comunicado, y de paso le aportaría información de por qué, cómo y para qué sucedió este fenómeno. Un abrazo.

  5. Antonio Santisteban on 11 septiembre, 2016

    Que suerte la del periodista que no puso su nombre.El tiempo es el crisol de la verdad y la Sole creció como la sombra cuando el sol declina. Grande Sole, y este pobre periodista mediocre que nadie lo conoce que se osó criticar draconianamente a una adolescente, cuando todavía se iniciaba.

  6. Julio Speranzini on 1 abril, 2017

    A internet é impiedosa! Guarda para sempre os juízos e enganos. Os elogios e as críticas.
    Pobre jornalista crítico que escreveu palavras sobre algo muito maior que ele, maior que sua compreensão.
    Estamos em 2017. Vinte anos após a redação desta «crítica».
    Que diz agora o autor sem nome? Que se enganou? que não quis dizer o que disse?
    Quantas vezes vemos erros iguais a este? Uma pessoa limitada falando do infinito…
    Soledad Pastorutti – La Sole – a mesma Sole do início…reinando em vários países da America Latina, na America do Norte e na Europa.
    La Sole é a maior representante feminina do folclore argentino…queiram ou não seus críticos. A miopia, a inveja, a pobreza de espírito e a falta de magnanimidade deixam cegos e surdos aqueles que não conseguem reconhecer uma artista do nível de La Sole.
    Para machucar o ego de seus críticos vou repetir aqui: La Sole…La Sole…La Sole!

  7. Fran Cheburst on 8 septiembre, 2021

    Siempre pensé que no era una artista y que su timbre de voz era desagradable.

    • Matias on 31 enero, 2022

      Es una excelente artista, si no te gusta, no la escuches.

¿ QUIERE DEJAR UN COMENTARIO ?