Uno de los méritos de sus autores es la mesura en el hablar: dicen todo lo que es necesario decir básicamente en una obra de esta naturaleza, sin caer en la charlatanería. Es así que les han sido suficientes pocas páginas para explicar, en el primer capítulo, qué es la doctrina social de la Iglesia (DSI) y presentar de este modo el tema del libro aun a los no iniciados. El libro versa sobre la “doctrina social”, es decir, sobre el conocimiento y la enseñanza acerca del hombre llamado a vivir en sociedad, que la Iglesia deriva del Evangelio. Es una “disciplina” que involucra, por lo mismo, un cierto saber y una comunicación de ese saber; un magisterio, una docencia y un discipulado.

 

Tras el modo escueto, directo y sencillo con que se expresan los autores, no queda oculta la trascendencia del tema tratado. En líneas generales, se trata de aquello que, con toda claridad a partir del Vaticano II, ha sido puesto por la Iglesia en el centro de su diálogo con el mundo moderno, a saber, el hombre, ser social por naturaleza. Por cierto, la Iglesia no ha dejado de poner a Dios en el centro de su fe y de su predicación, pero ha percibido con lucidez que el Dios en el que ella cree, el Dios de Abraham y, sobre todo, el “Dios, Padre de N.S.Jesucristo”, más que ocultar al hombre, lo manifiesta, situándolo en la dimensión más plena de su propio misterio. También es verdad que la Iglesia siempre ha hablado del hombre en referencia a su destinación última, a la “vida eterna”, pero en el Concilio ha percibido con más intensidad la urgencia de escuchar a la humanidad que, en el interior de este tiempo presente, se entrega a la tarea de construir el mundo, de hacer cultura y desarrollar una historia, de construir su civilización, tarea que no es otra cosa que el reiterado ensayo, a través de las épocas, de vivir humanamente, de ser más hombre, de superar las formas inhumanas de existir, tarea que el hombre no puede realizar sino reunido en sociedad. En este orden de cosas la Iglesia quiere contribuir con la propuesta de lo que se ha llamado su “doctrina social”. Ésta, a lo largo de su formación y desarrollo, ha ido explicitando e integrando, además de sus fundamentos antropológico-teológicos, diversos temas específicos, que son presentados en el Manual de una manera sistemática y coherente, a partir de la dimensión básica del hombre considerado como persona y, por lo mismo, de su dignidad y de sus derechos fundamentales (cap.2-3). La misma realidad del hombre como persona lo abre a la relación con las demás personas, básicamente en el doble tipo de comunidad: la familia (cap.4) y la sociedad (como comunidad nacional e internacional; cap.5,13). La sociedad se organiza y desarrolla en las dimensiones política, económica y cultural. En la dimensión política, surge la figura del Estado (cap.5) y nacen las diversas ideologías (cap.6); la dimensión de la economía (cap.7) es regida por el derecho de propiedad, actuada en el trabajo (cap.9) y organizada en la forma de la empresa y del sindicato (cap.10). Como dimensión más abarcante es presentada la cultura (cap.11), con un capítulo anexo sobre ciencia y técnica (cap.12), y otro conclusivo en el que se incorpora el tema de la ecología.

 

La DSI es una “enseñanza” que el magisterio pontificio y episcopal imparte a través de documentos que son de diverso género o tipo literario: la carta encíclica, el discurso, etc. La obra que presentamos aquí expone esa enseñanza del magisterio eclesial en forma de manual. Sus autores han logrado muy bien el objetivo de este otro género literario, cuya finalidad es netamente pedagógica, en nuestro caso, la de iniciar en el conocimiento de la DSI de una manera sistemática. Lo han logrado, ante todo, a través de la forma expresiva, breve, sencilla, directa y clara; a través, también, de una exposición en la que han sabido jerarquizar las ideas o los puntos de desarrollo, destacando lo importante y dejando en el silencio lo que resultaría farragoso en un manual. También han logrado el objetivo didáctico a través de varios recursos metodológicos: es digno de ser destacado, ante todo, la inclusión, en cada uno de los capítulos, de apéndices documentales en los que son transcritos textos seleccionados de diversos documentos del magisterio. En un manual cuyo contenido es la DSI, la enseñanza misma del magisterio eclesial, es entregada en cierto modo, como de segunda mano; por eso ha sido importante incluir los textos mismos de dicho magisterio para que el lector pueda acceder directamente a ellos, que constituyen la fuente inmediata del Manual.

 

Esta segunda edición actualizada les ha permitido a los autores introducir la referencia a documentos pontificios y episcopales aparecidos en los últimos años. En este orden de cosas, la edición de este Manual está enriquecida sobre todo por el suplemento opcional del diskette PC, que contiene veintiséis documentos del magisterio pontificio y episcopal, tanto latinoamericano como argentino. Otros recursos didácticos importantes son el índice final de materias y los recuadros que permiten tener una mirada sintética de diversos tópicos.

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