Lo que un niño contempla o tiene como suyo. Su mirada o las sombras que limitan su espacio. Un escollo, el misterio de aguas que se agitan. Ese niño camina por la tierra que inventa es su cómplice y tiene la muerte por delante Compartilo: Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva) Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva) Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)