Los maravillosos avances junto con las posibles y graves dificultades que acompañan cada cultura, han exigido ciertas reinvenciones para asumir humanamente las novedades que tocan afrontar (1). El nuevo mundo digital ha revolucionado hoy la manera de pensar, sentir, decidir, relacionarnos o trabajar. Nuestra época goza de inimaginados progresos debido a las novedades informáticas, como el acercamiento de geografías y culturas; la globalización de la economía, de los gustos y modas y una comunicación que alcanza en segundos el reverso del globo terráqueo.
Byung Chul Han, pensador oriental con formación alemana (2) , nos ayuda a reflexionar acerca de ciertas temáticas en las cuales estamos inmersos: cuestiones vinculadas con el neocapitalismo y la nueva sociedad del trabajo; la tecnología, la inmediatez sin distancia en la cual nos coloca el mundo de la información, la transparencia sin pudor que puede inaugurar el big data, la disincronía o el tiempo atomizado al cual tienden a someternos los aparatos y los nuevos controles, o las vigilancias y coacciones que pueden promover los refinados medios de comunicación. Más de una decena de sus libros, munidos de estas problemáticas actuales, han sido traducidos al castellano. Intentaremos en estas líneas comentar sólo algunos de los riesgos existenciales, relativos a las formas de vivir de comienzos del siglo XXI, que el pensador describe en su vasta obra. (3)
El hombre digitalizado guarda la peligrosa tendencia de instalarse en espacios extremadamente individualistas. El filósofo surcoreano emplea la metáfora del “enjambre” para describir esta nueva y frecuente forma de estar conectados pero no vinculados: permanecemos contiguos en el espacio y en el tiempo pero encerrados en muros solitarios y anónimos, suerte de panales humanos. Los individuos que se reúnen de esta manera no desarrollan ningún nosotros (Han, 2014, 27). Esta aparente cercanía humana se asemeja más bien a las unidades volátiles, fugaces e inestables de los rebaños constituidos por los animales (Han, 2014, 29). Bajo estas condiciones al solitario digital se le dificulta extremadamente la capacidad de estar juntos en el espacio público, de vivir comunitariamente intercambiando pareceres, hablando y escuchando a los otros para decidir el futuro común. Esta problemática, central en la filosofía aristotélica, fue desarrollada por Hannah Arendt en el siglo XX, con quien Han entra en diálogo, ambos vinculados a la filosofía de Martin Heidegger.
¿Cómo resulta el mundo virtual al que asistimos hoy durante incontables horas? Si escuchamos nuevamente a nuestro pensador, en diversos pasajes de su obra encontramos la expresión de “un espacio altamente positivo”. La apariencia, la seducción, el maquillaje y la diversión animan enfáticamente estos nuevos lugares. Los rostros, las miradas o la negatividad del mundo de la vida no tienen cabida en la virtualidad. En incontables situaciones, observa el pensador, “El medio digital consuma aquella inversión icónica que hace aparecer las imágenes más vivas, más bellas, mejores que la realidad percibida como defectuosa” (Han, 2014, 49).
Un nuevo poder, quizás no francamente tematizado (Han, 2014, 27), altamente eficiente, conectado con el big data, se hace presente en las redes. Éste permite condicionar la psique a nivel prerreflexivo y aún predecir conductas colectivas (Han, 2014, 25). Nuestro pensador, un poco apresuradamente, afirma que la transparencia es en realidad un dispositivo neoliberal. Aclara al respecto: “De forma violenta vuelve todo hacia el exterior para convertirlo en información” (Han, 2014, 22).
No podemos olvidar los profundos cambios producidos hoy en la vivencia del tiempo: la temporalidad del mundo de la comunicación y de las informaciones se aleja de lo que podemos concebir como una trama histórica que reúne pasado, presente y futuro para configurar la vida como una unidad con sentido. El tiempo de la información, del zapping o de la inmediatez constituye una temporalidad atomizada, un tiempo sin aroma. La línea de tiempo, advierte Han, tiende a perder hoy su significado, su meta, y se transforma en una línea de puntos que se aceleran o retrasan a los tumbos, sin tensión narrativa (Han, 2009, 9).
La dialéctica hegeliana del amo y del esclavo quedó atrás en las sociedades tecnológicamente avanzadas del siglo que comienza, advierte Han. El exceso de exigencias y de rendimiento en el trabajo, la sobreestimulación, la sobreabundancia de información o el superávit de obligaciones conducen –Han reflexiona principalmente desde la experiencia surcoreana– a cierta autoexplotación. El sí mismo se ve amenazado por una autoexigencia demoledora, destructiva, que el individuo se autoinflige. La apariencia socialmente brillante y obesa por ser sobreexigente, advierte Han, guarda una escondida dialéctica de guerra. Esta peligrosa tensión interior, altamente positiva, produce “infartos del alma”. La positividad excesiva conduce hoy a desgastes extremos o enfermedades neuronales como la depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) y el síndrome de desgaste ocupacional (SDO) o síndrome del trabajador quemado o burnout. Vida positiva, exitosa, y muerte en vida parecen entremezclarse peligrosamente.
Han considera que se esbozan, en nuestra maravillosa época tecnológica, entre otros aspectos, cierta tendencia al aislamiento existencial, una inclinación a huir del mundo real e instalarse en el virtual, nuevas vigilancias y controles y mortales fatigas.
Desde su formación budista–zen nos invita a demorarnos, a tomar distancia, a hacer silencio, a vaciarnos de las imposiciones digitales para poder llevar vidas auténticamente humanas (4). El psicopoder que emana de las redes y que por momentos parece decidir por nosotros, sólo puede contrarrestrarse con una vida interior vigorosa que permita evaluar lo que tan eficientemente se nos ofrece. Advierte: “El ruido, la saturación de información, los ritmos de la máquina tienden a desplazar el silencio que el alma necesita para desarrollar las alas que le permiten crecer hacia las realidades espirituales” (2014: 39, 84).
En La expulsión de lo distinto y La agonía del eros, Han nos insta a recuperar la comunidad, el nosotros, el espacio público frente al peligro de individualismo narcisista practicado en las redes que conducen, como ya los griegos consideraron en la figura de Narciso, hacia la muerte.
Nos convoca también el pensador a no olvidar los umbrales, los lugares de reunión, las tramas, la narración que vincula pasado, presente y futuro en instancias individuales y sociales tales como los rituales, para que nuestras vidas recobren continuidad y sentido de totalidad.
En Loa a la tierra insta a no perder la percepción del milagro de las horas, de la diversidad y complejidad de la naturaleza, de los colores, de las formas, de los perfumes que nos acompañan en experiencias caseras, cotidianas y cercanas.
Aun encontrando que algunas interpretaciones de nuestro autor acerca de la revolución digital a la que estamos asistiendo en el siglo XXI son sesgadas, responden a cierta ideología política de base o pasan por alto aspectos importantes no tematizados (5) , Han guarda el gran mérito de recolocar la filosofía al alcance del gran público, de despertar interés e incentivar el coraje de pensar lo que nos acontece.
Teresa Driollet es Profesora de Metafísica y Ética e Introducción a la Filosofía y Antropología de la Facultad de Psicología y Educación de la UCA
NOTAS
1. En este sentido coincidimos con el físico y filósofo Gilbert Simondon, quien sostiene que: “Cada época debe descubrir su humanismo, orientándolo contra el peligro principal de alienación” (Simondon G., 1969, 102).
2. Byung-Chul Han nació en Seúl en 1959. Estudió filosofía en la Universidad de Friburgo y luego se formó en literatura alemana y teología en la Universidad de Munich. Se desempeña actualmente como profesor de estudios culturales en la Universidad de Arte de Berlín.
3.Nos ocuparemos principalmente en este escrito de los siguientes libros de Byung-Chul Han: Im Schwarm. Ansichten des Digitalen, Berlín, 2013, Matthes & Seitz Verlag. Trad. al castellano de Byung-Chul Han En el enjambre. Barcelona, 2014, Herder Editorial.
Müdigkeitsgesellschaft, Berlín, Matthes & Seitz Verlag. Trad. al castellano Byung-Chul Han, La sociedad del cansancio. Barcelona, 2017, Herder Editorial.
Duft der Zeit: Ein philosophischer Essay zur Kunst des Verweilens, Bielefeld, Transcript. Trad. al castellano de Byung-Chul Han, El aroma del tiempo. Barcelona, 2015, Herder Editorial.
Agonie des Eros. Berlín, 2012 Matthes & Seitz Verlag. Traducido al castellano por Byung-Chul Han, La agonía del Eros, Barcelona, 2014, Herder Editorial
Psychopolitik: Neoliberalismus und die neuen Machttechniken. Frankfurt, 2014, S. Fischer Verlag. Trad. al castellano de Byung-Chul Han, Psicopolítica, Barcelona, 2014, Herder Editorial.
Die Austreibung des Anderen. Frankfurt, 2016, S. Fischer Verlag. Trad. al castellano de Byung-Chul Han, La expulsión de lo distinto, Barcelona, 2017 Herder
Editorial.
Byung-Chul Han (2018). Lob der Erde. Eine Reise in den Garten. Berlin: Ullstein Verlag. Trad. al castellano en: .Byung-Chul Han (2019). Loa a la Tierra. Barcelona: Herder Editorial.
Byung-Chul Han (2002). Philosophie des Zen-Buddhismus. Stuttgart: Reclam. Traducido al castellano en:Byung-Chul Han (2015). Filosofía del budismo Zen. Barcelona: Herder Editorial.
4. Léase al respecto Byung-Chul Han, Filosofía del budismo Zen, Barcelona, 2015, Herder.
5. Coincidimos en este sentido con algunas de las afirmaciones de Vásquez Rocca, A., «BYUNG-CHUL HAN: La sociedad de la transparencia, Autoexplotación liberal y Psicopolítica¨ En: NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Vol 52 (2017): Número especial 2017. Universidad Complutense de Madrid.
2 Readers Commented
Join discussionMuy interesante. Gracias por acercarnos aunque sea , un poquito, a quienes hoy nos ayudan a pensar lo que estamos viviendo.
Me gusta el espíritu crítico al a orar nuestra modernidad leí el libro «la Salvación de lo Bello»»