Reseña del libro «Introducción a la moral económica», de Gustavo Irrazábal
(Buenos Aires, 2020, Ágape)

El nuevo libro del padre Gustavo Irrazábal, Introducción a la moral económica, es bienvenido ya que, por una parte, constituye un muy interesante aporte en una temática que hoy suscita serias controversias y, por otra, pone acento en aspectos que se suelen soslayar. Entre estos últimos, podrían destacarse dos de ellos por su importancia.
El primero es el señalar, de acuerdo a la mejor tradición de la moral, la primacía de la virtud. La virtud de los agentes será el principio básico de una buena vida moral económica. Una virtud abierta a la caridad que hará prosperar la vida económica más allá de la necesidad del imperio de la ley y de adecuadas instituciones que permitan, precisamente, el despliegue de los talentos personales. Vemos con frecuencia que este análisis suele faltar. Asimismo, este principio ayuda luego al padre Irrazábal a analizar, por ejemplo, la naturaleza de la justicia social (tema no ajeno a muchos malentendidos).
El segundo aspecto es el detenerse a analizar y escuchar con atención los legítimos aportes de las ciencias económicas, reconocer sus leyes y ver de qué modo pueden “manejarse” de modo que la economía resulte humana y que prospere el bien común. Muchas veces vemos, lamentablemente, que estudios de moral económica hacen total abstracción de la naturaleza de los procesos económicos y en consecuencia se proponen caminos que más allá de las buenas intenciones llevan a mayor pobreza, mayor exclusión y donde fatalmente se termina agrediendo la dignidad humana y el bien común.
En su libro, Irrazábal desarrolla, a modo de manual, los principales temas de la disciplina: la naturaleza de la ética social católica, su relación con las ciencias y particularmente con la economía (aprovechando allí para explicar las nociones más elementales de la materia) y la justicia social y la caridad social para pasar luego a los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, los sistemas económicos y las instituciones y la gran cuestión del trabajo y la empresa. Finaliza con un apunte acerca de la Iglesia y el desarrollo de los pueblos.

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