La necesaria convocatoria a los acuerdos posibles

El último susto, con la disparada del dólar, produjo una devaluación de magnitud que no había sido programada. En todo momento estuvo claro que el detonante su originó en los Estados Unidos de Trump y que los efectos se propagaron por varios países, además de la Argentina, donde descollaron por su relevancia. El inesperado recurso al FMI hizo que se tomara conciencia de una fragilidad que estaba allí, aunque no parecía haber sido percibida por las autoridades. El Gobierno entró en un acelerado y razonable proceso de revisión de las líneas que se venían siguiendo. Se modificó la copiosa estructura ministerial que se ocupaba de la economía y se amplió el marco de las consultas políticas.

Algunos comentaristas evocaron las palabras «que se vayan todos». Pero la situación es distinta, aunque subsista el drama injustificable de un tercio de la población pobre en un país rico, con todo lo que la pobreza representa en materia de educación, salud, ocupación y perspectivas de futuro. En este contexto cabe mencionar, con esperanza, el complejo proceso por el cual se busca dar un reconocimiento institucional a movimientos populares que hasta ahora se habían caracterizado por su esfuerzo por hacerse oír y ver y los disturbios que paralizan la vía pública, con efectos nocivos e indiscriminados.

Por lo pronto, la autoridad del Estado y su gobierno no están en discusión. Las aspiraciones destituyentes están circunscriptas a personalidades desprestigiadas. El poder político es compartido por distintos partidos y corrientes de opinión, con y sin representación en el Congreso. Los peronismos, que fueron gobierno tantas veces, tienen, además, una gran responsabilidad, hoy desde la oposición. Más allá de quien hoy es único y legítimo responsable del gobierno, es indudable que del futuro argentino son también responsables los empresarios, los banqueros, los sindicalistas, los universitarios e intelectuales y todos los ciudadanos, cada uno en su medida.

El Presidente de la Nación también aludió a un acuerdo nacional. Esto es necesario, aun cuando los contornos de una posible convocatoria no hayan sido definidos todavía. Un acuerdo con perspectivas de solidez y duración, un acuerdo posible, debería también involucrar a los que José Luis de Imaz llamaba “los que mandan” en la sociedad argentina.

3 Readers Commented

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  1. Juan Carlos Lafosse on 22 mayo, 2018

    La explicación cuantitativa de la vulnerabilidad crítica que provocó la disparada del dólar la proporciona el balance cambiario del BCRA: en 2016/2017 se fueron u$s 33.000 millones por déficit de la cuenta corriente del balance de pagos y u$s 30.000 por «formación de activos en el exterior», mote simpático para denominar la fuga de capitales.
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    Macri nos dice que esta «turbulencia» fue causada por el déficit fiscal que se debe reducir, cuando en realidad es una crisis externa, causada primariamente por esta desenfrenada fuga de dólares
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    La trampa es que tratan de conseguir que «reducir el déficit fiscal» se identifique con reducir jubilaciones, políticas sociales y otros varios derroches de los pobres.
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    Los subsidios a las empresas no se mencionan, y la insana carga de intereses… no es «déficit primario», y por eso se sienten autorizados a no mencionarla. Y procuran que no se piense en eso.
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    Tampoco, por supuesto, está permitido hablar de reducir el déficit fiscal por el lado de los ingresos. Vade retro!
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    El gobierno de Macri actuó a destiempo, fruto de un equivocado e ingenuo diagnóstico que no valoró el cambio en las condiciones internacionales de financiamiento que se veía venir desde hace tiempo.
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    Que la culpa es golpistas destituyentes capaces de comprar miles de millones de dólares, de Trump y la «pesada herencia» ya no se lo cree nadie, pero Macri aprovechó para atarnos nuevamente al FMI…

  2. lucas varela on 29 mayo, 2018

    Linda foto¡¡
    Tres funcionarios pidiendo acuerdos, y pidiendo «patria». Tres fondos offshorizados que «no tiene nada de malo». Tres líderes de la «pobreza cero», con riqueza cien.
    Uno de ellos…..»machirulo» (mezcla de macho y «paparulo»), otro «ministro, pero solo «coordinador». Y otra, que no está en la foto por razones obvias, simplemente «loca».
    Cuando los líderes se pierden el respeto, nos alejamos cada vez más de «acuerdos» y acecha la violencia. El final ya está anunciado.

  3. lucas varela on 29 mayo, 2018

    ¿Cómo hacer? Para que el presidente entienda que, a veces, estar loco es haber perdido la razón pero no la verdad. Porque, ya estamos en el momento en que se dicen verdades que el presidente calla.
    ¿Y ahora? Quizás, pudiera venir un gobierno civil, con «ayuda militar».
    Claro, de democracia y república, no se habla.

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