Con fecha 20 de abril, la prensa española difundió un comunicado de la ETA, originalmente fechado el día 8 de este mes, en el que la organización terrorista, que anteriormente había anunciado el cese de la lucha armada y la entrega de sus armas, afirma : “Somos conscientes de que en este largo periodo de lucha armada hemos provocado mucho dolor, incluidos muchos daños que no tienen solución. Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto. Lo sentimos de veras. A consecuencia de errores o de decisiones erróneas, ETA ha provocado también víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto, tanto en Euskal Herria como fuera de ella. Sabemos que, obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna. También hemos provocado graves daños que no tienen vuelta atrás. A estas personas y a sus familiares les pedimos perdón. Estas palabras no solucionarán lo sucedido, ni mitigarán tanto dolor. Lo decimos con respeto, sin querer provocar de nuevo aflicción alguna”… “Nadie puede cambiar el pasado, pero una de las cosas más perjudiciales que se podría hacer ahora sería intentar desfigurarlo o ocultar determinados episodios. Reconozcamos todos la responsabilidad contraída y el daño causado. Pese a no tener ni el mismo punto de vista ni los mismos sentimientos, todos deberíamos reconocer, con respeto, el sufrimiento padecido por los demás.”…” de cara al futuro, la reconciliación es una de las tareas a llevar a cabo”
EL Gobierno español recibió con beneplácito el anuncio. Órganos de prensa españoles no dejan de señalar que la ETA en su comunicado parece introducir una odiosa distinción entre sus víctimas. Ello no obstante, cabe destacar el hecho positivo de la pública admisión y la importancia de encarar en el futuro una reconciliación sobre la base del reconocimiento de la responsabilidad compartida.
El diario Página/12 del 21 de abril termina un artículo referido al comunicado en cuestión, con una cita de Arnaldo Otegi que expresa “… la reconciliación, una tarea todos debieran asumir” .
Salvadas las obvias distancias geográficas e históricas, no cabe duda que se trata de una enseñanza que los argentinos deberíamos meditar y aprovechar.
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Por contraste no puedo menos que asimilar esta situación a la casi equivalente habida en nuestro país y que todavía sufrimos , en cuanto a la contumacia de un grupo armado que no depuso formalmente las armas ni ha pedido perdón sino que solo buscó y busca revancha.. Solo la verdad osghará libres parece haber comprendido ETA. No creo que las organizaciones de nuestros país empezando por Madres y Abuelas y siguiendo por los aún activos ex-guerrilleros y terrorisats del ERP, de Montoneros y otras agrupaciones subersivas similares, organizadas como ejércitos contra el gobierno constituído y cometiendo crímenes de lesa humanidad tengan ni lleguen a tener la grandeza de reconocer suparte de culpa a fondo y totalmente como lo hace hoy ETA y pidan el perdón necesario para construir la paz que nos hace falta.
¿Videla massera y todos los terroristas de estado pidieron perdón?¿qué tienen que ver las madres y abuelas? ellas no cometieron ningún delito,los montoneros y erpianos y triple a cnu y c de o deben pedir perdón por sus robos secuestros torturas y asesinatos
Los pueblos que no se reconcilian de los enfrentamientos, odios y desencuentros del pasado, asumiendo cada parte su cuota de responsabilidad y con la nobleza y magnanimidad de pedir perdón y perdonar, hipotecan su futuro y el derecho de las nuevas generaciones de vivir en una nación de paz, justicia y libertad.
Estimado Fernando Yunes,
Muy bien dicho. El pedir perdón y perdonar es acción de curación inmediata. Pero no es fácil.
Sin arrepentimiento no es posible el perdón, por lo que debe haber justicia. Con justicia, es posible vivir en paz.
Cualquiera sea el bando, la libertad es conciencia de la ley. No se puede matar al prójimo, violando una ley.