
Gustavo Béliz preside el Instituto para la Integración de América latina y el Caribe (INTAL), que se dedica a acompañar y estudiar, como thinktank del BID, los procesos de integración de América latina a nivel regional e internacional, con énfasis en temas de innovación y procesos tecnológicos, y cómo éstos impactan sobre el concepto clásico de integración.
-¿Cuáles son los efectos de la economía digital? ¿Es muy diferente el impacto en los países que se están preparando para estos cambios y el resto, como la Argentina?
-Tenemos la impresión de que hay un bache de capacidad institucional muy grande para enfrentar el cambio tecnológico. La encíclica Laudato si habla de un cambio poliédrico, que involucra a varios sectores, empezando por lo estrictamente laboral, pero también lo tecnológico, lo educativo, el perfil de inversiones y de comercio, la macroeconomía… Todos estos sectores requieren un trabajo anticipatorio para prevenir y reorientar perfiles productivos y laborales que ya están siendo muy distintos a los que conocimos tradicionalmente. Da la impresión de que vivimos en una situación de parálisis y azoramiento frente a estos cambios, y todavía el sector estatal no es capaz de generar convocatorias a esta especie de multisectorialidad que requiere el cambio tecnológico.
-¿Hay algunos ejemplos positivos para imitar?
-Hay algunos esfuerzos valiosos, por ejemplo, Francia, Alemania y España generaron programas de industrias 4.0. América latina aún no está prestando la atención que requiere el tema. Un ejemplo típico es la industria automotriz: tiene tres millones de empleados en América latina y el sector ya está enfrentando cambios gigantescos, como los vehículos sin conductor, autopistas inteligentes, enormes fusiones con las empresas de datos, la automatización y los modos diferentes de consumo. En todos los aspectos de la vida cotidiana hay cambios. Pensemos en la industria sin chimeneas del turismo, donde fenómenos como Airbnb en algunas ciudades generan más oferta de alojamiento que las cadenas clásicas de hoteles. ¿Cómo debe repensarse el servicio hotelero? Los taxis y Uber son otro ejemplo de la novedad que afectará al fenómeno general de la movilidad, con sus luces y sombras: puede ser más segura si se generan mecanismos de automatización, y a la vez bajarán las primas de los seguros, que es otra industria gigantesca en la región.
-¿Qué pasa con la resistencia desde distintos sectores vinculados a la economía y a la política, por ejemplo, los sindicatos?
-Obama, antes de dejar la Casa Blanca, conformó una comisión de economistas y tecnólogos expertos en inteligencia artificial, que propuso líneas de trabajo interesantes asociadas con la ética, el manejo de la inteligencia artificial y la conformación de los recursos humanos. En este sentido, consideraron que el empleado público requerirá un expertise alto y manejo inteligente de base de datos. Además, el informe da por sentado dos cosas que se va a masificar en los próximos años: vehículos sin conductor en el sentido amplio (aviones, camiones, autos) y los drones, que implican cambios regulatorios gigantescos.
-¿Cómo podrá regularse en una economía donde las fronteras desaparecen?
-Se trata de plantear grandes objetivos regulatorios que se van adaptando con flexibilidad a cambios con los que la ley, si no es flexible, queda rápidamente desactualizada.
-¿Qué incentivos a la innovación podrían ser útiles para acompañar estos cambios?
-El proceso de innovación debe entenderse no sólo en la clásica división de bienes y servicios sino en una conjugación de una economía híbrida. Por ejemplo, un auto hoy, ¿es un producto industrial o es un producto de conocimiento? ¿Las camperas con chips son un producto de la industria textil o de conocimiento? En los nuevos productos se conjugan materiales clásicos y actividades del conocimiento muy intensivas, que se capturan de modo insuficiente con las estadísticas clásicas de comercio. En este sentido, por ejemplo, la discusión paritaria debería estar asociada no sólo al tema clásico de los salarios sino a disparar mecanismos de innovación en un amplio sentido: innovación de procesos e incorporación de tecnología en el aula.
-¿Cómo puede medirse a partir de esta perspectiva la economía de un país?
-El economista francés Jean-Paul Fitoussies uno de los especialistas que está pensando de qué manera capturar esto en términos de las cuentas nacionales. La presencia de los robots genera un cambio formidable en la mecanización clásica. Puede hablarse de un taylorismo digital, que empieza a fragmentar procesos de producción en todo el mundo y que está generando mecanismos inversos a la clásica globalización, por ejemplo, la relocalización de algunas industrias como el calzado, porque ya no cuenta tanto el costo laboral bajo de una cosedora en un taller que puede ser reemplazada por un robot, y que incluso cose mejor. Este escenario plantea paradójicamente las habilidades soft que son requeridas para la co-botización, que es la convivencia del robot con el trabajador: pensamiento intuitivo, creatividad, manejo dela ambigüedad, resolución de conflictos.
-¿Qué pasa con el aspecto ético?
-En este mundo, que parece tan abrumador, la mirada de la inteligencia espiritual es clave para esa convivencia que demandará valores bien establecidos para evitar los riesgos de terminar en una catástrofe.
-¿Qué opina respecto de la visión de Laudato si que de alguna manera advierte sobre el peligro de que la economía priorice sólo la eficiencia?
-Francisco cuestiona la tecnocracia del poder político, sin principios, asociado a un poder económico sin valores y que considera a la tecnología es un fin en sí mismo; la tecnocracia como un poder omnipresente que se ve, por ejemplo, en el mercado bursátil, donde la mitad de las operaciones del mundo son realizadas por robots. Pero a la vez Francisco plantea cómo la tecnología puede servir para combatir el cambio climático, por ejemplo, con las energías renovables. El fracking (Vaca Muerta es una muestra) o el shale gas cambian la matriz energética mundial en positivo: a partir de un cambio tecnológico hace a muchos países menos dependientes de la importación tecnológica. Además, hoy un panel fotovoltaico de energía solar hoy cuesta 90 veces menos que hace diez años.
-¿Dónde quedan posicionados los sindicatos y los partidos políticos? ¿Hay alguna pista en la doctrina social de la Iglesia?
-Lo que se desprende como evidencia de los pensadores que están analizando estos temas es la necesidad de generar un nuevo contrato social. El papa Francisco intuye la diferente concepción clásica de tiempo y espacio. Por ejemplo, con las impresoras 3D es posible programar una prótesis en Buenos Aires, diseñarla digitalmente y que se fabrique en Bélgica, en África o China. Así se altera el mecanismo clásico de valor, a partir del cual un producto pasaba de una fábrica a un camión, un puerto, un barco y otro camión y recién llegaba a destino. En cuanto al tiempo, lo que diferencia a esta cuarta revolución industrial es la velocidad del cambio en la transmisión de datos. Y de esta manera también cambia la relación empresario-trabajador. Por ejemplo, con una plataforma virtual como la que empieza a haber en muchísimos países, un experto puede desarrollar su trabajo en su casa y entregarlo digitalmenteen cualquier otro punto del planeta.
-¿Cuáles son los debates en este nuevo contexto?
-Uno tiene que ver con las horas de trabajo, que pasarían de 12 a 8 horas. Otro es la distribución de los beneficios. Pero más que nunca el concepto de puente de Francisco es fundamental porque debemos pasar de una era casi arcaica a una era de modernización incluyente, y no puede lograrse sin una transición compleja, en la que hay que tener en claro que la tecnología no puede ser un fin en sí mismo. Esto requiere repensar instituciones, mecanismos nuevos de negociación, y otros aspectos que tienen que ver con la distribución de esos ingresos fabulosos, porque no podemos olvidar el problema de inequidad enorme, especialmente en América latina.
-¿Y cómo debería cambiar la educación para acompañar estos cambios?
-Es necesario entender la educación como tarea permanente, no como tarea formal. En este sentido hay un gran desarrollo de los cursos masivos online, apuntando a la capacitación mixta entre presencialidad y contenido digital. En ambos casos hace falta el factor humano, porque la máquina no puede reemplazar al ser humano en el proceso educativo. El contacto de un docente que estimula adecuadamente al alumno es irremplazable.
-¿Qué posibilidades tienen las personas que hoy ya se las considerada desplazadas del sistema productivo?
-Sin dudas hay que fortalecer los procesos educativos y también aspectos necesariamente humanos como la psicología o la medicina. Repensar el contrato social desde un nuevo sistema de cuidados. El puente entre adultos mayores y jóvenes que plantea Francisco es otra línea pastoral de política pública extraordinaria para desarrollar. No son temas teóricos sino que hacen a dramas actuales: adicciones, enfermedades mentales, estrés cívico. En un artículo de Jacques Leclercq publicado en CRITERIO en 1961 ya hablaba de que el robot dejaría más tiempo libre para permitir el desarrollo espiritual y de las habilidades humanas. Por otro lado, en el caso específico de la Argentina, se van a cumplir 50 años del primer bypass de Favaloro, un ejemplo en el que nos posicionamos como líderes en la frontera del conocimiento. Hoy tenemos un amplísimo campo para desarrollar en este sector, como la historia clínica única, que ahorraría muchísimos recursos.
-¿Cambian también lo que se considera necesidades básicas de la población?
– En una encuesta que realizamos en América latina advertimos que un 30 por ciento de la población tiene dificultades para comer todos los días y de ese grupo, el 30 por ciento tiene un teléfono celular. Aparece entonces una situación muy ambigua, porque por un lado optan por un modelo de consumo digital que le permite conectarse y que entra en el plano de la identificación, aunque no pueda comer todos los días. En mi opinión, hay que repensar la política pública con los teléfonos móviles como medio. Y el concepto de movilidad debe ir acompañado del de portabilidad, porque el ser humano porta, por su condición de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios, una serie de derechos inalienables. En efecto, movilidad sin portabilidad corre el riesgo de generar una economía inhumana, que gira como una rueda loca sin un rumbo definido.
2 Readers Commented
Join discussionHumanidad es la clave. El progreso, si es verdadero, es creciente en percepción de la humanidad que late en la penumbra del saber. El progreso es consecuencia del conocimiento del hombre con ideas y sentimientos.
Pero, es que pareciera que la humanidad no evoluciona a la par del progreso material, tecnológico y científico. Y en esto, el cristianismo no ha hecho al hombre más bondadoso, ni más fraternal y cercano al ideal de Cristo.
Entre tanto progreso material, es evidente la escasez de personalidades vigorosas que irradien ideales humanistas. Y es evidente también, un innoble materialismo que lleva a confundir progreso con civilización.
tambien se puede leer caritas veritais de benedicto xvi para resolver los problemas de empresas y otros