Trump, presidente electo de los Estados Unidos

La magnitud del hecho político de la elección de Donald Trump como presidente de los EEUU es descomunal. El ungido es poseedor de una personalidad irascible, cuyas reacciones no son fáciles de predecir con criterios de la lógica común, pero que ciertamente posee una aguda sensibilidad para palpar el ánimo popular y seguirlo. Se trata de un presidente electo que carece de toda experiencia en la gestión pública, ajustada a la normativa enmarcada en una Constitución, con un equilibrio de poderes orientados a un bien común.
Al día siguiente del escrutinio, el diario El País de Madrid recibió la noticia con una nota editorial en la que afirmaba: “Ayer se consumó una brutal sacudida a los pilares sobre los que descansa el orden internacional, ya sea el comercio o la seguridad plasmada en la alianza entre las democracias”
En su saludo al nuevo presidente electo de los Estados Unidos, el Cardenal Parolin, secretario de Estado papal, dijo: “Creo que hoy tenemos la necesidad de trabajar todos juntos para cambiar la situación mundial, que es una situación de grave laceración, de gran conflicto”.
Los efectos de la elección no tardaron en hacerse sentir en el peso mexicano, país unido a los Estados Unidos por la historia, las fronteras, la numerosa población de inmigrantes y el acuerdo NAFTA.
Más allá de esa reacción inmediata, por el momento sólo es posible formular interrogantes sobre otros efectos a que este hecho se presta, tanto en el ámbito interno de los Estados Unidos como en el ordenamiento internacional.
Habrá que ver si el discurso extremista que lo llevó al éxito electoral es suficiente y apropiado para dirigir la mayor potencia del mundo, o si Trump será capaz de desligarse de sus emociones y asumir la conducción política con criterios de estadista.
¿Será que en lo sucesivo los Estados Unidos se ocuparán más de sí mismos y dejarán que el mundo se las arregle como pueda?
¿Serán mantenidos los compromisos asumidos con Europa en el marco de la OTAN?
¿El “establishment” republicano querrá, sabrá o podrá rodear y moderar el ímpetu del nuevo líder y su retórica?
Como alguna vez afirmó Henry Kissinger, estamos en un mundo nuevo en el que prevalecen las impresiones y las emociones sobre las palabras y los conceptos. Un mundo, por ende, inestable.
La elección de Trump no parece, a primera vista, que represente una contribución para la estabilidad mundial.

6 Readers Commented

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  1. lucas varela on 11 noviembre, 2016

    Tres comentarios:
    1° En Estados Unidos, a diferencia de Argentina, la democracia no es, necesariamente, el gobierno de las mayorías.
    2° Los republicanos ganaron todo.
    3° Donald y Mauricio han sido socios,…. y compartieron alguna noche de fiesta en New York.
    4° Donald es proteccionista.
    5° Mauricio no protege nada, ni las palabras.

  2. Juan Carlos Lafosse on 11 noviembre, 2016

    La pregunta que hoy se hacen todos es: ¿cumplirá con lo prometido o es «un chiflado» que mintió durante toda su campaña?
    Pero nadie duda que es un megalomaníaco peligroso. Curioso…
    Acá llevamos ventaja, ya nos dimos cuenta!

  3. Juan Carlos Lafosse on 12 noviembre, 2016

    Las razones no publicadas del triunfo de Trump.
    1) Los periodistas no le perdonan que ataque de frente al poder mediático. Le reprochan que constantemente anime al público en sus mítines a abuchear a los “deshonestos” medios. Trump suele afirmar: «No estoy compitiendo contra Hillary Clinton, estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación».
    2) Otra razón por la que los grandes medios atacaron con saña a Trump es porque denuncia la globalización económica, convencido de que ésta ha acabado con la clase media. Según él, la economía globalizada está fallando cada vez a más gente, y recuerda que, en los últimos quince años, en Estados Unidos, más de 60.000 fábricas tuvieron que cerrar y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados desaparecieron.
    3) Es un ferviente proteccionista. Propone aumentar las tasas sobre todos los productos importados. «Vamos a recuperar el control del país, haremos que Estados Unidos vuelva a ser un gran país», suele afirmar, retomando su eslogan de campaña.
    Partidario del Brexit, Donald Trump ha develado que, una vez elegido presidente, tratará de sacar a EE.UU. del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés). También arremetió contra el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), y aseguró que, de alcanzar la Presidencia, sacará al país del mismo «El TPP sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos».
    4) Su rechazo a recortes en materia de seguridad social, Social Security (jubilación) y del Medicare (seguro de salud) que desarrolló el presidente Barack Obama. Trump ha prometido no tocar a estos avances sociales, bajar el precio de los medicamentos, ayudar a resolver los problemas de los «sin techo», reformar la fiscalidad de los pequeños contribuyentes y suprimir el impuesto federal que afecta a 73 millones de hogares modestos.
    5) Contra la arrogancia de Wall Street, Trump propone aumentar significativamente los impuestos de los corredores de hedge funds que ganan fortunas, y apoya el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall. Aprobada en 1933, en plena Depresión, esta ley separó la banca tradicional de la banca de inversiones con el objetivo de evitar que la primera pudiera hacer inversiones de alto riesgo. Obviamente, todo el sector financiero se opone absolutamente al restablecimiento de esta medida.
    6) En política internacional, Trump quiere establecer una alianza con Rusia para combatir con eficacia a la Organización Estado islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Aunque para ello Washington tenga que reconocer la anexión de Crimea por Moscú.
    7) Trump estima que con su enorme deuda soberana, los Estados Unidos ya no disponen de los recursos necesarios para conducir una política extranjera intervencionista indiscriminada. Ya no pueden imponer la paz a cualquier precio. En contradicción con varios caciques de su partido, y como consecuencia lógica del final de la guerra fría, quiere cambiar la OTAN: «No habrá nunca más garantía de una protección automática de los Estados Unidos para los países de la OTAN».
    Todas estas propuestas no invalidan en absoluto las inaceptables, odiosas y a veces nauseabundas declaraciones del candidato republicano, que si fueron difundidas con bombos y platillos por los grandes medios dominantes.
    Pero, según Ignacio Ramonet, serían las que explican el porqué de su éxito.

  4. lucas varela on 14 noviembre, 2016

    Estimado Juan Carlos Lafosse y amigos,
    Si los argumentos de Ignacio Ramonet explican el porqué del éxito del Donald, es asunto vital y trascendente entonces, dilucidar el porqué del éxito del nuestro, el Mauricio.
    Creo que el tema argentino es mucho más oscuro. Nuestros políticos, si son inteligentes y patriotas, deben saber y aprender.

  5. lucas varela on 14 noviembre, 2016

    El caso es que hoy las cosas son lo que son, lamentablemente.
    Me adelanto al pasado, mirando el futuro, y me temo cosas: a la probable «alineación» del Mauricio con el Donald, a las «recetas» del Fondo Monetario Internacional», a la desocupación de dos dígitos, a la pobreza de dos dígitos, a la ausencia de ideales.

  6. lucas varela on 24 noviembre, 2016

    Democráticamente hablando, Se confirma que Hilary ganó por una diferencia de ¡2 millones de americanos¡ aproximadamente.
    ¿Qué es esto?
    ! Es la hipocresía estúpido¡ Diría Bill, el amado esposo de Hilary.
    Parece que el desorden democrático,… y familiar, está calando hondo en el “demo” americano.
    Las consecuencias están por verse. Quizás, el mal resulta ser un bien,…o no.
    Los “maestros” del Acton Institute necesitan un urgente baño de humildad.
    Se dice que a veces, los maestros aprenden de sus alumnos.

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