Reseña de ISIS: El retorno de la yihad, de Patrick Cockburn (Buenos Aires, 2015, Ariel).
El terror nos ha impuesto su marca y esa marca tiene un nombre: ISIS, Estado Islámico de Iraq y Siria. Aparecen en nuestro vocabulario términos y nombres de difícil pronunciación que sólo pocas personas conocían. Las guerras lejanas, en países cuya complejidad socio política nos excede, forman parte de nuestro cotidiano. Quizás ver los actos terroristas en los diarios ya no nos cause la misma sorpresa; pero el espanto, el desconcierto, la incomprensión y el miedo permanecen y se profundizan. No podemos desentendernos. Necesitamos conocer más, saber quién o qué es esta fuerza que nos detesta tan ferozmente; por qué la manifestación de la crueldad es parte de su arsenal; qué causa persigue, cómo ha surgido y de dónde proviene su financiamiento.
Patrick Cockburn da respuesta a muchos de estos interrogantes, con la voz autorizada de quien habla desde el lugar de los hechos. Prestigioso periodista irlandés (ha ganado varios premios internacionales), se desempeña desde 1991 como corresponsal en la zona, del Financial Times primero y actualmente de The Independent.
Cuando ISIS toma Mosul en 2014, después de sólo cuatro días de lucha, Cockburn nos dice que “El nacimiento del nuevo Estado fue el cambio más radical en la geografía política de Oriente Medio desde (…) la Primera Guerra Mundial”. Un nuevo Estado que aprovechó la pérdida de prestigio de los Estados Unidos, después de la fallida guerra en Iraq y su inmovilismo en 2011 ante la guerra civil en Siria, para imponer un califato en Siria e Iraq, que además ya está echando bases en Libia. De manera clara y precisa expone la situación política y social y los enfrentamientos religiosos (sunitas vs. chiítas) que ha llevado a la actual guerra en Iraq y a una guerra civil en Siria con tres bandos en pugna. Así descubrimos que los recursos asignados por los Estados Unidos a la lucha contra Assad han sido directamente aprovechados por ISIS, y cómo el financiamiento wahabita (Arabia Saudita, Qatar, Emiratos –todos países “aliados” de EEUU–) a los grupos sunitas también terminó en las arcas de Estado Islámico. Y que la porosidad de las fronteras facilita la entrada y salida de los terroristas entre Turquía, Iraq y Siria sin mayor inconveniente.
Del mismo modo narra que casi siempre Occidente atacó objetivos equivocados (por ejemplo Iraq en 2001, cuando Al Qaeda, de donde deriva ISIS, tenía su base en Arabia Saudita) o financió inadvertidamente a quienes a su vez entregaban dinero y recursos a los grupos terroristas. La conclusión es desmoralizante: “La guerra contra el terrorismo por la cual se han limitado las libertades civiles y se han gastado cientos de miles de millones de dólares, ha fracasado miserablemente”.
Además de describir con un estilo llano y directo, sin la pretensión de la “buena escritura”, el modus operandi de ISIS, Cockburn relata con sumo detalle el estado interno de Iraq y Siria, las desacertadas interpretaciones de los servicios de inteligencia de la OTAN y las consecuencias de esta serie de equívocos, que tornan más dramática aún la situación de la población en ambos países: ya son 470 mil los civiles muertos en Siria, muchos de ellos gaseados por Assad.
Mención aparte merece el análisis que hace de los medios, la corresponsalía de guerra y cómo han jugado Internet y las redes sociales, sobre todo durante la fallida Primavera Árabe. En definitiva, un libro que nos ayuda a entender.
