de vitaLa fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera (Barcelona, Tusquets, 2014).

Con 86 años cumplidos y dos décadas sin brindar entrevistas, el célebre autor checo publicó La fiesta de la insignificancia, que es un todo satírico ya desde su título y, asimismo, una lúcida visión de la sociedad contemporánea presa de la masificación y la sexualidad. La primera página del libro es un todo revelador: bajo el título Alain medita sobre el ombligo, es una mirada pulsional hacia el erotismo contemporáneo. Escribe Kundera: “…si un hombre (o una época) ve el centro de la seducción femenina en los muslos, ¿Cómo describir y definir la particularidad de semejante orientación erótica? Improvisó una respuesta: la longitud de los muslos es la imagen metafórica del camino, largo y fascinante (por eso los muslos deben ser largos), que conduce hacia la consumación erótica; en efecto, se dijo Alain, incluso en pleno coito, la longitud de los muslos brinda a la mujer la magia romántica de lo inaccesible”… así continúa la reflexión sobre las épocas y diferentes partes de la anatomía femenina hasta llegar al ombligo: “la seducción femenina concentrada en la mitad del cuerpo”, como símbolo de la repetición. Así da comienzo a un collage narrativo por la relación de cuatros amigos de años, al que añade viñetas secundarias como la de una mujer que quiere suicidarse pero asesina al hombre que intenta salvarla, o la de aquél que lee a sus amigos anécdotas de Stalin y, por qué no, describe algo que adora el escritor: la micrografía del poder.
La traductora Beatriz de Moura, a cargo de las últimas traducciones de Kundera luego del histórico Fernando de Valenzuela, explicó que “Ha sido una de las traducciones del francés más difíciles que he hecho de este autor: en particular, debido a la aparente indisciplina para con las reglas sagradas de la lengua francesa”.
En el año 2000 Kundera había publicado su novela La ignorancia, y en 2009 un libro de ensayos, Un encuentro, donde reflexionaba sobre el arte y la literatura hilvanándolos con temas existenciales muy afines a su poética. También en aquella novela hacía lo propio con otra de las claves de su narrativa: el comunismo y su incidencia en la vida privada de las personas.
La edición en español de La fiesta de la insignificancia mantiene la frescura de un escritor de pluma indudablemente joven, que juega desde su título con el humor en contraste con la gravedad solemne, e incluso se permite una reflexión final de carácter teológico, al que analiza desde la razón pero rescatando la paradoja de lo inasible y en lo cual puede intuirse un testamento literario. Ojalá eso no suceda y existan más fiestas literarias plenas de excesos e insignificancias.

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