El autor reclama imparcialidad en los juicios abiertos sobre el terrorismo de Estado y abandonar la lógica de la venganza por encima de la ley.
Entre los muchos problemas que le esperan al nuevo gobierno hay uno que es a la vez urgente y profundo: los juicios de lesa humanidad, que se vienen realizando desde 2005. Diez años después, de los 2200 imputados, sólo 700 recibieron sentencia, en un 90% de los casos condenatoria. Los juicios no tienen perspectiva de terminar, y la lista de imputados sigue abierta. La mayoría están detenidos, y más de 300 ya han muerto en las cárceles, sin recibir el beneficio de la prisión domiciliaria, concedida por ejemplo a Arquímedes Puccio. La persecución a los imputados y su discriminación –tan lejos de cualquier principio de los derechos humanos– llega al extremo de que no se les permite ser atendidos en el Hospital Militar o el Hospital Naval.
Por otro lado, muchos testimonios indican que estos juicios distan de ser impecables, como sí lo fueron los juicios a las Juntas de 1985. Aunque pocos se atreven a expresar públicamente una opinión contraria a la corrección política dominante en los últimos años, las hay en ese sentido a partir de testimonios de peritos y funcionarios intervinientes, así como de familiares, referidas tanto al juicio como a las condiciones de detención. También están, para ser examinados, los expedientes, con sus sentencias.
No estoy opinando acerca de la culpabilidad de los imputados y de las penas que merecerían, ni de otro tema igualmente importante: qué aportaron estos juicios acerca del destino de los desaparecidos. Aquí me ocupo sólo de la justicia y de los derechos humanos, las dos bases del sistema democrático institucional construido en 1983. Un balance global indica que estamos ante una flagrante violación de los derechos humanos y ante un ejercicio del poder estatal de punición muy alejado del estado de derecho.
El punto de referencia sólido son los juicios a las Juntas de 1985. Raúl Alfonsín se comprometió a juzgar y castigar, en el marco estricto de una justicia independiente, a los principales responsables del terrorismo clandestino de Estado y de las organizaciones armadas. Con ello afirmó la legitimidad y potencia de la justicia, piedra angular del estado de derecho, e instrumentó una solución posible, ejemplar, rápida y definitiva para un conflicto cuya perduración afectaría la construcción de la democracia.
Pese al momento, quizá proclive al jacobinismo, los procedimientos judiciales se respetaron a rajatabla. No hubo “tribunales especiales”; la fiscalía seleccionó, de entre todas las denuncias, un número reducido de casos adecuadamente probados; cada parte fue escuchada; el fallo desechó muchos de los casos presentados, sopesó las pruebas, y aplicó condenas diferentes para cada acusado. Los fundamentos fueron enjundiosos.
El fallo castigó a los principales responsables del terrorismo de Estado, demostró que la justicia podía acabar con la impunidad y reveló los horrores a los que una sociedad se expone cuando abandona el camino de la ley y la justicia. Pero además, mostró de manera concreta qué cosa es el gobierno de la ley, pilar sobre el que debía sustentarse la nueva democracia.
Llegar a este final fue una verdadera hazaña, pues las resistencias fueron muchas, desde la intención del candidato justicialista de aceptar la autoamnistía militar a la intransigencia de las principales organizaciones de derechos humanos, que finalmente no integraron la Conadep. Los militares no aceptaron juzgar a sus camaradas, y en 1987 se negaron a que oficiales en actividad fueran citados a juicio. El levantamiento de Semana Santa reveló la impotencia de un poder civil todavía no consolidado; su consecuencia fueron las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, juzgadas por la opinión pública, no sin algo de razón, como un fracaso del gobierno civil. En la memoria social, la ley de Obediencia Debida es considerada más relevante que el Juicio a las Juntas.
Cuando se reabrieron los juicios, en 2005, la idea de justicia había sido desplazada por la de retaliación o revancha. La acompañó otra: exhibir la capacidad del poder político para ponerse por encima de las leyes que lo regulan, o dicho de otro modo, su capacidad para la arbitrariedad.
El deslizamiento de la justicia a la venganza resultó de la gradual confluencia de dos grupos: el sector más intransigente de los militantes de derechos humanos y aquellos que retomaron, al menos simbólicamente, la tradición ideológica y política de los años setenta. Las “víctimas inocentes” del terrorismo de Estado fueron reivindicadas como militantes heroicos, y sus herederos cambiaron la defensa de los derechos humanos, la ley y la vida por el reclamo de la justicia del Talión.
Néstor Kirchner percibió el potencial político de este sector crecientemente faccioso, capitalizó la idea de la venganza justiciera y la integró a su proyecto de construcción de poder. Manipuló ideas imprecisas y sentimientos difusos, se apropió de objetivos, discursos y símbolos y hasta encontró la retribución adecuada –simbólica y material– para que las organizaciones emblemáticas se le sumaran. La llamada política de derechos humanos sirvió para entusiasmar a los partidarios, disciplinar a los indecisos y atemorizar a la opinión independiente.
En muchos de estos juicios la justicia está hoy lejos de la imparcialidad e ignora el principio de igualdad ante la ley, como en el caso del general Milani. La condena parece decidida a priori, y cada uno cumple su papel siguiendo un guión: abogados que orientan a los testigos, fiscales “militantes”, defensores presionados y jueces que se dividen entre militantes y timoratos.
Lo más débil son las sentencias. A menudo, la única prueba es el recuerdo de un testigo; alguien que, casi cuarenta años después, afirma haber visto al acusado en el lugar en donde era torturado. Con ese testimonio único y endeble se ha condenado a muchos, considerados “partícipes necesarios”, sin necesidad de probar qué es lo que hicieron. Se parte de la presunción de culpabilidad y se le pide al acusado que demuestre su inocencia; así se invierte la carga de la prueba, eliminando una de las garantías básicas del debido proceso. Seguramente no todos los casos han sido así. Pero sólo con algunos basta para alarmarse y reclamar que el tema se incluya en la agenda pública.
Por otro lado, en estos juicios hubo una singular teatralización de la justicia. La majestad de la ley dejó su lugar a la exhibición de la discrecionalidad e impunidad de un poder político capaz de controlar cada paso del proceso, y rodearlos de una especie de festival de la venganza, en el que tribunas vociferantes presionan a los testigos y a los jueces, y “escrachan” a los acusados y sus defensores. La teatralización remite al clima faccioso generalizado, a la decisión política de llevar el enfrentamiento al límite, y a la explotación del deseo primario de tomar revancha sobre los antiguos victimarios.
Pero hay algo más. La impunidad y la arbitrariedad son dos de los nombres del poder. Hacer gala de ellas es un eficaz disuasivo y un instrumento disciplinador. Se trató de mostrar y escenificar cuánto valor asigna a la justicia y a las instituciones el gobierno kirchnerista, convencido de que el pueblo con su voto le había confiado la suma del poder. Probablemente allí resida la lógica profunda del gobierno que ahora termina.
En un prolijo informe sobre el estado de los juicios, la Procuraduría General señala que 227 imputados murieron en prisión “con el sello de la impunidad”, casi como si se hubieran escapado. La frase expresa el sentido profundo de estos juicios: los imputados son culpables, deben pagar aún antes de ser condenados, y la punición debe estar por encima de las garantías asentadas en la Constitución, los códigos y la práctica judicial. Todo tiene un amargo regusto a venganza.
El justo castigo es un principio fundamental. Pero no puede ser el único. Para que los horribles sucesos no sucedan nunca más, no basta con castigar a los culpables; también hay que crear las condiciones para que los crímenes abominables no se repitan. Esto sólo es posible cuando hay una sólida convicción ciudadana sobre la imparcialidad de la justicia y el gobierno de la ley. Una condena es legítima cuando hay pruebas fehacientes, más allá de toda duda razonable. La eventual impunidad de algunos, cuya culpa no pudo ser probada, es un precio a pagar para sostener los principios de la justicia. Hacia allí apuntaron los juicios de 1985, que acompañaron la construcción de una democracia institucional. ¿Cuánto queda hoy de aquel proyecto de 1983?
El nuevo gobierno hereda el problema, que tiene distintos aspectos. Hay uno urgente: la situación de los imputados y condenados ancianos, privados de su derecho a la detención domiciliaria, a un tratamiento médico adecuado y a un digno final de su vida. Ni los imputados ni los condenados pueden seguir muriendo en las cárceles.
Los juicios abiertos tampoco pueden durar eternamente. Hay que acelerar su tramitación, hay que cerrar la lista de imputados –una sociedad no puede vivir con esa espada de Damocles, administrada hasta ahora por personas de dudosa integridad– y sobre todo, hay que poner alguna fecha para que los juicios estén terminados.
También está el problema de la justicia. No se puede construir el estado de derecho sobre la injusticia ni sobre la duda. Son muchos los que objetan las sentencias. Deberían ser revisadas, separando las correctas de aquellas jurídicamente insostenibles, y sería bueno convocar a juristas internacionales, de probada capacidad y ajenos al juego político local, que ha enturbiado las causas.
Lo último, y lo más difícil: hay que iniciar un debate amplio que –sobre la base de la justicia– ayude a encontrar el camino para que una sociedad dividida por el pasado cierre ese capítulo. El debate está hoy obturado por el clima faccioso característico del ciclo que ahora acaba. Es la hora de que se expresen las voces que permitan discutir este problema en términos diferentes a los actuales.
El autor es historiador. Profesor en la Universidad de San Andrés
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Join discussionSeñor Romero,
Su parcialidad en el análisis es notoria. Siendo Usted abogado y profesor de la Universidad, es muy curiosa su baja estima al poder judicial argentino.
Ciertamente, la república es algo que a veces, parece utópica. No obstante, debería darse cuenta que estamos mejor que en otras épocas.
Una república democrática, debería ser su tema. Donde los problemas de la gente (civiles o militares, extranjeros o nativos, hombres o mujeres) se discuten en las Cámaras. Y se decide por mayorías; nunca por «influencias».
Que así sea.
Como abogado defensor en más de 20 causas de juicios llamados «LESA HUMANIDAD» le informó que lo afirmado por el Profesor Romero no es en absoluto parcial. Refleja la verdad de estos circos judiciales de los cuales si sus quiere podemos hablarlo. Estoy a su entera disposición. Dr Eduardo San Emeterio.
Respondo a lo expresado en el anterior Comentario: Estimado, en verdad considero, que esta equivocado en sus apreciaciones sobre el señor Abogado autor de la Nota, ya que
si la Ley por la que se somete a las personas a Juicio de Lesa Humanidad, es arbitraria he Inconstitucional, ya que obvia aspectos del Derecho Penal Argentino, que son la Retroactividad (Art.34 C.P. y Art. 18 de la Constitución Nacional), ademas de aplicarse una Norma Internacional, que aplicada como ha sido, avasalla nuestra Constitución, es que me releva de cualquier otro Comentario al respecto.
La baja estima del poder judicial argentino (con minúsculas) la tenemos muchos argentinos. Y cuando más se lo conoce, probablemente más baja. Me permito preguntarle si usted ha asistido a alguno de los juicios orales de los mal llamados de «lessa humanidad». Por sus comentarios, me atrevería a decir que no!!!. Le haría bien, para que vea en situ el atropello a la verdad y a la ley. Para ser «justo» hay que «ESCUCHAR» a las dos partes sin PREJUICIOS. Saludos.
Señor Varela, creo que Ud. no está capacitado para disernir sobre el petitorio del Sr. Romero, o bien no interpreeta el significado de la palabra parcialidad o imparcialidad, de lo contrario tambien estaría pidiendo el Juicio a todos aquellos genocidas/terroristas ERP, MONTONEROS y demás cobardes que raptaban empresarios y mataban niños inocentes bajo gobierno democrático?? Isabel Martinez de Perón, pidiendo dinero por sus rescates con la excusa de que lo hacían para su causa y se enriquecían ellos engañando a los jovenes ??idealistas??? cabezas lavadas que utilizaban como idiotas útiles. Lo mismo ocurre con las Madres/Abuelas de plaza de Mayo, que utilizan la mentira de 30.000 desaparecidos para disponer de fondos del pueblo y robarlos como el ejemplo las viviendas de sueños compartidos. Que pasó con la causa y la sra. hebe de bonafini? y los shoklender? todos delincuentes y la Justicia donde está. Cada vez el pueblo confirma la complicidad de fiscales y jueces cobardes y coimeros que hacen que la Justicia como Institución se degrade día a día. Por eso le pido sr. varela que tome el diccionario y vea el significado de las palabras parcialidad e imparcialidad. Y de la Camara de representante que aduce, por favor, son màs de lo mismo, una muestra de la decadencia de las Instituciones del Estado.
Viva Argentina y viva Venezuela por el ejemplo dado a America Latina.
Llego tarde a leer este artículo… y me suena parecido a la editorial vergonzosa de La Nación, aunque con una lógica más disimulada.
Si tanto se proclama que los poderes deben ser independientes, ¿por qué se pone en agenda que el tema de la justicia será del ejecutivo entrante?
Lamentable el argumento de que «con sólo un testimonio». La presunción de que todos los testigos son mentirosos está escondida detrás de esa afirmación.
Su voluntad de cierre de la lista no parece provenir de la idea de jsuticia; la idea de que sean reconocidos «de lesa humanidad» es que no prescriben. Puccio era un asesino común, no se lo calificó por lesa humanidad.
La justicia del reclamo, más allá de la parcialidad de las políticas kirchneristas, es eso: justicia del reclamo. La sociedad tampoco tiene porqué aceptar que los asesinos anden sueltos porque pasó mucho tiempo.
Confundir a los lectores afirmando que la política no se debe mezclar con la justicia es, curiosamente, otra forma de hacer política acerca de la justicia.
Basta de hablar de guerrilla sino de TERRORISMO apátrida que se alzó contra la Nación y contra todos sus compatriotas. Los juicios a los militares que nos salvaron de padecer un comunismo a la cubana NO DEBEN SUSPENDERSE,…sino ANULARSE en virtud de padecer vicios de nulidad absoluta e insanable por ilegales e ilegítimos que perversamente violan la madre guía de todo proceso judicial en referencia al principio de legalidad. Se debe y exige enjuiciar a los Magistrados que actuaron con dolo mediante la comisión del delito de PREVARICATO, etc, no tan solo de Códigos, leyes, amnistías, indultos, sino principalmente contra el art 18 CN y el art 13 de la ley 26200 que adecuó e incorporó a nuestra legislación penal el Estatuto de Roma el 9 de enero de 2007 por BO. Para los imbéciles que repiten que los delitos de LH son imprescriptibles,..SI LO SON!!!! pero recién a partir de la fecha donde fue adecuado e incorporado a nuestra interna legislación penal. LES QUEDA CLARO???, las leyes son siempre a futuro y solo puede retrotraerse las que beneficien al condenado o en etapa procesal a ello, en la situación en que se encuentren incluyendo rebeldes por incomparencia y evadidos…Amén.-
Asumiendo que se refiere a mí al referirse al imbécil que cree que los delitos de lesa humanidad no prescriben, agradezco la gentileza del trato.
Me sería de sumo interés me diga si los juicios a los jerarcas nazis en Nuremberg fueron o no legítmos ya que, me enseñaron, esto no es imbecilidad propia, que en Alemania era legal exterminar otras etnias (judíos, gitanos).Con lo cual tampoco se les habría garantizado el debido proceso.
Creo que subyace aquí también una doble preocupación: una de índole legal (acerca del funcionamiento de la justicia por terrorismo de estado), otra de índole moral (en la que también usted manifiesta que es deplorable que no se haya procurado una sanción contra los terroristas, preocupación que comparto). Sumo otra preocupación, y es la del funcionamiento en general de la justicia (desde medidas cautelares hasta delitos contra el bien común en la destrucción del ambiente). En eso muchos ciudadanos que no frecuentamos tribunales tampoco nos creemos tener muchas garantías.
Creo que también sería bueno que, a los fines de que los imbéciles salgamos de nuestra ignorancia, algunos redactores de Criterio aclarasen expresiones o completaran ideas, ya que de lo contrario una a veces tiene la impresión de que se mantienen en una suerte de «parnaso». Tal vez no sea eso lo que quieren, pero así termina pareciendo.
Otras veces, con un poco de cinismo, creo que simplemente se entretienen o divierten con todos estos comentarios.
SSs
p/ Roberto O’ Connor. Los juicios de Nuremberg tampoco fueron legítimos. y qué? Está prohibido decirlo? Tenemos la obligación de pertenecer todos al pensamiento único? Atrevámonos a pensar!
Estimado Carlos
agradezco la respuesta, he jugado con un concepto que tal vez no supe explicitar, el de legalidad (ajustado a las leyes) y el de legitimidad (ajustado a un derecho que no se limita sólo a lo que la ley dice sino, en el fondo, a derechos propios del hombre, más allá de lo que la ley de cada país dice).
No pienso que «no se pueda decir»; puede usted decir lo que quiera porque estamos en un país con libertad de expresión. Vuelvo a manifestar mi desacuerdo entre lo que es meramente legal (y la ley ha sido construída) y lo que es aspiración de justicia (que siempre quiere que se mejore lo que ya tenemos).
Creo que están muy buenos los aportes que se han hecho conceptualmente (a mi criterio, no por el autor de la nota, sino por algunos lectores) para precisar los alcances de los términos. Pero creo que es una trampa confundir la discusión de la ley con la discusión por la justicia. Esta última es una discusión política, y como tal debe desnaturalizar toda idea de que «la ley es así» y le da un carácter metafísico inamovible a un cuerpo de leyes que es modificable.
No es mi problema saber si usted se atreve a pensar o no; que al fin y al cabo es su responsabilidad. Yo reivindico mi derecho a preguntar.
Gracias
Lástima que el autor de la nota también pertenece al pensamiento políticamente correcto, y siente la obligación de, antes de criticar la situación actual, tener que aclarar que los juicios de 1985 sí fueron correctos… Cuánta cobardía!
IMPECABLE.!!!! COMO PUEDE ALGUUEB CREER QUE UN GOBIERNO CORRUPTO QUE HA HECHO TODO MAL HAYA HECHO BIEN LOS JUICIOS MAL LLAMADOS DE KESA HUMANIDAD. ES OTRO FOCO DE COTRUPCION Y DE DESTRUCCION INSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA
Delito de Lesa Humanidad = Ataque sistemático y generalizado contra la población civil. En Argentina no hubo ataque generalizado y sistemático contra la población civil sino contra bandas terroristas (ERP, MONTONEROS, FAP). Pudo haber habido seguramente excesos, ilícitos, irregularidades, delitos incluso aberrantes, pero NUNCA ATAQUE Y SISTEMATICO CONTRA LA POBLACION CIVIL.
Desde ya, que no hay que saber mucho derecho para acordar que los juicios son una parodia de justicia, una verdadera farsa montada por testigos memoriosos sedientos de vengaza e indemnizaciones, fiscales militantes del setentismo y jueces cobardes cuando no alineados con el RELATO.
Amigos,
El tema es la justicia, pero para todos. Y la única forma de impartir justicia es mediante el uso de las instituciones democráticas; cosa que, sospecho, podría ser de nunca acabar.
Quizás, fuera posible lograr cierta paz espiritual desde la reconciliación. Bien dice la señora Claudia Hilb (http://www.revistacriterio.com.ar/bloginst_new/2015/12/01/una-escena-para-pensar-la-reconciliacion/):
“Es lícito preguntar, ¿se puede, se debe, perdonar todo, incluso lo peor?, Reconciliarse, ¿significa acaso perdonar? Pensando desde fuera del campo jurídico y del campo religioso, que escapan a mi competencia, me arriesgo a avanzar: es posible que haya hechos que no puedan ni deban perdonarse; pero tal vez sea posible perdonar a quienes, habiéndolos cometido, querrían contribuir a deshacerlos si pudieran. Así, tal vez se pueda perdonar a quien, arrepintiéndose, intenta poner fin a las consecuencias de lo hecho, y que, en ese arrepentimiento, ya no es más aquel que fue entonces. De ese modo, con quienes ya no son quienes fueron, o entre quienes ya no somos quienes fuimos, tal vez sea posible comenzar a utilizar la palabra reconciliación; reconciliarse sería, así, sobre la asunción de esa ruptura radical con el pasado, ser capaces de erigir una escena común del Nunca más.”
Se puede frenar todo, perdonar o reconciliar cuando den todos los datos de los desaparecidos, lugares donde fueron enterrados, cuentas bancarias que se robaron, propiedades que se quedaron y los hijos devueltos a sus abuelos, por favor….hay algo más utópico que perdonar a los asesinos más grandes de la historia Argentina?
Lo de Nuremberg fue mas agil y preciso, abarcó menos personas y duró mucho menos tiempo.- Y se manejó con un sentido político muy práctico (como son los norteamericanos).-
Recuerdo que a fines de 1945, se discutió en el mundo, previo a la sentencia, la condena de ambos KRUPP (padre e hijo que financiaron al régimen nazi y aparecían en todos los noticieros de la época) y al tribunal le llevó 5 minutos tomar la decisión: ni el padre ni el hijo serían condenados.-
En la Argentina -país en el cual los problemas irresueltos se acumulan como capas geológicas en el cuerpo político, social y económico- toda esa cuestión está causando un daño enorme, atrasando la evolución social, dañando instituciones y hasta últimamente, provocando la corrupción de organismos de derechos humanos.-
Como decía el refrán: «poderoso caballero Don Dinero». O como dice el filósofo televisivo: «Billetera mata galán» (en este caso, mata justicia)
Con dinero o sin dinero, con justicia o sin justicia, con misericordia o sin ella, este asunto tiene que acabar por que lleva mas de 40 años causando daños, principalmente a la sociedad, al país, a la institucionalidad y a la economía.- Par eso es que los Evangelios y la Iglesia, promocionan el perdón, por que saben que la falta de el impide directamente la vida.-
La argentina, se constituyó desde hace muchísimo tiempo, en un RESERVORIO DE PROBLEMAS IRRESUELTOS.- Recuerdo en la década de los años 50 aún subsistía el problema del diferendo Rosas-Urquiza, y todos: profesores y alumnos batallaban en torno a el.-
Será por eso que no tenemos futuro.-
Una ley del Congreso Nacional (26.472) dispone que todos los presos (procesados o condenados) con más de 70 años tienen derecho a detención domiciliaria. Además es un derecho constitucional (y un derecho humano fundamental) que aún los detenidos reciban asistencia médica especializada y los mayores necesitan asistencia gerontólogica.
Pero ese marco legal no se cumple. Hay jueces que incumpliendo la ley y anteponiendo el odio mantienen preso a un almirante con 92 y a un coronel de 88 entre muchos otros. Y para eso recurren a la hipocresía sosteniendo que podrían fugarse, cuando la ley beneficia por igual a condenados y procesados. Mientras como sociedad mantengamos jueces como estos, todos seremos cómplices de injusticia e inhumanidad. Una sociedad que respeta el derecho cumple la ley. Aquí se incumple la ley en forma flagrante y todos lo toleramos. Además se incumple con cobardía, pues se elude declararla inconstitucional si fuera el caso.
Una sociedad civilizada no se come a los caníbales. Y una sociedad cristiana tiene compasión y perdona, porque el mayor bien que el perdón produce es al perdonador y no al perdonado. ¿No perdonamos acaso y respetamos Ministros del anterior gobierno que mataron por la espalda y a mansalva a sus compatriotas?
Por lo tanto de lo que se trata es de cumplir o no cumplir la ley sin que la ideología o el odio puedan ser argumento para violar el estado de derecho.
El rencor y la justicia nunca se llevaron bien, porque el rencor quiere venganza, mientras que la justicia busca equilibrio.
No se de donde sacan que se les ha negado la detencion domiciliaria. Vivo en la Prov. de San Juan: a dos cuadras de mi casa hay un señor que fue condenado en el juicio que se llevo a cabo en esta provincia y tiene detencion domiciliaria: en su puerta hay un custodio, el cual veo todos los dias cuando paso para mi trabajo.
Recién leo este artículo y me quedé con una parte de él, donde el autor señala que «Los juicios no tienen perspectiva de terminar, y la lista de imputados sigue abierta. La mayoría están detenidos, y más de 300 ya han muerto en las cárceles, sin recibir el beneficio de la prisión domiciliaria, concedida por ejemplo a Arquímedes Puccio. La persecución a los imputados y su discriminación –tan lejos de cualquier principio de los derechos humanos– llega al extremo de que no se les permite ser atendidos en el Hospital Militar o el Hospital Naval». En principio, comparar a Arquímedes Puccio (delincuente común que efectuó secuestros con tácticas de terrorismo de Estado sin apoyo del Estado) con aquellos que sí fueron cómplices y ejecutores del Terrorismo de Estado. No comprendo realmente su preocupación porque a los imputados no se les da prisión domiciliaria. La verdad no encuentro motivos para dárselas, creo que es suficiente con tener la posibilidad de «vivir bajo un Estado de Derecho» y valga la redundancia, tener el Derecho de defenderse con abogados egresados en algunos casos de las más prestigiosas universidades del país. No corrieron la misma suerte aquellos desaparecidos, quienes fueron torturados, violados, saqueados y tirados al río o al mar, asesinados. Creo que la cuestión de fondo es en realidad parar estos juicios y ser más humanos. Algo totalmente impertinente de su parte, una provocación, porque lamentablemente estos juicios no deberían terminar nunca. De todas maneras si hubiese un mecanismo legal para terminarlos, en la memoria colectiva, quedará siempre vigente el horror creado y la pesada herencia económica, social, cultural, política y el odio humano que han generado con ´todos estos años en los cuales gobernaron a la fuerza en un país con el falso título de PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL. A mi un título académico no me corre…pero algunos comentarios realmente me producen rechazo y asco.
Este artículo me parece excelente. Felicito al prof. Romero, a quien tuve en un posgrado, siendo muchísimo lo que nos enseño a interpretar. Celebro que este tema pueda ser tratado nuevamente respetando la verdad, ahora que parece que los facciosos deberán alejarse, aunque sea por un tiempo, del poder.
Si y por sobre todo ahora que aparecen los facinerosos que rajamos en el 2001 y vuelven en distintos cargos, la verdad que no sé a qué se refiere con los facciosos evidentemente usted ama a los facinerosos. A los vendepatria a los que le van a dejar la Economía más decadente.
Sr. Fabio Medin: ¿La existencia de una ley nacional que dispone la detención domiciliaria no le parece suficiente argumento para que se cumpla la medida? ¿Acaso las leyes no están para ser cumplidas? ´¿O es que las leyes son para algunos y otros «privilegiados» pueden eximirse de cumplirlas? Que un ciudadano incumpla la ley es grave, pero cuando la incumple un juez es un serio agravante. Ud. justifica comerse a los caníbales y eso es inaceptable. Ese argumento no tiene cabida en un estado de derecho. Su opinión atenta contra el estado de derecho.
Estimado Atilio Bordenave, la existencia de una ley que dispone la detención domiciliaria está bien para aquellos ciudadanos que han cometido delitos comunes, no debería darse lugar a la prisión domiciliaria a aquellos que generaron un Estado de Terror sistemático, formando parte o siendo cómplices de un Gobierno que sabemos, porque somos gente grande, los intereses que representaban en su momento. Por mi parte no soy quién para atentar (según sus apreciaciones) contra un Estado de Derecho. Pero en todo caso, lo que a mi más me preocupa de usted es que no se exprese de otra manera, por qué no pide Justicia Verdadera para los tremendos asesinos y violadores y apropiadores de niños que se «burlaron» de los Estados de Derecho, ya que siempre gobernaron por la fuerza, por qué nosotros que sostenemos y defendemos el Estado de Derecho le tenemos que dar «ese privillegio» a asesinos y verdaderos terroristas que mataron a militantes, pensantes, trabajadores por tener una idea o también por qué no, decirlo, alzarse en armas a la fuerza ya que el acoso de las bandas apoyadas por la Triple A y sus secuaces empezaban a asesinar y a hacer desparecer a estudiantes universitarios por pensar distinto o tener ideas libertarias. No mi señor, aquellos que mataron sistemáticamente y cometieron los peores crímenes y violaciones, debe cumplir su prisión en las cárceles comunes, tengo muy en claro que muchos de ellos la están pasando mucho mejor que cualquier hijo de vecino.
Sr. Fabio Medin: También quedará en la memoria colectiva que la Guerra Frría fue un enfrentamiento entre dos potencias que se desarrolló en diferentes teatros de operaciones, y uno de ellos fue Latinoamércia, incluida Argentina, donde pelearon grupos que se autodenominaron «ejércitos populares», con uniforme, bandera, componentes extranjeros (recuerde a los cubanos, ucranianos, bierlorusos, etc. muertos en Tucumán) y con delegaciones que pedían el reconocimiento diplomático de «Grupo Beligerante» ante los organismos internacionales. También recordará la memoria colectiva a los centenares de muertos o desaparecidos que figuran entre los cerca de 7.000 nombres de la lista del Nunca Más ejecutados por sus propios compañeros cuando quisieron dejar los grupos armados en los que estaban.
Acá no hubo dos demonios, sino uno solo: LA VIOLENCIA, y la violencia nunca es solución. La única solución es el estado de derecho.
Estimado Atilio Bordenave, para no irnos por la tangente, le quiero hacer algunas aclaraciones. Si vamos a hablar de violencia, empecemos por la cantidad de gobiernos de facto que irrumpieron en los poquísimos períodos democráticos de la república. Eso en primer lugar. En segundo lugar, la violencia generada por el Estado a través de personas que nunca fueron elegidas por el pueblo (los militares) fue una violencia sistemática que comenzó a desplazarse tras la revolución rusa de 1.917 y luego en los años 60 ó 70 cuando comenzó a prepararse el denominado y tristemente célebre PLAN CONDOR, que no era más en ambos períodos de tiempo que de «frenar la marea roja». Tendríamos que remontarnos al keyenesianismo, es decir el Estado de bienestar para conformar a los trabajadores que influenciados por el bolcheviquismo, luchaban por sus derechos correspondientes. Es decir en ambos momentos había que frenar la «marea roja» como se decía en esas épocas. Ya en los 70 las revoluciones latinoamericanas la influencia de la descolonización traía aparejada nueva literatura, formas de pensar distintas y también, por qué no la lucha armada. Pero hete aquí, que la lucha armada en la Argentina comenzó con la provocación terrible de los bombardeos a los trabajadores de la Plaza de Mayo, si usted tiene memoria, sabrá que fue Aramburu y su gente con el odio visceral al peronismo, quien mandó a matar a cientos de personas inocentes. Ahí hubo violencia, luego, justificada por algunos y por otros rechazada porque no es la forma, obviamente, fue el secuestro de Aramburu, por parte de los montoneros, quienes se hicieron cargo de ese asesinato, que muchos en su intimidad celebraron. Tras esto, la desaparición sistemática de estudiantes, antes del proceso de reorganización militar, estudiantes de la ciudad de la Plata eran asesinados por grupos extremistas de derecha conformados por gente de la Triple A y servicios de inteligencia del Estado y policías del pensamiento más recalcitrante del fascismo. Los estudiantes, ahí empezaron a reunirse y no todos pero muchos de ellos dijeron «si nos van a matar nosotros también vamos a armarnos» o usted se piensa que esas organizaciones surgieron por un capricho adolescente?…si ud piensa así, está subestimando mi inteligencia. Toda violencia no tiene por qué existir pero a veces es imposible que no exista cuando el pensamiento vetusto y obtuso quiere acallar voces de quienes piensan distinto. Hubiese sido un país en paz si hubiesen detenido a esos jóvenes montoneros o del ERP o las FAP si hubiesen tenido una detención como correspondía y un juicio justo, sin prisión domiciliaria sin privilegios, pero bajo un Estado de Derecho, no tirándolos desde aviones o enterrándolos bajo escombro y concreto. Me parece que usted tendría que revisar un poco más la Historia.
La cantidad de gobiernos de facto que irrumpieron en los poquísimos periodos democráticos de la República, como vd. dice, fueron requeridos «a los gritos» por la gran mayoría de la población y gozaron en su advenimiento y en los primeros tiempos de gestión, con el beneplácito de la población, claro que, por razones que sería largo de dilucidar, no solucionaron los problemas que vinieron a solucionar.- Pero, esto último, es una deuda que mantiene la «democracia argentina» aún hoy con la población.-
Los gobiernos producto de las «elecciones libres y democráticas» al igual que los militares, SON DE TERROR y mantienen en el subsuelo del tercer mundo a un país y una población que supo tener un «horizonte para mas».- Los gobiernos menemistas y kirchneristas, de no haberse oportunamente destruido las fuerzas armadas hubieran sufrido los mismos percances de los anteriores.- Tenemos entre manos una sociedad desesperada, aherrojada en el fracaso, la miseria, la corrupción, la ignorancia, la falta de proyectos de futuro, la carencia absoluta de toda prospectiva de grandeza y lo curioso es que los dirigentes de toda laya se acusan mutuamente entre si, incapaces de arbitrar cambios reales, profundos, eficaces y necesarios.-
Nadie en este país, TIENE DERECHO ALGUNO A ARROJAR LA PRIMERA PIEDRA CONTRA NADIE, por que una decadencia o declinación como la que transita el país y la sociedad argentina se hace entre todos y todas.-
Yo sólo quiero felicitar al señor Julio Capece por su comentario sobre los delitos de Lesa Huanidad y refutar de alguna manera al señor Atilio Bordenave cuando expresa que los gobiernos miliares en la Argentina fueron pedidos a gritos por la gran mayoría de la población. Acá entre en juego una gran arremetida sistemática de los medios de comunicación, que siempre «voltearon» a los gobiernos democráticos que no vine al caso mencionar desde Illia en adelante. Cuando un gobierno toca intereses de grandes grupos económicos, ahí empiezan los problemas de gobernabilidad, esto no lo digo yo lo dice la historia. No es la gran mayoría quien pide a gritos vivir bajo un régimen militar. Está muy equivocado. Esto fue un plan sistemático tanto en Latinoamérica como a nivel mundial. La «marea» roja, el comunismo, como se le llamaba era el terror de los paraísos fiscales y los grandes sectores económicos. Ojo yo no estoy defendiendo al comunismo, pero cualquier influencia marxista era mala palabra para estos sectores. Entonces, la mejor idea era la escuela de la tortura, la escuela de la mentira de los medios de comunicación manejados por ciertos personajes de intereses oscuros que ni vale la pena mencionar. Nadie pide a gritos que le prohíban pensar, nadie pide a gritos que venga a gobernar aquel que quiera imponer qué leer, qué música escuchar a qué hora tengo que ir a comer y no pensar distinto. Creo que está subestimando mi inteligencia, pero no le voy a dar el gusto de dejar de suscribirme en la revista, puedo seguir durante días debatiendo con cualquiera ideas, pensamientos, siempre en el marco del respeto y la tolerancia. Eso sí, subestimar mi inteligencia le pido a todos que, primero antes de comentar algo en mis posteos lo piense dos veces, porque subestimar mi inteligencia no se lo voy a permitir a nadie. Atenerse a las consecuencias, no es una amenaza, es una advertencia que merezco el mayor de los respetos.
Todos hemos visto en la pseudo «década ganada», por un lado el saqueo impune del pais, por el régimen kirchnerista, Cierto votado por muchos argentinos que hace décadas no reciben educación democrátiva o cívica, o mera educación, y por otra parte el mismo régimen montó un «circo de cortes judiciales» adeptas al régimen, que me hacen recordar, al tristemente célebre «Tribunal de Salud Pública» del Paris del terror revolucionario y verdaderamente genocida (medio millón de franceses fueron masacrados en nombre de la «Liberté, Egalité, Fraternité», nunca aplicadas en esa época. Fue la dirigente girondina. Madame Élisabeth Roland que al ir al cadalso, miró a la «deésse de la Raison» y expresó «O libertad cuántos crímenes se cometen en tu nombre». Los mismos circos fueron montados por todos los totalitarismos modernos, desde el bolchevismo de Lenin y Stalin, Mao, Pol Pot, hasta le nacionalsocialismo de Hitler y demás régimenes criminales y genocidas. Debemos recordar que fuera Ernesto y Chantal Laclau quiénes mas influyeron en las pocas cabezas pensantes que podían encontrarse bajo el kirchnerismo, con su ideología del poder ominímodo. Para esta pareja que residía en Essex, Reino Unido, el Poder Ejecutivo era el único verdadero poder, por ende era el debía tomar todas las decisiones. Como dignos discípulos de Carl Schmitt (en su momento un nazi convencido) y el marxista Gramsci, despreciaban a la democracia republicana y a sus instituciones, el legislativo debía aprobar las leyes «pensadas» por el ejecutivo, y el judicial, debía juzgar de acuerdo a los intereses del «pueblo» representados por un ejecutivo ultra personalista. Son todas estas vertientes ideológicas de un claro signo jacobino y totalitario, que impulsaron a estos juicios en contra de oficiales y civiles que participaron en el último régimen militar. Que deben ser procesados todos los que delinquieron o cometieron delitos aberrrantes durante ese período, sin duda, pero una justicia tardía y ciega no es justicia al fin. Los juicios de Nüremberg, desde la presentación de cada caso, hasta la condena de los criminales nazis, no pasaron de mas de 3 años, en el caso mas extremo. Espero que los tribunales de la democracia en serio, pongan fin a esta «masquarade judiciaire» como el gran Malesherbes llamaba a los tribunales del terror francés.
muy buen comentario; lo de Nüremberg es exacto; la gente sana de este país y del mundo está esperando que esta farsa acabe lo antes posible.-
Primero no fue una pseudo década ganada, fue un período democrático del cual usted aparentemente reniega y no me va a decir que no tiene libertad de palabra porque hasta de yegua han tratado a la ex mandataria. En segundo término la década ganada es mucho más positiva que los ocho años perdidos de gobierno militar, algunas hiperinflaciones y un mandatario que se fue en helicóptero con muertos en las calles. Lo demás es revisionismo histórico mundial, que podemos discutir en algún otro momento cuando tenga más tiempo. No entiendo eso de comparar al kirchnerismo con Mao, la verdad me causa mucha gracia a esta altura de la vida, tener que leer semejante cantidad sandeces producto de lecturas sueltas (seguramente de libros viejos y amarillentos y sin valor científico) . Si hablamos de falta de educción democrática tendríamos que revisar lo que escribimos en nuestros propios renglones, empezando, obviamente por el suyo.
Nurermberg no acabó, todavia hay muchos nazis con captura y gracias a procesos militares de cualquier signo, y principalmente al encubrimiento de los EEUU continuaron escondidos de la justicia.
Por tanto creo que es mentira que en solo 3 años encerraron los juicos a los nazis. Recordemos la captura de A.Eichman, Priebke, Barbie, etc.luego mucho despues de 3 años
Por supuesto que los juicios de Nüremberg terminaron en 1948, los juicios posteriores, en los cuales se respetó el debido proceso legal, el derecho a la defensa y todas las instituciones procesales del mundo civilizado, salvo en algún caso atípico, se basaron en los tratados surgidos de la ONU y luego de la UE entre otros, sobre los delitos de genocidio. Equiparar la Shoah o el Gulag con lo sucedido en Argentina por mas horrores cometidos por la dictadura y también por el terrorismo del ERP, Montoneros, etc. es por lo menos una exageración, alimentada por el odio ideológico del marxismo en nuestro pais y en otros lados. Nada explica que se tenga a gente detenida sine die «procesada» o «sin siquiera proceso» por falta de pruebas, o «pruebas» que no son tal, sin ser procesados y sentenciados conforme a derecho.
Sr. Wetzler.- Reafirmo que los TRIBUNALES DE NUREMBERG concluyeron a los tres años sus labores.- La persecución de líderes nazis que se ocultaron fraguando identidades corrió por cuenta de otras justicias y tribunales como ser los del Estado de Israel y tuvieron aplicación mundial mas que local.-
Una de las causas del progreso técnico del mundo se debió a los juicios expeditivos y precisos de los tribunales de Nuremberg.-
Una de las causas de nuestro sempiterno atraso es la falta de resolución en tiempo propio de los problemas que nos aquejan.-
Una de las causas de la corrupción que aqueja a varios de nuestros organismos de derechos humanos es la insensata prolongación en el tiempo de cuestiones atinentes.-
Nuremberg concluyó y se disolvió.- Capturas ulteriores como Eichman, Priebke y Barbie estuvieron a cargo de otras fuerzas y tribunales como los del Estado de Israel e Italia.-
Aparentemente, para algunos lectores de Criterio pronto aparecerán las fosas comunes en donde el kirchnerismo arrojó los cadáveres.
Aparentemente, por menos que lo escrito aquí, muchos periodistas de La Nación publicaron al menos una foto sintiendo vergüenza.
Sólo falta el comentario de que es una vergüenza que el Papa se haya sacado unas fotos con la expresidenta.
No es una verguenza que el Papa se halla sacado una foto con la Presidente, SE SACÓ MUCHAS y algunas con banderas de LA CAMPORA y otra con el retrato de Eva Perón atrás.-.
Lo que es una verguenza es que no le adviertiera y/o la amonestara por sus inconductas, despropósitos y la alimentación permanente de una onda de violencia social que perdurará por muchos años en el país (enfrentó todo lo que pudo en especial pobres contra ricos).-
Lo que es una verguenza es que el Papa no se haya puesto al frente de la renovación espiritual y social del país, lo que pudo hacer por interpósitas personas.-
Lo que es una verguenza es que no se entiendan la mayoría de sus homilías y discursos y que estos, posteriormente, deban ser aclarados por sus fieles.-
Lo que es una verguenza es la fingida humildad del pontífice.-
Lo que es una verguenza es que no aclara su pertenencia al peronismo lo que lo hunde en el subsuelo de la intelectualidad moderna.-
Lo que es una verguenza es que, a poco de asumir, haya solicitado la renovación de sus documentos argentinos.-
Pero, claro no tiene nada que ver con sus antecesores, tiene un vicio esencial, es argentino !!!.-
Acá la única vergüenza es gente que piensa como usted, con tanto nivel de odio sin sentido, sin argumentos válidos, totalmente vacíos de contenidos. El odio hace que la cabeza ande mal, por lo tanto al andar mal la cabeza andan mal las ideas, todo se mezcla y entonces empieza la boca a «bardear» como dicen los chicos y eso es lo que usted está haciendo hablando de cadáveres. Los únicos cadáveres que hay en Argentina son los que los violadores, torturadores de picana eléctrica y los Scilingo y compañía arrojaron al mar o enterraron. Esos son los verdaderos cadáveres y ustedes ya no persiguen enemigos sino fantasmas. Por tal motivo le recomiendo, a raíz de sus vetustos pensamientos que vaya al psiquiatra a que tome la pastillita, con su posteo la verdad no merece una respuesta inteligente, tendría que volver a la escuela y dejar de ir a los bares a tomar grapa berreta y después sentarse en la computadora a escribir boludeces. Lo único que le puedo contestar a un primate como usted a un cavernícola como usted es con estas palabras.
Verguenza, para el pensamiento filosófico y social de todos los tiempos, constituyen los discursos del pontífice actual en el Perú y especialmente en Bolivia, durante la última visita.-
Verguenza es que el pontífice no concluya sus asertos, como si los concluye el catecismo de la Iglesia Católica promulgado por Juan Pablo II, v.g. «…..quien soy yo para juzgar a un gay….».-
Verguenza constituyen algunas actitudes públicas del pontífice actual v.g.: sus comentarios en la plaza de San Pedro cuando le exhiben como reliquia el baston de Santa Teresa «….y eso usaba la vieja…..?».-
Verguenza causan las admoniciones públicas al cuerpo de cardenales y obispos de la curia romana (merecidas o no, no entro a juzgar), pero si carentes de la caridad y misericordia que debe regir entre los hermanos.-
Verguenza es el estado en que quedó la Iglesia Católica en la Argentina, luego de la gestión del Cardenal Bergoglio.-
Verguenza es el país que toleró sin tratar de cambiar el Cardenal Primado Bergoglio.-
Y hay bastante mas pero este no es el lugar
Rectifico y cambio la información del escrito anterior: donde dice Perú debe decir Ecuador.-
La lectura de los comentarios que anteceden me ha resultado particularmente interesante y profunda. Los diferentes opinantes me han ilustrado con algunos aportes de la historia universal, propicios en muchos casos para comprender los contradictorios vaivenes de los avatares políticos, filosóficos e ideológicos que regulan los tiempos de la humanidad. No obstante, me sorprende que está ausente en muchos de ellos una perspectiva que dimensione más profundamente tanto la debilidad como la grandeza humanas que suelen ponerse en juego en mucho de lo que se discute. Me pregunto, más allá de las atrocidades cometidas en plena lucha por la defensa de ideales equivocados; más allá de reconocer el carácter inaceptable de la conducta de muchos que se sirvieron de las armas que el pueblo les dio para la defensa de la paz y de todo enemigo extranjero y las utilizaron injustamente y sin piedad contra sus propios hermanos y compatriotas… ¿acaso no hay un resquicio que nos permita pensar en admitir que luego de más de treinta años, cuando los actores superan con creces la edad de nuestros padres o abuelos, pueda existir arrepentimiento y perdón? ¿es acaso aberrante considerar que el alma humana está llamada a perdonar hasta el más injusto asesinato?… ¿en dónde queda, en todo caso, el ejemplo del Señor que con amorosa entrega en el calvario pide al Padre que perdone a los verdugos con su famosa frase «perdónalos, porque no saben lo que hacen»?. Y no es que con estas reflexiones pretenda consentir la impunidad, no. Pero sí considero que esta perspectiva de análisis debe ser tenida en cuenta como forma de evitar todo tipo de manipulación del sistema judicial orientado a propiciar la «venganza» más que la justicia. Una de las lecciones básicas de Derecho Penal, al abordar la función de la pena, indica que es la de propender a la reeducación y resocialización del convicto y no la de castigarlo o de hacerlo sufrir por el mal cometido, lo que ha sido desde nuestros orígenes como Nación plasmado en nuestro ADN, en el art. 18 de la Carta Magna («las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas»). No me explico cómo tantos hombres y mujeres que se proclaman defensores de los derechos fundamentales del hombre y continúen propendiendo, cual anatema irrefutable, que debemos dar «castigo a los culpables», sin importar su edad y sus condiciones de salud. Y si el juicio que opera como presupuesto del castigo no es del todo justo, no importa en tanto se logre el objetivo propuesto.
Cosas vederes, Sancho…
Lo felicito por su mesurada opinión, digna de un verdadero cristiano, que vive conforme a la Fe que nos legó Nuestro Señor Jesucristo, y además hace un balance de otras opiniones, con todo respeto y humildad. Como católico militante, no abro juicio acerca de Su Santidad el Papa Francisco, aún cuando no estoy de acuerdo en muchísimas de sus actitudes y comentarios políticos, que de paso recuerdo que no gozan del dogma de la Infalibilidad Papal. El Señor Fein en su arrogancia, soberbia y mal educación propia de muchos kirchneristas, dice de paso que mis opiniones provienen de libros polvorientos y amarillos, tengo suficientes antecedentes académicos actuales, en Argentina, los EEUU y en La Haya, que me permiten opinar, sobre los sucesos que estamos comentando acá. La falta de sentencia, e incluso de exhibición de pruebas en estos pseudo juicios contra militares y civiles, como el caso de Jaime Smart entre otros, es una clara muestra que se ha avasallado el debido proceso legal, garantía otorgada por la Constitución Nacional, el Pacto de San José de Costa Rica y casi toda la legislación surgida del Derecho Internacional Público luego de la II Guerra Mundial. Espero algún día ver que los crímenes de Lenin, Stalin y Mao sean juzgados de la misma manera que se hizo con los jerarcas nazis. En 1945, más por necesidad que por amor, se juzgaron los horrendos crímenes nazis, pero no los soviéticos, en donde 40 millones de personas fueron asesinadas de manera brutal y ni hablar de Mao, otro genocida, como su discípulo Pol Pot en Cambodia, que sumaron otras decenas de millones. La vinculación entre Lenin, Stalin y Mao con el totalitarismo genocida del siglo XX, se remonta a que todos se inspiraron en el terror revolucionario aplicado en Francia, que incluso se tragó a los ilustres pensadores franceses que soñaron con una sociedad democrática y justa. El Kirchnerismo, por medio de Laclau y su mujer, también se inspiró en que al enemigo ni misericordia. Por espacio de 30 y mas años fui abogado del BCRA, y una tarde de diciembre de 2012, un miembro de la Cámpora y otro fanático K llamado Juan Capello, decidieron, sin incluso la aún la firma de Mercedes Marcó del Pont todavía, echarme sin causa, ya que la causa era manifiestamente política, disfrazada, peor aún, en que mi salud, luego de un grave accidente de auto, no me permitió acudir a mis funciones, regularmente por varios meses. Ambas causas escondidas, en el supuesto “sin causa”, me está permitiendo ganar el juicio al BCRA, y por suerte he de colaborar en con las nuevas autoridades republicanas y democráticas, para poner el hombro a fines de rescatar a nuestra Argentina amada, del abismo al que nos arrojaron esa psicópata de CFK y su banda de delincuentes y saqueadores, Que como me consta, no han dejado casi reservas líquidas en el BCRA y encima robaron docenas de computadoras, y destruyeron los discos rígidos de otras, para tratar de ocultar la prueba de sus delitos en contra todos los argentinos, incluso los que los votaron.
Señor Capece, me alegro muchísimo que un personaje tan lleno de odio y resentimiento como usted deje de colaborar en la revista Criterio, que a pesar de ser una revista católica, abre sus páginas a muchísimos que no lo son como usted y otros que profesan otras religiones, lo que enaltece a la dirección de la revista. De la misma manera que Argentina fue atacada por terroristas marxistas y otros fascistas, como los montoneros, Alemania, de la cual soy ciudadano, y provengo de una familia con 500 años de historia en el antiguo Santo Imperio Romano Germánico, ha sido objeto al igual que Francia, el Reino Unido, el Reino de España, el Reino de Dinamarca, Francia, los EEUU y varios otros países, de monstruosos atentados con miles de víctimas, por parte de sus compañeros de ruta, el terrorismo internacional, sea islámico o no, ambos están envenenados por el terror como arma para amedrentar y destruir al adversario, cuyas raíces como ya expliqué, es el terror revolucionario en Francia, que costara cientos de miles de víctimas, desde simples campesinos y ciudadanos, que defendían su Fe Católica y su lealtad al Rey, en incluso revolucionarios moderados. Además de jurista con estudios en la UCA y en la UBA y en los EEUU, soy historiador, lo cual puede atestiguar graduados de la London School, o juristas y profesionales católicos, como Norberto Padilla Quirno, Francisco von Wuthenau y muchos más. La República Federal Alemana, ha sido muy generosa al recibir a un cómplice del terrorismo que azotó argentina. Yo diría que demasiado generosa, quizás el Embajador de Alemania Alfred Conde von Waldersee, debería estar al tanto, con qué liviandad se reciben personajes, que imagino que al igual que Bonafini y el resto de las «madres y abuelas» cómplices del régimen quasi dictatorial de CFK (haciendo tabla rasa de las instituciones de la Constitución), y el peor gobierno surgido de elecciones en la historia argentina, que saquearon el país de Norte a Sur, dejando una Argentina con los mismos índices de pobreza y mortalidad infantil, analfabetismo, y aún peor el semi analfabetismo, que fue usado para ahondar su política clientelar, una nueva forma de esclavitud de los regímenes populistas y anti democráticos. Usted Capece no tiene vergüenza alguna, sus ataques personales, demuestran que clase de persona es, y su desprecio a la revista Criterio se condice con su ideología de «una sola voz», y un Poder Ejecutivo unipersonal y mas que autoritario, diría totalitario, ya que el PL estuvo de adorno, y el Judicial se lo pobló arteramente con camaristas, secretarios y personal adicto, para que las causas contra la presidente, su familia y sus testaferros, fueran dejadas en el olvido o archivadas sin mas. O que casualidad que en casi todos los ministerios y organismos del Estado, desaparecieran los discos de las computadoras, o directamente miles de computadoras, mientras la banda de camisas azules no pardas, rojas o negras (son lo mismo) quemaban en el Ministerio de Economía miles de documentos, a punto tal que todo el ministerio estaba invadido por una nube de humo, como sucedió en el BCRA y muchos otros organismos. Qué quisieron destruir y porqué, sino evidencias y pruebas de sus miles de delitos. En tiempos de la dictadura, el suscripto desapareció por 72 horas, a raíz que con Ángel Centeno, Enrique Peltzer´, Horacio Méndez Carreras, Cristóbal Williams Gálvez, Santiago y Liniers de Estrada, formamos un grupo de personalidades, para frenar el conflicto bélico con Chile, por tres días fui raptado en Palermo, gracias a Dios y a dos grandes amigos de mis padres, no pasó a mayores, como también zafé del atentado que le costara la vida a Francisco Soldati y media docena más de personas, yo manejaba hacia Ezeyza detrás del Mercedes Benz blindado, cuando en Cerrito y Nueve de Julio fueron atacados con bombas, bazookas por un grupo del terror montonero, ese que usted obviamente disculpa claramente. Experimenté un breve rapto y una casi muerte en manos de ambos bandos. No hay un sólo terrorista guerrillero preso, y sí hay miles de militares y civiles, muchos sin condena alguna, luego de más de una década de prisión, aún cuando haya muchos que deban recibir sentencias por sus crímenes de lesa humanidad o lo que fuere, diez años de procesos, con pruebas inadmisibles en todo el sistema jurídico que impera en el mundo occidental, habla a todas luces de la ya no parcialidad, sino de odio profundo y venganza atroz en contra de culpables o no, ya que hasta que no se demuestre fehacientemente su culpabilidad son inocentes. Claro está que para una persona con formación marxista y totalitaria como usted, el principio de inocencia, debe ser un principio burgués que no puede ser tomado en cuenta. Seguramente, como Carl Schmitt, el padre ideológico de Laclau, pensará que no se trata de hacer justicia ecuánime, sino de emular a los pseudo tribunales del terror francés, bolchevique, de Mao, y aún los de esa monstruosidad que fuera el nazismo, los acusados de complotar contra Hitler no tuvieron derecho a la defensa alguna y un gran amigo de mi padre Helmut James Graf von Moltke, fue arrastrado por estar enfermo, igual que el Mariscal de Campo von Witzleben por órdenes del Volksgerichtshof a cargo del “juez” Freisler, y condenados a muerte, para ser ejecutados ese mismo día por ese tribunal «del pueblo». Discúlpenme por haber escrito mas de lo de costumbre, pero creo que la insultante y plena de odio nota del señor Capece, merece una respuesta de digna, y espero verlo expulsado de Alemania, ya que con su ideología no merece vivir en una nación que se rige por la Democracia Liberal, con marcado acento en la doctrina social de la Iglesia.
Me parece que el que está lleno de odio con respecto a lo que expresa Capece, es usted sr Wetzler. Tendria que abrirse más y tratar de mantener una opinión más equilibrada con respecto al tema. Ser parcial en el pensamiento me parece espantoso, máxime cuando se trata de personas que han cometido horrores con apoyo del Estado que es de todos los argentinos. Me permito que reflexione acerca de la desaparición de Don Julio López, no le pido una opinión sobre si López era trosko o kirchnerista o peronista, le pìdo una opinión sobre qué piensa de la desaparición de un testigo considerado «clave» en el juicio contra un terrible torturador de la bonaerense.
Debería hacerle la pregunta a la «super eficiente policía» del régimen kirchnerista, quizás fueron éllos mismos los que lo desaparecieron, si es que no optó por desaparecer él mismo, todo ha ocurrido bajo el régimen «muy democrático» y «respetuoso de los derechos humanos» del matrimonio de emires Kirchner, en todo caso son las fuerzas de seguridad que deben contestar que sucedió, como el Ministro de Interior K del momento? Le recuerdo que la dictadura con la cual colaborarón los Kirchner en Santa Cruz como abogados de la intervencion militar y contratados por el BCRA terminó con la asunción del presidente Raul Alfonsín, que si junto a la CONADEP fueron los que juzgaron y condenaron a los inculpados en base a pruebas reales, no ficticias como ocurre hoy en día, bajo una justicia falsa de jueces adictos al régimen kirchnerista y sus secuaces. Le recuerdo que la legitimidad de origen se puede perder por la ilegitimidad de ejercicio, y en el caso del señor López, que lo encuentro lamentable, no abro juicio ya que no conozco las circunstancias en derredor del mismo, pero el gobierno eran los Kirchner o me equivoco? Y nunca abrieron la boca, ni se esmeraron demasiado en investigar el caso.
No, no,no Sr. Capece.
La reconciliación no es una «decisión personal».
La reconciliación es fruto de tres profundas transformaciones:
Primero: un arrepentimiento de quien habiendo cometido un crimen, desearía poner fin a las consecuencias de su acción y así, contribuir de algún modo a deshacer lo hecho, si se pudiera. “Y ya no es más aquel que fuera entonces”
Segundo: aquellos que, no pudiendo perdonar lo imperdonable, tal vez fuera posible poder perdonar a los arrepentidos.
Tercero: “De ese modo, con quienes ya no son quienes fueron, o entre quienes ya no somos quienes fuimos, tal vez sea posible comenzar a utilizar la palabra reconciliación; reconciliarse sería, así, sobre la asunción de esa ruptura radical con el pasado, ser capaces de erigir una escena común del “Nunca más”.
En primer lugar no odio a nadie, ni siquiera a sus ídolos Lenin, Stalin, Mao, Castro, Pol Pot, y hasta los infradotados Kirchner. El señor López desapareció en democracia, si es que se puede llamar a un régimen autoritario y corrupto demócrata, como el de los Kirchner y secuaces. Las fuerzas de seguridad como todos sabemos, están sumergidas en la peor de las corrupciones, como el Servicio Penitenciario Nacional, que varios de sus integrantes están asociados al narcotráfico. Habría que preguntarles a los sucesivos ministros del interior y jefes de gabinete como a la «viuda desconsolada» qué hicieron en todos estos largos años para conocer el paradero del señor López, Mi simpatía por torturadores es igual a cero, deberán ser juzgados y condenados con todo el peso de la ley. Eso si, deben ser procesados, no mantenidos presos sin debido proceso legal sine die como sucede con muchos detenidos políticos del régimen Kirchnerista, algunos de los cuales se les ha negado, desde medicinas, hasta atención médica, y me refiero en particular a gente que no ha pasado de mas allá de ser sospechosa de haber reprimido durante el régimen militar, como ha sido el caso del doctor Jaime Smart, ex camarista federal y juez de la república designado por gobiernos constitucionales, de los mismos que fueron asesinados por sus amigos montoneros o el ERP como el juez Quiroga, en las horrendas jornadas de mayo de 1973, e incluso antes como luego de las mismas. La falta de debido proceso, es propio de gobiernos autoritarios y dictatoriales como lo fue el de Videla y demás, y como lo es en estos tiempos, que gracias a Dios se terminaron, bajo la locuaz, falsa y perversa señora de Kirchner y sus adláteres, como Hebe de Bonafini, estafadora y mentirosa contumaz, mujer que hizo la apología del delito en el Reino de España al alabar a los terroristas de la ETA., e incluso cuando fueron atacadas las Torres Gemelas que murieron mas de 3000 personas, que estaba «bien hecho» Al Qaeda organización fundamentalista wahabita, para élla estos monstruos pagados por Arabia Saudita, son héroes dignos del mayor encomio. Siga preguntando, pero dirija sus preguntas a quiénes en estos 12 años de ganancias por saqueo de Argentina, deben contestar sus preguntas de doble sentido y sumamente mendaces.
Amigos,
Todo pueblo libre se debe la libertad a sí mismo. Y lograremos definirnos los argentinos, o no.
Pero, la ideología hace estragos en los mejores espíritus. ¿Cómo se explica sino, la ofuscación de “la cátedra” con las actuales instituciones democráticas?
Aquí, lo que se está haciendo es una crítica radical a los mismos principios democráticos de convivencia. No es solamente una crítica a los hombres y a las instituciones.
Se intenta, nuevamente, confundir justicia por orden. La justicia es darle a cada uno lo suyo. Y a la inteligencia lo que es de la inteligencia, que es la verdad. O la libertad, que es lo mismo.
A la Dirección de la Revista Criterio;
Mi madre nos leía para Reyes el cuento Cutitín de Miguel
Sotomayor que se publicara en el número 1083 de la revista Criterio del 30 de diciembre de 1948.
De tanto leérnoslo, la hoja de la revista donde estaba el cuento, se rompió.
Quisiera saber si Uds pueden enviarme una copia del Cuento.
Todos los hermanos nos educamos con él,pese a que por nuestra casa siempre pasaron los Reyes.
Muchísimas gracias.
Hna Leonor Carabelli
Me es realmente desagradable el nivel de insultos, y pro tanto falta de respeto, que encuentro en muchas opìniones. No quiero dejar pasar esto porque no está acorde con la seriedad de la revista CRITERIO. Cuando las opiniones son insultos suelen carecer de fundamento. No importa a quien se insulte!!!