Josefa. Biografía de María Josefa Morales de los Ríos, la amiga secreta de San Martín

Reseña de Josefa. Biografía de María Josefa Morales de los Ríos, la amiga secreta de San Martín, de Rodolfo Terragno. (Editorial Sudamericana)

A nadie le sorprenderá que Rodolfo Terragno se dedique a investigar todo aquello que rodeó la vida del General San Martín. Autor de varios libros en la materia (Diario íntimo de San Martín, Maitland & San Martín), e historiador miembro del Instituto Nacional Sanmartiniano. Terragno ha dedicado varios años al estudio de la vida privada del libertador de América. Cierto es, despojándolo del bronce y de la tan necesaria “ficción orientadora”, al decir de Nicolás Shunway, pero también con el necesario respeto que humaniza y agiganta la estatura de un prócer.
Por lo tanto, dentro de esta línea de investigación debe situarse el lanzamiento de Josefa, biografía de María Josefa Morales de los Ríos, la amiga secreta de San Martín que hecha luz a la relación que los unió tomando como punto de partida una carta que estuvo oculta a los ojos de los historiadores por 189 años: “Me había interesado, en particular, la enigmática referencia de San Martín a María Josefa Morales de los Ríos, viuda de Pascual Ruiz Huidobro, héroe de la Reconquista y hombre de Mayo. Esa mujer —ignorada por la bibliografía sanmartiniana— tuvo gran importancia, personal y política para San Martín en el período 1814-1824; es decir, a lo largo de la década histórica transcurrida desde que él gestó el Ejército de los Andes hasta su regreso a Mendoza, tras dejar el gobierno del Perú.”, confirma el autor en el primer capítulo que sirve a manera de prólogo. En Josefa buena cantidad de páginas refieren entonces a ella pero también a Ruiz Huidobro, situándolos en el contexto histórico-social de entonces. De tal forma, recién en el capítulo 8 se documenta lo que da título al ejemplar, la relación entre Josefa y San Martín: “Vuelvo a encargar a usted me cuide mucho a mi Señora Doña María Josefa Morales de los Ríos. Suminístresele de la chacra lo que quiera, en los mismos términos que a mi mujer propia”, escribió San Martín aunque en la misma misiva mencione la autoridad de Remedios ante cualquier decisión. También se reproduce el recibo que prueba que, al menos durante la gestión de San Martín, Josefa aparecía cuarta en la lista de quienes más ganaban en la Gobernación, por encima incluso del Administrador de Aduana, y también se data un reencuentro en la casa de Josefa al volver San Martín a Mendoza el 4 de Febrero de 1823.
La obra es un dedicado trabajo de investigación cincelado en los bordes por la novela histórica. Seguramente la mejor explicación la brinde el propio autor en el apartado Confianza y confidencias, cuando anota que: “Claro que el Libertador no era un personaje de trastienda sino un gigante que iba a merecer los exámenes más esmerados y minuciosos. Y si bien no escribió sus memorias, coleccionaba las cartas que le enviaban y, estando en Europa, copiaba las que remitía. En esas cartas a Josefa que nos han llegado, cuando ella responde a confesiones de él, se advierte (lo hemos notado) que San Martín le permitía entrar, más que a otros, al sitio donde guardaba sus dudas y sus penas”. Josefa tuvo una vida a mitad de camino entre la novela y la gran historia argentina, pero ambas signadas por su amistad –hasta este libro olvidada- con el Libertador.