La tendencia a confundir el Estado con los gobiernos lleva, entre otros males, a desconocer la importancia de la profesionalización de la tarea técnica en las áreas públicas. El discurso político tiende a amalgamar en un mismo concepto los vocablos Estado y gobierno. Esta mezcla tiene consecuencias relevantes en la vida política de nuestro país, y su correcta diferenciación permite poner el foco en lo que significa la capacidad del Estado, con independencia del gobierno que en un momento determinado ejerza el poder.
El Estado está integrado por una enorme cantidad de personas que, en sus distintas áreas, ministerios, secretarías, agencias, pueden trascender a un gobierno y acumular conocimientos específicos que permiten entender y llevar adelante los temas de su competencia.
Si consideramos al Estado, como decía Jacques Maritain (en El hombre y el Estado), como un organismo integrado por expertos y especialistas en ordenamiento y bienestar públicos, un instrumento al servicio del hombre, resulta fundamental distinguirlo de un gobierno coyuntural. De esta manera, la gestión de los bienes públicos podrá ser sanamente influida por un cuerpo de administradores públicos idóneos, con criterios de promoción meritocráticos, que entienda la materia de la que se ocupa, para articular eficazmente con la sociedad civil lo que resulte necesario y que –al menos– las necesidades básicas (como expresó la CEPAL oportunamente) puedan ser satisfechas.
Es que si el Estado está al servicio del hombre, además de trascender a los gobiernos que coyunturalmente sean bendecidos con el voto popular, requiere de enormes niveles de especialización.
En la Argentina, al observar las estadísticas del último censo de población (2010), o de otros organismos especializados, las necesidades básicas en materia de vivienda, educación e infraestructura no parecen estar en manos de un “Estado al servicio del hombre”. Por ejemplo:
· más de 5,4 millones de hogares carecen de gas natural, por lo cual para cocinar o calefaccionarse deben recurrir a las garrafas –bastante más caras– o bien a la leña y al carbón.
· 5,7 millones de hogares dependen de un pozo ciego o de otra alternativa para el desagüe, porque no disponen de cloacas.
· 1,9 millones de familias no pueden lavarse o cocinar con agua potable, por falta de acceso a la red pública de agua corriente (estos tres datos corresponden al Censo 2010).
· El 20% de las familias habita viviendas que padecen situaciones deficitarias (INDEC). En la ciudad de Buenos Aires, el 10,4% de los hogares se encuentra en situación de hacinamiento y el 11,7% reside en una vivienda de manera irregular o precaria (Encuesta Anual de Hogares, 2007). En la Región Metropolitana de Buenos Aires (Capital y 43 partidos bonaerenses, incluyendo Navarro, Mercedes, Lobos, Zárate, Coronel Brandsen y La Plata), más de 2 millones de personas viven en barrios pobres, sin infraestructura urbana (aceras, calles pavimentadas, sistemas de drenaje) y escaso y deficiente acceso a los servicios públicos (gas, agua, electricidad).
· La red caminera es muy imperfecta, por lo que miles de personas mueren al año en accidentes viales. La red responde a un diseño de los años ‘30 mientras que circulan vehículos del siglo XXI. El país carece de modernas autopistas, inteligentes y seguras.
· El material rodante y de infraestructura ferroviaria tiene más de medio siglo, sin que haya habido inversiones de envergadura para modernizarla y dotarla de trenes seguros. Algo análogo ocurre con los subterráneos, salvando las proporciones.
· En la Argentina hay hambre: 55 mil niños sufren desnutrición aguda, 700 mil desnutrición crónica y casi 2,5 millones de madres y niños tienen anemia que afecta su capacidad intelectual (Red Nutrición 10-Hambre Cero).
· El país está en situación de indigencia educativa: el 50% de los chicos abandona el secundario, el 50% no comprende lo que lee y tenemos uno de los quince peores sistemas educativos, sobre un total de 65 evaluados por OCDE, según la Asociación Proyecto Educar 2050.
Estas cifras denotan, en cada una de las áreas identificadas, problemas estructurales que la Argentina arrastra desde hace más de medio siglo. Con algunas excepciones, en general los distintos organismos del Estado que debieran ocuparse de estos temas, ya sea por vía de la inversión directa, la regulación con el sector privado o la articulación con la sociedad civil, parecen presas de la coyuntura política, evitando de esta manera que se conforme una verdadera masa crítica de cuadros técnicos que sepan de lo que hablan.
Por el contrario, la realidad nos muestra que las distintas áreas del Estado son permanentemente colonizadas por los gobiernos que se van sucediendo a lo largo del tiempo, generando una verdadera política de fines, en donde el compromiso excluyente con el discurso predominante (cualquiera sea su bandería política), prevalece sobre la capacidad para gestionar los “medios” para alcanzar un verdadero servicio social.
Entendemos que la política en sentido amplio, en cuanto hace posible la convivencia de las personas en comunidad, no se refiere sólo a los fines sino también, y de un modo especial, a los medios. Es el “arte de lo posible” en el logro de los objetivos comunes. Si ante los problemas reales de los ciudadanos se debate en un clima épico, los aspectos técnicos de los temas quedan raleados, cuando no ignorados.
Nuestra tradición política ha colaborado mucho en esta amalgama Estado-gobierno, que soslayó al Estado como gestor capaz y eficaz de los reales problemas que afectan –sobre todo– a los que menos tienen. En efecto, la dinámica de los golpes militares iniciada en 1930 y concluida en 1983 no puede ser ajena a esta situación. Ya en democracia, el discurso amigo-enemigo, en donde pareciera que en cada decisión política se juega la esencia misma de la identidad nacional, hace imposible que en cuestiones técnicas pueda debatirse de manera razonable y eficaz.
Trabajar intensamente en diferenciar Estado y gobierno en el discurso político y promover la profesionalización de las distintas áreas públicas, pareciera ser una más de las asignaturas pendientes que como sociedad civil, en articulación con la clase política, deberíamos incluir en la agenda del debate.
En próximas entregas se publicarán informes de organizaciones de la sociedad civil referidos a las necesidades básicas de la sociedad.
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Join discussionLas antítesis gestión/política y estado/gobierno no son nuevas. El problema es definir quién dirige el esfuerzo, como se determina hacia donde avanzar, cuales son las metas a alcanzar y esto es resorte exclusivo de la política, o sea del gobierno, que encuentra en al aparato estatal una herramienta técnica, mejor o peor, para llegar a los objetivos que propone a la sociedad. Corresponde al gobierno poner al “Estado al servicio del hombre”, capacitándolo y generando las mejores condiciones para que sea una herramienta útil para el país todo.
Sin ir más lejos, en la década del 90 las profundas transformaciones que se realizaron fueron el producto de la decisión política del gobierno menemista, las herramientas de la tecnocracia hubieran sido insuficientes para producirlas. Que lo ocurrido haya sido nefasto para el país y especialmente para los más necesitados, es otra cuestión.
Desde siempre el neoliberalismo lucha por establecer gobiernos de “técnicos” y el mensaje que se proclama con fuerza coincide con el de este artículo: los políticos deben dejar su lugar a “los que saben”. Y esto a pesar de que son precisamente estos personajes quienes han creado las catástrofes sociales y económicas que hoy vemos en Europa y el mundo.
A pesar de que en los medios toda la culpa cae sobre los políticos, es muy importante ver hasta donde el poder financiero ha penetrado los gobiernos y los estados. Pueden leerse algunos datos sorprendentes en http://www.eldiplo.org/notas-web/las-finanzas-invisibles?token=&nID=1 Obviamente no les interesan gobiernos que son “impredecibles”, un eufemismo elegante para decir que no trabajan exclusivamente para ellos o que no los pueden controlar fácilmente.
No solo en Argentina ser “de afuera” de la política y presentarse como un buen “gestor” ha sido un recurso explotado sistemáticamente por los asesores de marketing de los personajes de la derecha conservadora. También acusar de “populismo” a quienes generan poder apoyados en mayorías democráticas.
Hacer listas de problemas es siempre fácil. Cargar las tintas y adjetivar para anotarse en la carrera de “todo es un desastre” es bien visto por los grupos del poder económico. Pero no sirve para nada ni tiene ningún sentido hacerlo si no se presenta una imagen realista de la evolución de los problemas a lo largo de los años.
Para tener una visión más equilibrada sugiero, por ejemplo, la lectura de una entrevista de Juan Carr, fundador de la Red Solidaria, donde afirma que «En la Argentina hay 1.700.000 hambrientos, pero estamos más cerca que nunca del hambre cero» http://www.lanacion.com.ar/1334634-hoy-mas-que-solidaridad-necesitamos-participacion-politica
También podemos analizar el presupuesto nacional del año 2012 que dedica el 16,7% del total de sus recursos a educación, ciencia y tecnología. Una proporción incluso mayor que la que destinó Sarmiento para estos mismos propósitos (16,4%) cuando era la máxima prioridad de su gobierno. Tampoco ningún país de América Latina destina el 6,4% de su PBI a la educación, como lo hizo Argentina en el 2011.
Es claro que ningún gobierno puede llevar adelante transformaciones si no tiene capacidad de gestionar, pero los técnicos no tienen la capacidad de concebir y proponer los objetivos sociales que requieren las sociedades. Por eso no son políticos.
Achicar el Estado es Agrandar la Nación
Esta fue la frase que usaron la dictadura y los gobiernos de la década del 90 para legitimar sus políticas neoliberales, con la excusa de que sus instituciones eran ineficientes…
¿Quién está primero, el huevo o la gallina?
Hacer una lista de problemas es lo que se llama un diagnóstico y cualquier cura empieza por ahí. Un gobierno formado por aplaudidores acríticos no está en condiciones de hacer un buen diagnóstico.
En 30 años de democracia se triplicó la gente que vive en villas miseria, esto dice algo del funcionamiento del Estado.Un Presidente/a que se pone contento porque las villas son de chapa y no de cartón , no parece que esté en buen camino. O un gobierno que use los recursos de los jubilados para subsidiar bicicletas o casas y no pague los juicios con sentencia, tampoco.Alguien que lee esto tiene que usar PAMI?
El estado TIENE que estar en manos de gente capaz: en Uruguay para sacar el registro de conducir se pide turno por internet y el trámite dura 1 hora. En Vicente Lopez, la 2 o 3° Municipalidad más rica del país, son 3 horas de cola a la intemperie y despues 6 horas adentro .Y así es todo.
Para implementar el SUBE el gobierno hizo un desastre .En la ciudad de Paraná existe hace años y se compra en cualquier lado
Ahora está de moda criticar la privatización pero conseguir un teléfono costaba entre 5 y 10 000 dólares de coimas varias y después cualquiera lo conseguía gratis en 1 semana.
YPF era la única petrolera del mundo que perdía dineroo, después tenía ganancias con 1/10 del personal.
Lafsa todavía gasta millones en sueldos , nunca voló y nunca volará
A pesar de todo esto la mayoría dice preferir en las encuestas que Aerolíneas esté en manos del Estado, a pesar de los 2 millones diarios y el pésimo servicio.
Este es el problema : la sociedad no funciona con criterios de prioridades y costo beneficio , o le que es lo mismo, cree que los recursos del Estado son infinitos.Entre eso y la irracionalidad colectiva no hay mucho camino que recorrer.
Estimado Agustin Colonna,
En realidad entre una colección de síntomas y un diagnóstico hay una distancia muy grande, que básicamente es comprender la causa de los síntomas. Luego, para llegar a la cura, hay que establecer un tratamiento adecuado a la enfermedad diagnosticada y seguir su evolución.
En sencillo, cuando un médico tiene un paciente con determinados síntomas que lo llevan a diagnosticar una infección y prescribir un antibiótico, si al día siguiente evalúa que ha mejorado, continuará con el tratamiento, aunque algunos síntomas todavía permanezcan. Esto es actuar según la evidencia comprobable. Cosa que, según el mismo Criterio afirmó, hizo el 56,4% de los votantes argentinos el pasado Octubre.
Me temo que Ud. no muestra la realidad ni la complejidad de los problemas que cita. Hacer listas de titulares de diarios y “placas” de televisión es actuar como opositor acrítico. En definitiva, no aportar datos coherentes, ni explicaciones, ni propuestas, es no participar de la construcción de posibles soluciones.
Si repasa las respuestas de Juan Carr en la entrevista que cité, Ud. verá una posición constructiva, que no ignora los problemas sino que los diagnostica, enfrenta y resuelve en buena medida. Él dice que “necesitamos más participación política” y menciona explícitamente lo que ocurre con los titulares en los medios.
Seguir en un camino que nos lleva a aumentar la inequidad social sin hacer nada para enfrentarla es actuar irracionalmente. Y, por supuesto, opuesto a los valores básicos del cristianismo.
Cordialmente,
jc
Lo grave es que nos estamos acostumbrando a este estado de cosas en las que lo peor es mejor que nada.
Dias pasados se restabelció un servicio ferroviario (sic) entre CONSTITUCION y TANDIL que demora siete horas para recorrer 350Km. El servicio a Rosario demora casi ocho horas, el servicio a Tucuman 22 horas y el que iba a Posadas 24 horas como mínimo, cuando hace 30 años, esos viajes demandaban, 3, 11 y 12 horas respectivamente. Lo mas grave es que estos pésimos servicios se ofrecen a la gente de menos recursos, lo mismo ocurre con salud, educación lo que es mas grave aun.
Esto demuestra que no hay gobierno ni estado de donde la cuestión es mucho mas compleja.
Me pregunto los politicos que tenemos realmente ¿quieren gobernar? o pretenden usufructuar todos los beneficios del poder como la actual presidenta que confunde los roles y el otro dia muy suelta de cuerpo dijo que sacaria la policia, del acto de Moyano, para que no la agredan (sic)…
claro, de este lado tambien hay culpas, ¿No…?
Es una tendencia de todos los gobiernos democráticos del planeta. En especial cuando los gestores de turno pretenden dibujar su gestión como «estado de excepción». Una buena distinción es utilizando un ejemplo elemental. Pensemos al estado como un gran Omnibus y al gobierno como los conductores elegidos por el pueblo para que conduzca el Estado por un período determinado. Los políticos no lo asumen así, ellos se adueñan del poder y todos sus actos de gestión apuntan a la perpetuación y a identificar Estado, Gobierno y en Argentina tambien identificando el poder publico con sus patrimonios privados, interpretando las normas (relato) de acuerdo con sus intereses circunstanciales. Salvo eleciones periódicas con prohibición total de reelección en todos los niveles (intendentes, gobernadores, diputados, senadores, Poder Ejecutivo, AFA, gremialistas) no vamos a poder recuperar nuestra dignidad, somos presos de los políticos.
¿Cómo más de medio siglo?¿En 1974 había estas cifras?
¡No hay que ver solo la foto,sino la película!¿No fueron bajando los índices de pobreza de 2002 hasta hoy?.No es fácil revertir 27 años (del Rodrigazo al 2001, no 50) de malas políticas socioeconómicas
Como es habitual un buen análisis de nuestra realidad, realidad que triste y lamentablemente no está envolviendo y agobiando y como dice el Sr Rizzi acostumbrandonos. Yo agregaría al listado de Criterio otra serie que creo es tan o más demostrativa de nuestra confusión entre estado y gobierno, y son los logros que nuestro país tenía y hoy ya no, a saber
-Educación de excelencia, mínimo analfabetismo, investigadores de UBA que ganan premios Nóbel, Houssay por ejemplo, hoy perdida
-Posibilidad de ascenso social, sin ir mas lejos recordemos inmigrantes sin mas fortuna que su laboriosidad que se hacen ricos y tienen hijos profesionales, hoy perdida
-Red ferroviaria única en America Latina, hoy casi inutilizada
-Empresas de servicios, correo, telefonos, luz y gas eficientes liquidadas por monedas
-Concepto de ahorro, que la inflación hizo desaparecer
-Laboriosidad y responsabilidad sobre nuestro destino sin dádivas ni limosnas, hoy pareciera ser que nuestro destino lo decide el estado
Creo que la lista podría seguir pero en honor a la brevedad la detengo, y de todo esto somos responsables los argentinos cuando se atropelló a un gobierno en 1930 se llevó por delante el concepto de Estado y hoy se confunde gobierno, estado y partido, Es realmente patético seguir responsabizando a los militares, a Menem, a las corporaciones, al FMI, a la oligarquía, cosa que aun se hace de nuestra única responsabilidad, la sociedad argentina alentó, apoyó y aun apoya conductas que llevaron a nuestra decadencia, sin ir más lejos la responsabilidad del gobierno actual no es determinante pero obviamente lo incluyen, no solo no lo asume sino que celebra con júbilo su cuota parte, quizas crea que dando subsidios muchos de ellos no solicitados, regalando cosas, futbol y carreras, bajando exigencias educativas, mintiendo descaradamente (INDEC por ejemplo) ignorando todo tipo de opinión alterna y por sobre todo sus propias conductas deshonestas (la fortuna de la presidente es obscena) sea el camino para detener nuestro declive, la realidad creo le está diciendo que no pero para el gobierno no hay otra realidad que su propio relato, como dijo Criterio hace 2 meses se ha secuestrado la realidad y hoy nos gobierna el relato.
Debemos reconocer los argentinos nuestra responsabilidad como sociedad y hacernos cargo de ella, siempre se está a tiempo de torcer el rumbo pero cuanto mas tardemos mas dificil será y mas duras sus consecuencias
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Estimado Enrique Liberati,
Interesante su imagen de un ómnibus como el Estado que es conducido por un gobierno. Quizás ayude completarla para ver más claramente como funciona la Argentina de hoy.
Desde mediados de la década del 70, varios grupos de maleantes se dedicaron a robar y malvender todas las piezas del ómnibus que pudieron, con total anuencia y apoyo de los conductores del momento. Estos sostenían que “el problema es el ómnibus” siguiendo la doctrina de Milton Friedman, popularizada por un actor devenido presidente de EEUU y lector de Ayn Rand. Acá lo tradujeron como “Achicar el Estado es agrandar la Nación”.
Claro que al principio los pasajeros protestaron, pero “desaparecieron” a unos cuantos miles (bastantes más de los que había “considerado necesario” el primer tirano) y el resto nos callamos la boca. “Guerra sucia” fue el eufemismo usado para defender los “valores occidentales y cristianos”, que finalmente vimos que quería decir la propiedad privadísima de unos pocos y la sumisión de todos.
Por las dudas, como no son zonzos, se ocuparon de dictar leyes de tránsito que legalizaban estos saqueos y sometían a tribunales lejanos cualquier reclamo que algún descolgado pensara hacer en el futuro. “Seguridad institucional” llamaron a esto y también “confianza para los inversores”. Se llevaron hasta la última moneda, como no iban a estar confiados!
Hasta el 2002 a los conductores del ómnibus no les importaba nada, porque en realidad ni siquiera miraban por la ventanilla. Se limitaban a escuchar lo que los personajes del FMI y el BM les decían, mientas los halagaban llamándolos “sus mejores alumnos”. Avergüenza, pero también desde la Iglesia hubo quienes calmaron sus conciencias. Para apagar el ruido que – a veces – volvía a venir de afuera, tiraban “planes” y plomo, a esto lo llamaban “mano dura” y “meta bala”.
Cuando ya ni barranca abajo se movía el ómnibus, el último que ¿manejaba? se tomó un helicóptero y se fue a seguir descansando. Así que medio de casualidad terminó de conductor un desconocido que había salido segundo y con solo el 22% de los votos en las elecciones, a las que tuvo que llamar – porque no pudo agarrarse mejor del asiento – el cabezón que se había trepado al volante.
En ese momento ya no quedaba nada en pié, ni el ómnibus ni el camino, ni nada alrededor. Los argentinos pedían “que se vayan todos”, nadie tenía esperanzas ni ánimo para enfrentar una realidad agobiante. Solo una deuda inmensa y furia en las calles.
Si alguna persona no se dio cuenta que en los últimos años el país ha mejorado inmensamente, debe haberse quedado adentro del ómnibus. Si no lo valora, es porque no tiene memoria del país de donde venimos. Si solo valen las tapas falaces de un poder mediático inmenso – y quién lo dude por favor verifique cifras de circulación y audiencia – en lugar de la simple percepción de la evidente mejor ocupación, salud, educación y bienestar general, creo que es inútil insistir en explicar que el poder no está solo en el gobierno, que el Estado está colonizado por muchas otras corporaciones, que acumular poder es imprescindible para, precisamente, poder gobernar.
Si alguien cree que pudo hacerse mejor, o que otro hubiera sido más capaz, tiene todo el derecho del mundo a pensarlo y quizás tenga razón. Pero esto es lo que hay y con esto tenemos que seguir adelante. Hacer listas de problemas, reales, imaginarios y/o malintencionados no conduce a NADA, es una forma de borrarse, de no participar. Argentinos, a las cosas, no a la crítica destructiva.
En ningún país, ni organización, pueden darse el lujo de descartar personas con experiencia. Es cierto que deben buscarse formas de renovar los gobiernos, pero mucho mejor que trabas a la reelección es la participación política, tan lúcidamente pedida por Juan Carr en la entrevista que cité. No hay mejor forma de renovación que un ambiente de discusión e intercambio de ideas, que lleva inevitablemente a gente nueva a los cargos políticos y técnicos. Yo también quiero gente honesta y capaz en el estado y el gobierno.
Cordialmente,
jc
La cuestión desnuda un aspecto fundamental del llamado progresismo de índole socialista, “nivelar hacia abajo”.
Tiende a que la masa alcance a lo sumo un nivel de subsistencia definido por funcionarios políticos, no a una efectiva elevación del nivel de vida que aleje al trabajador del sistema administrador del poder.
Todo aquel que por cualquier circunstancia adquiera autonomía del poder político, entra en la esfera de “enemigo” del sistema, y por supuesto es desestabilizante para quien ejerce el poder no por vocación de servicio a los administrados, sino para servirse de él.
Cuando el estado propende a la creación de empleo, privilegia el público en detrimento del privado. El empleado público, rehén privilegiado del Estado para sobrevivir, es una de las canteras electorales, si no la principal, del poder político dominante. El empleado público es privilegiado por su condición laboral estable y la razonable posibilidad de alcanzar también para sus familiares un empleo público, desde que generalmente accede a él no por selección de méritos sino en razón de vinculación política.
El sistema además potenciará los adherentes ideológicos y partidarios con la masa de pobres que la ineficacia improductiva de su gestión general engendra, mediante asistencia social caracterizada tanto por su insuficiencia como por la selectividad a quienes alcanza, verdaderos siervos electorales, a quienes eufemísticamente se denomina “clientela”.
En rigor toda actividad privada, se reputa despectivamente de burguesa. La burguesía siempre fue peligrosamente mortal para los adherentes al ideario mesiánico socialista, los artesanos, pequeños y medianos comerciantes, minifundistas o productores medios agrarios, las asociaciones empresarias y los gremios, los clubes, cualquier agrupación privada intermedia, las familias, las clases medias en general, sólo cumplen la función de simples herramientas operativas, denominadas “compañeros de ruta” destinados a ser oportunamente dominados, desechados o eliminados.
Tras alcanzar la supresión de los focos de poder concentrados en los medios de producción de bienes o servicios, vía estatización (socialismo comunista=capitalismo de estado) o aliarse a ellos (nacional socialismo=kartelización nazi), serán los enemigos finales a exterminar pues obstaculizarán la instauración del sistema de dominación totalitaria de TODA la sociedad. No en balde fueron históricamente denominados en la teoría ideológica: “IDIOTAS ÚTILES”.
Por tanto, mientras ese momento llega, el tejido social se convierte en un teatro de operaciones donde el preludio de la feroz lucha final contra esos estamentos sociales se lleva a cabo en todos los “frentes” que ofrece la vida cotidiana. El lenguaje al uso reemplaza el término adversario por el de enemigo. Si la evaluación de los funcionarios del régimen concluye en que la disidencia sociopolítica natural desestabiliza, debe reprimirse; el escenario es de lucha, se militariza, el disidente es enemigo y el adherente a la corriente dominante es “militante”, soldado de la “causa”. Cierta militancia destaca el uso de la prepotencia en el discurso como en sus actos, ejerciendo intimidación sea en los medios de comunicación y en la acción pública. Suele recurrir al insulto, la diatriba, la calumnia y la acción legal sin fundamente alguno. Tampoco desdeña el ocultamiento o la deformación histórica, “enjuiciamientos populares”, publicidad combativa soez o la agresión física y el atentado para intimidar o amedrentar cualquier atisbo de oposición, a la que se le endilga la autoría de ellos y la responsabilidad por los daños emergentes.
No se llega al orden jurídico resultante de la alteración citada por casualidad sino como cumplimiento del designio de tornarlo en el instrumento indispensable para alimentar el poder social, político y económico del Estado, y no de su limitación para preservación de la libertad de los ciudadanos.
Luego, no es infrecuente ver que en su entramado normas ejecutivas de categoría inferior como circulares, resoluciones o decretos suspendan, modifiquen o contradigan normas superiores, de modo que la opinión de simples funcionarios ejecutivos de los que emanan prevalezca sobre lo reglado por leyes o constituciones, o desobedezcan lo ordenado por jueces de cualquier nivel, agravando el panorama previo donde el administrador goza inclusive de injustificadas delegaciones de atributos que corresponden a las legislaturas o a la justicia. También en consonancia, entes federales –aún conservando ese nombre de tales- son simples delegaciones gerenciales del poder unitario central.
El poder político termina siendo el medio de ascenso social y económico. Desde el Estado no se combate la corrupción privada por principios morales o religiosos, pues el Estado NO LOS TIENE. Por ser el poder y árbitro supremo, está en conflicto con tales principios exógenos y por sobre ellos: la única moral que admite es la que proviene de las leyes que emanan de la coerción que es su atributo –las acciones de los hombres no son buenas o malas porque resulten de principios autónomos a los que el Estado adhiera, sino porque simplemente las normas estatales las permiten o prohíben. En consecuencia, la legislación se torna asaz cambiante, cualitativa y cuantitativamente, con criterio de oportunidad política, donde la voluntad del poder ejecutivo prevalece sobre los restantes poderes. Sobre este particular conviene advertir como desde el Estado se promueven nuevos “derechos igualitarios” que derogan definitivamente toda concepción ética, moral o religiosa en el ejercicio del poder. El estado totalitario, del mismo modo con que propende al monopolio o sojuzgamiento de los medios de producción de bienes y/o servicios, aspira al monopolio del negocio de la corrupción en beneficio exclusivo de sus funcionarios. Así, para combatir el narcotráfico, se lo institucionaliza, se lo regula con fines recaudatorios como al alcohol y el tabaco. No se prohibe su consumo «para no judicializarlo» y se ¿pretende? perseguir su comercio. Ni siquiera repara en la contradicción elemental que la habilitación del consumo requiere las etapas previas de producción y distribución. La implosión de la U.R.S.S. ha mostrado con brutal desnudez lo antedicho, al catapultar al conocimiento público en todo el mundo una considerable clase de nuevos multimillonarios, salidos de la «masa proletaria» socialista, super magnates que destinan fabulosas sumas a las más variadas actividades, incluidas las deportivas y de espectáculos.
Sorprende además la pertinaz, ciega y rabiosa crítica contra el único sistema social, económico y político, que ha pesar de su imperfección, como imperfecto es todo lo humano, ha logrado el mejor nivel de vida de la historia para los pueblos donde se lo ha aplicado sin menoscabo alguno de los derechos humanos.
Tuertos de izquierda o derecha en su crítica pasan por alto las tremendas inconsistencias de los modelos que preconizan; se debiera subsidiarlos para viajar como turistas a Moscú, Varsovia, Berlín, Praga, Belgrado, Budapest, Bucarest, Sofía, Pekín, Shangai, Roma, etc., etc. , de modo que la mayoría de sus sufridos habitantes les relaten las «lindezas» que vivieron bajo el nefasto período del desgobierno de tales regímenes sedicentemente igualitarios. Y llama la atención también que cierta clase intelectual, tanto europea como americana de tales vertientes de opinión haya ignorado, soslayado y hasta se mostrase comprensiva de tales monstruosidades.
Se bate denodadamente el parche de la crisis terminal del sistema que mejor desempeño acredita en la historia humana. En contra, ¿que pueden ofrecer como panacea a la humanidad los dirigentes y adeptos del sistema antagónico que hasta hace no más de veinte años estuvo entronizado con mano de hierro en medio planeta?. ¿Qué puede ofrecerle a este país cierta juventud ilustrada y maravillosa que en los años setenta preconizaba tales principios, con apoyo y adiestramiento cubano, y no poseía información del desplome en curso que se haría público y notorio en 1989 en Berlín?: ¿la misma ceguera, que según Jruschov hizo que Fidel Castro hiciera añicos un gran espejo de su despacho, desolado y furioso en la crisis de los misiles, por la supuesta traición rusa a los principios revolucionarios, pues le rechazó el ofrecimiento del martirio atómico del pueblo cubano en pos del triunfo de la causa socialista?. O de eso… tampoco se habla…
Imagino que su frase «Sorprende además la pertinaz, ciega y rabiosa crítica contra el único sistema social, económico y político, que ha pesar de su imperfección, como imperfecto es todo lo humano, ha logrado el mejor nivel de vida de la historia para los pueblos donde se lo ha aplicado sin menoscabo alguno de los derechos humanos.» se refiere al peligro para la democracia que crea el enorme y creciente poder del sistema financiero, que pone gobernantes no electos y condiciona la soberanía de países en Europa y el mundo.
Allí, ha empobrecido a millones y enriquecido inmensamente a muy pocos, nivelando efectivamente para abajo a las mayorías.
Imaginar que el comunismo de los 70 todavía existe y que sea una amenaza, no me parece que tenga asidero.
Cordialmente,
jc
Sr. Juan Carlos:
El sistema social que prefiero, nunca alcanzará una perfección que es utópica para todo el quehacer humano. No obstante, hasta ahora, es marcadamente superior a los que preconizan su desaparición. Como la democracia, también es imperfecto; pero ello no empece propender a su mejoramiento, estudiando el modo de eliminar sus fallas en el mayor grado posible.
Veamos, una cosa es la socialdemocracia europea, catalogada por los teóricos marxistas leninistas con el mote despectivo de mero «reformismo burgués» y otras muy distintas las sociedades «revolucionarias» y «totalitarias» de izquierda, que en nada deben envidiar las matanzas nacionalsocialistas nazis, pues practicaron el exterminio de adversarios a gusto y placer tanto en Rusia y satélites como en China.
Y por el lado del Fascismo… conviene no ignorar que el «Duce» se formó políticamente en Partido Socialista Italiano, integro su máxima dirigencia ocupando el tercer lugar en su nomenclatura y dirigió su rotativo «¡Avanti!», detalle que llamativamente casi nadie cita. Por sus frutos…
Ud. dice: «Imaginar que el comunismo de los 70 todavía existe y que sea una amenaza, no me parece que tenga asidero».
No culpo que no lo vea, ya antes de los 70 Sartre no veía nada malo en Moscú. Tampoco Neruda veía nada cuando como cónsul en Méjico concedía asilo a Siqueiros, luego de su fallido intento de «liquidar» con una ametralladora Thompson a Trotsky, tarea que por último de modo «democrático y progresista» llevó a cabo Ramón Mercader perforando el cráneo del ruso con un «piolet». Claro, debemos ser honestos, como atenuante debemos tener en cuenta que el chileno como todo agente de un servicio secreto tenía dificultad mental y cultural que le impidieron ver lo siniestro.
El comunismo no aparece hoy como peligroso porque su estrepitoso fracaso técnico y su praxis brutal terminaron por asquear a los pueblos donde imperó. ¿Porqué si no, la liberación rusa en la U.R.S.S., sin injerencias extranjeras, fué practcamente incruenta?.
Pero… aunque Ud. no lo crea EXISTE y es una amenaza, tal como el nazismo que aún anima algunas mentes europeas. ¿En qué lugar del arco social, económico y político coloca Ud. al régimen cubano y a sus realizadores? ¿Es ejemplo de alto humanismo democrático el que un verdero revolucionario según el «héroe de camiseta» aquí ensalzado, deba ser «una fría máquina de matar»? ¿Hugo Chávez en Venezuela tiende hacia una sociedad al tipo de la Dinamarquesa, Sueca, Noruega, o su prédica y acciones se identifican con el absolutismo familiar y hereditario castrista?
Cualquier sociedad verdaderamente democrática y sensata debe estar alerta sin descuidar la entidad de las amenazas que estas lacras de la humanidad representan, porque como los tumores malignos siempre se desarrollan a partir de estadios aparentemente insignificantes. Como nos enseña permanentemente el sufrido pueblo hebreo, un nuevo holocausto siempre puede ser posible.
No hace mucho el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación expresó públicamente: No debemos tolerar hoy lo que mañana pueda tornarse intolerable. Viene al caso.
Cordialmente,
Don Juan Carlos:
La moneda superó las limitaciones naturales del cambio en el trueque. La evolución culminó en la banca. De la banca emanó el crédito y el sistema financiero. La eliminación de la moneda fué probada por «progresistas» totalitarios, con resultado conocido. El sistema financiero sólo puede condicionar a quienes hacen mal uso del mismo, endeudándose en exceso.
Para su tranquilidad, en el país estamos «blindados» y a salvo de los males que en el mundo del mismo se derivan.
Estamos desendeudados en relación a nuestro P.B.I. (claro… calculado con dólar cotizado oficialmente «a la carta»), y además con mejor estructura: es mayoritariamente nacional, a tiro de D.N.U. «por si las moscas», para evitar litigios en tribunales internacionales «inconvenientemente sesgados».
Que sólo hablemos del capital adeudado sin intereses accesorios; obviemos las descomunales obligaciones del sistema previsional por la falta de ajuste inflacionario de obligaciones originadas en aportes genuinos, no graciosas, (consecuencia del caso «Badaro»), el atraso en los pagos a proveedores, sea en Nación, Provincias o Municipios; ignoremos a los renuentes del default, y la «mula» a los que aceptaron quita en función del ajuste del remanente por inflación -moderno INDEC mediante-; olvidemos al Club del Paris, los fallos del Ciadi u otros tribunales; «clavemos» al Rey Juan Carlos en mil millones de bastardos dólares, por interceder amistosamente por un ex-presidente para que se le concedieran, para salvar alguna muy urgente escasez de divisas, hoy -gracias a inigualable pericia económica- infrecuentemente abundantes-, son minucias que el satánico y maldito mundo de las finanzas nos permite sin consecuencias: no debe alterar nuestro sueño.
Como el sistema de economía social de mercado, en el que creo a pesar de su imperfección como en mi intervenciones siempre he reconocido y según su comentario es nivelador hacia abajo y nefasto para la soberanía de los pueblos, amablemente le solicito, no con rigurosa enjundia para que no resulte desabrido y/o tedioso, sino con sencillez «cortito y al pie» como dicen los muchachos en la tribuna, instruya mi ignorancia
citando aquel que a su juicio mejor haya satisfecho no sólo sobrevivencia, sino la nivelación hacia arriba, movilidad social adecuada, mejores niveles de instrucción pública, respeto de los derechos individuales sin desmedro de los sociales, separación de poderes y limitación temporal para la duracción de los períodos gubernamentales.
Se refiere al peligro para la democracia que crea el enorme y creciente poder del sistema financiero, que pone gobernantes no electos y condiciona la soberanía de países en Europa y el mundo.
Bien, sí, condiciona a alegres e irresponsables administraciones. En Grecia, España e Italia no ha colocado, al menos que yo sepa a nadie. No serán de su gusto, pero allí Ud. no vota y según Obdulio Varela, los que no están en la cancha «son de palo», no juegan. Los golpes de estado no sólo tienen origen en condicionamientos económicos, sino en contextos políticos débiles e inmaduros. Está muy bien execrarlos. Pero la exquisita sensibilidad contra los golpes institucionales de un tipo, promueve la intervención internacional para reinstalar a mandatarios depuestos, mientras no aparece cuando resultan con origen idelógico distinto: allí debe primar el principio de no intervención.
¡Resulta una dualidad desconcertante!
Por último, recuerdo que no sólo el sistema financiero puede desestabilizar, nombrar o destituir. A la muerte de Iósiv Vissariónovich Dzhugachvili (alias Stalin), uno de los hombres más votado de la historia -como Mao-, lo sucedió Lavrenti Pávlovich Beria: fue «democraticamente» apartado. Décadas después, solito, un diputado de la Duma «borracho», encaramado en un tanque extendía el certificado de defunción de un régimen que obtuvo siempre alrededor del 90% de los votos.
¡Es como mucho… o no!
Estimado Julián,
Personas mucho más capaces que yo coinciden en afirmar que esta etapa del capitalismo global, generador de recesión, pobreza y desigualdad crecientes, conlleva el peligro de engendrar regímenes dictatoriales crueles, similares a algunos anteriores. De modo que efectivamente me preocupa mucho lo que ocurre en otros países, como por ejemplo EEUU, donde el Partido Republicano efectivamente está generando odios y tensiones que van claramente en esa dirección.
Fomentar el crecimiento de sentimientos racistas, xenofóbicos, de intolerancia religiosa, de discriminación social, de inseguridad, de miedo en general, son técnicas de control social que hoy día usa muy activa y efectivamente el poder financiero. Busca dividir a la población en grupos antagónicos y adjudicar las culpas a minorías que mal pueden defenderse. En Argentina basta ver las tapas de los principales diarios para advertir cotidianamente estas estrategias inmorales. Además, les permiten justificar represión y restricciones a las libertades que difícilmente pudieran imponer sin crear estos fantasmas.
Como Ud. pide con una frase bastante larga una respuesta cortita y al pié le comento que basta recordar lo que los economistas llaman los “dorados 30 años” de políticas keynesianas. Lamentablemente, terminaron – mucho más que por la crisis petrolera – con Carter y especialmente Reagan y su slogan “el Estado no es la solución sino el problema”. Esto abrió la puerta para pasar de una economía basada en la producción al poder creciente de las finanzas desreguladas, que han llevado a muchos países hacia su lamentable situación actual. Al respecto, le sugiero leer “Acabemos ya con esta crisis” de Paul Krugman, Paidos/Crítica, 2012.
Nadie sensato buscaría atacar el sistema democrático, que con todos sus problemas es la mejor alternativa para los menos favorecidos. Lamentablemente los poderosos dedican sus esfuerzos a cooptar estados y gobiernos para ponerlos a su servicio, algo totalmente antidemocrático e inmoral. Si Ud. leyera las referencias que he dado en otros comentarios vería hasta donde ha sido capaz de poner a sus personajes en puestos clave, funcionales a sus intereses.
Respecto de mi falta de visión remota, le diré que obviamente las profecías están reservadas a otros temas y personajes, pero para entrever posibles escenarios hacia el futuro, hay que conocer cuales son las ideas que se discuten actualmente.
Hoy se relee y estudia a John M. Keynes, Irving Fisher y Hyman Minsky en círculos importantes del pensamiento económico moderno. Y aunque también “El capital” está entre los best sellers de economía, nada apunta hacia un régimen análogo al soviético, ni en lo filosófico ni en lo político ni, mucho menos aún, en lo económico. Algo ha aprendido la humanidad desde el siglo XIX. Economist’s View el blog de Mark Thoma es un buen lugar para ponerse al día.
E insisto, solo criticar sin participar no es lo que nuestro país necesita.
Cordialmente,
jc
Don Juan Carlos: Ud. se escapa por la tangente y no responde la pregunta que le hice sobre cuál es el sistema que supera en todos los planos a la economía social de mercado. No venga con lo que siembra o deja de sembrar el Partido Republicano de EEUU porque eso sí que no tiene asidero con lo que le he planteado. Tampoco con las fallas de la social democracia con economía de mercado, que me las sé de memoria y son motivo de preocupación en los mundos académicos y políticos democráticos y Republicanos (la democracia es condición necesaria pero insuficiente para la República). La cuestión esencial es de la verdera justicia en los regímenes sociopolíticos, no de las falsas solaridades impuestas coercitivamente por dictaduras de autócratas iluminados dotados de sapiencia distributiva ejercida con bolsillos ajenos, engordando los propios con todal y absoluta impudicia.
Mire, las personas instruidas en economía tienen una visión distinta a la vulgar sobre Keynes. Se trata de un economista clásico que no demolió la teoría anterior. De hecho sólo indagó sobre la desigualdad dinámica entre el Ahorro y la Inversión, las causas de las propensiones marginales al ahorro, la inversión o al consumo y sus efectos sobre el empleo y el interés, con vista a superar los aspectos negativos de la cuestón. No fué el padre del emisionismo a la violeta que sostienen impresentables seudo economistas que por desgracia abundan por estas latitudes. Por otra parte le solicito que indague acerca de si no fué una Ley demagógica del Demócrata Bill Clinton la causante original del alegre otorgamiento de préstamos hipotecarios a deudores sin adecuada solvencia, según los cánones clásicos del crédito.
Para terminar, voy a ser claro con Ud., su postura elusiva resulta, a mi juicio, compatible con el marxismo leninismo, doctrina que sin ambages el Magisterio ha calificado de intrínsecamente perversa. Está en pleno derecho de hacerlo,
como también por mi parte precaverme y advertir sobre el ENTRISMO. Tampoco me convence el kakismo para estómagos delicados.
Cordialmente,
Sr. Julián,
En realidad en sus largas frases se intenta solamente una crítica muy desordenada del gobierno actual, llena de ironías e intercalada con alusiones al marxismo, nazismo y fascismo que no he logrado comprender que tienen que ver con el tema del artículo y/o mis respuestas. Quizás por eso tampoco logro relacionar lo que escribe con las ideas de Erhardt sino más bien con la ultraderecha americana al estilo Heritage o Cato.
Por ejemplo, nada he dicho acerca de que Keynes demoliera nada. Sus aportes permitieron comprender en su momento fenómenos que la teoría anterior no alcanzaba y permitieron sacar de la miseria a millones de personas. Lo que interesa saber ahora es que muchos economistas actuales siguen profundizando sus ideas y también logran dar una luz nueva sobre los problemas actuales. Así funciona la ciencia, no se necesita demoler nada, solo ver las cosas mejor para comprenderlas mejor, claro que con ideas petrificadas puede parecer una demolición.
Es difícil mantener una discusión cuando el interlocutor solo lee lo que quiere leer, pretendiendo descalificar llamando “marxista”, “intrínsecamente perverso”, a quién, firmando con su nombre, simplemente señala que nivelar hacia abajo es lo que ocurre ahora mismo en el mundo capitalista, donde se fabrica miedo para beneficio de un grupo cada vez más pequeño.
Y solamente criticar sin aportar ideas no agrega nada, de modo que por mi parte doy por terminado este intercambio, ha sido más que suficiente.
Cordialmente,
jc
Estimado Julián,
Evidentemente no he podido comprender a que se refiere con “economía social de mercado”, que Ud. menciona una sola vez en su comentario inicial sin describirla, así que tampoco veo donde apoyar la tangente por la cual me estaría fugando.
Como Ud. describe los horrores de regímenes dictatoriales, se explica que a mi vez mencione los juegos del poder financiero, cuyos millones de víctimas no son menos reales que las del Gulag, Auschwitz o Abisinia. Si Ud. duda de la estrategia de generar miedo y división que utilizan permanentemente y de los sufrimientos que así causan, bastaría con leer los informes de Desarrollo Humano de Naciones Unidas por ejemplo o simplemente mirar tapas de diarios como sugerí antes.
Respecto de EEUU y en especial del Partido Republicano, es difícil ver en la historia un fenómeno de captura tan descarado de un sistema político por un grupo limitado de hipermillonarios. Fíjese Ud. que las noticias sobre la campaña informan permanentemente el monto de lo recaudado por cada partido. No es un problema de ideas sino de minutos de aire para engatusar a los votantes. Y después trampear como hizo Bush, algún confundido acá diría que “aprendió de los argentinos”.
La visión de Keynes de hace décadas, que Ud. describe, no es la que se discute ahora, reitero que vale la pena mantenerse al día leyendo algo más que lo que difunde la Fundación Heritage y similares.
Si Ud. cree que eludo y encima que esto es marxismo-leninismo “intrínsecamente perverso”, siga buscando en el Magisterio, en ningún otro lado va a encontrar esta idea.
Antes que me olvide, la KA es una letra, no se come, se estudia y analiza. A veces yo también necesito Reliveran para leer algunas cosas.
Cordialmente,
jc
Don Juan Carlos: Que usted ignore la existencia de la denominada Economía Social de Mercado y que atribuya entidad antisistema capitalista a los aportes macroeconómicos de Keynes, Fisher y Minsky , o a los comentarios del profesor Mark Thoma -de la Universidad de Oregon- sobre la crisis financiera norteamericana, corre de su exclusiva cuenta. Cuando uno lee , interpreta lo que puede. El sentido generalmente admitido por los entendidos para lo publicado es otra cosa.
Está de moda endilgar al capital financiero todos los males del planeta. Sin pertenecer a él, neófitos sin riesgo en su peculio para sus experimentos, pretenden su regulación a placer del racionalizador de turno. Lo que no se imagina es quién racionaliza al racionalizador. Los racionalizadores o dirigistas no acreditan hasta hoy éxitos en la historia económica, más bien estruendosos fracasos.
Los chinos seleccionan anualmente alrededor de mil quinientos de sus mejores graduados en Economía y los envían a perfeccionarse en cursos de maestrías y doctorados en la decadente E.E.U.U. y ruinosa Europa. Parece que para ellos el sistema de economía de mercado que comenzaron a aplicar después de la muerte del sapientísimo Mao, no está moribundo, goza de tan buena salud como los muertos de Don Juan Tenorio.
Siguiendo su recomendación en relación al estudio y análisis de la letra K, prefiero entretenerme con los crucigramas que me enriquecen culturalmente, pues no pocas veces me inducen a recurrir a un buen diccionario o enciclopedia. El material resulta un tanto escaso pues su aplicación es bastante restringida; sólo se utiliza en palabras de origen griego o extranjero, cuya cuantía orilla el centenar en la XXI edición del diccionario de la R.A.E.
Si por K se refiere a algún programa o modelo de gobierno, yo carezco -como tantos otros- de publicación alguna sobre el mismo, salvo su enfática y entusiasta mención como fundamento de medidas, incluso las opuestas a otras tomadas por ellos mismos en sentido contrario, que toman algunos funcionarios gubernamentales.
Por último, lamento las indisposiciones estomacales que le originan ciertas lecturas.
Cordialmente…
Totalmente de acuerdo con el o los redactores.-
Es lo que debiera ser EL ESTADO.-
Y así lo es en los países civilizados.-
En la República Argentina, EL ESTADO está preso, por un lado, de dirigentes políticos de toda procedencia, en su casi totalidad ignaros y corruptos, y por el otro lado, de las camadas o generaciones de empleados «ñoquis» (igualmente ignaros y corruptos) que acceden al estado por obra de aquellos.-
Y es que esos políticos a que me referí NO ACCEDEN a los gobiernos para «CAMBIAR LA COSA» sino para servir a una estructura socio-económica viciosa, perimida e hiperdimensionada.-
Así es como EL ESTADO se desnaturalizó para pasar a ser única y exclusivamente, UNA FUENTE DE EMPLEO -por supuesto que «ñoqui».-
Muchos – aunque no todos – queremos un gobierno y un estado eficientes, honestos, con ideales y poder para llevar adelante políticas para el bien común.
Por eso quizás sería bueno que Ud. participara, que interviniera en política o en funciones del Estado. Que aportara ideas, alternativas y propuestas para mejorar.
También sería una ocasión para conocer como llegamos adonde estamos, comprender las dificultades y ver de cerca a los enemigos que hay que enfrentar desde estos cargos.
Solo criticar no ayuda a nadie, más bien deprime y les deja el camino libre a los peores.
Cordialmente,
jc
Estoy de acuerdo en que no hay que confundir el Estado con los gobiernos. Pero tampoco hay que otorgar supremacía a la técnica, la especialización, los medios. Lo que en política configuraría la tecnocracia.
La dirección de los procesos políticos la pone la política. Es decir, pone los fines a los cuales se ordenan los medios. Para mí es una mala definición decir que la política es el arte de lo posible. Que por otra parte me hace acordar a Menem, que lo repetía permanentemente.
La nota nombra a Jacques Maritain, en «El hombre y el estado». Bueno, no nos confundamos. La razón práctica puede ser tal tanto en el dominio de la técnica (esto es, del hacer), como en el ámbito del obrar (es decir, de la ética). La técnica no es buena ni mala en sí misma. Depende de los fines que se persigan. ¿Quién pone esos fines? ¿Para qué sirve la política? ¿Quiénes gobiernan, los políticos o los técnicos? La justicia, señores autores de la nota, la decide el hombre. Es función de la ética, de las leyes de una Nación. De la razón práctica en su función de discernimiento y de normativa.
Que aquí los políticos deban lograr políticas de consenso con relación a las politicas de Estado, que haya que mantener cualquiera sea el gobierno que llegue al poder, es otra cosa. Y es lo deseable. Pero ese «mesianismo» que la nota parece otorgar a los especialistas me parece fuera de lugar. Y me recuerda lo que pasa con la medicina. En la cual, el médico se olvida de que está ante una totalidad, un organismo, una persona. Un paciente. Y trata un órgano. Lo cual ha conducido a la deshumanización de la medicina. Pero también a que el paciente a veces tenga que defenderse del médico. Que busca diagnosticar lo relativo a un órgano y curarlo. Y se olvida que es un todo. Pero también que al tratar un cuerpo, se alcanza el alma. Al hombre. Por favor, recordemos la teología paulina. Todo es posible, pero no todo está permitido. O no todo es conveniente.
Por lo que llevo dicho se explican tantas obras, tantos gastos, incluso tanta tecnología, que no se sabe a qué fin se ordenan. ¿Por qué? Porque ha faltado un criterio ordenador, que ponga los fines, que establezca las prioridades, que disponga una adecuada justicia distributiva, etc. Es lo que pasa en Santa Fe, con los socialistas. Por ej. con el famoso Puerto de la Música. O con el cachet pagado a Fito Páez, para citar un caso más conocido, que fue un escándalo. Pagado a Fito Páez y otros músicos. Con el alquiler de La Mirage (un inmueble), con el gabinete joven, etc. Todos «inventos» del socialismo. Y reconozco que lo voté a Binner primero, y después a su sucesor, porque tengo otras razones importantes para no haber querido votar al peronismo. Pero ahora los socialistas (en un frente con los radicales, etc.) nos agobian con los aumentos a los impuestos. Etc. Es la política que prioriza lo técnico, lo artístico, etc. (en esa línea dan «trabajo» a la militancia, profesional, especializada, etc). Pero ¿y los recursos? ¿De dónde salen? Eso pasa porque si bien el conocimiento, la técnica, son necesarios, es prioritaria la conducción política, que establezca necesidades, prioridades, dirección. Los medios no pueden ir por delante. Los técnicos no pueden ir por delante. Por delante está la conducción política. Si no, señores autores de esta nota, ¿dónde ponen ustedes los fines en toda acción humana, no sólo en la acción y la conducta política? ¿Por delante o por detrás? Y la acción humana debe ser direccionada por la ética. Si no, profundizar a Jacques Maritain, que fue un filósofo moralista.
Menos mal que, aunque sea en letra chiquita, no chica, sino chiquital, al final se acordaron de la sociedad civil. Y conste que no me gusta recurrir a la ironía. Pero tengo que decirlo.
Ahora, si se trataba de destacar los desaciertos del gobierno nacional (y no sólo de la Nación, también de las provincias), los discursos de la Sra. Presidenta resaltan por lo «épico». Pero la épica no es lo mismo que la ética. La cual permite trazar prioridades, jerarquizar valores, etc. Señalar débitos en términos de bien y mal moral. De justicia o injusticia.
Gracias.
Prof. María Teresa Rearte
Sobre «Medios y fines». A lo que ya comenté, lo dijo el Ing. Jorge Obeid, ex-gobernador peronista de SFe, por dos mandatos, dos veces diputado nacional y una vez intendente de la ciudad de SFe, en críticas declaraciones al socialismo: Después se sumó al gasto, a «las consultoras, los estudios de arquitec-
tura, es una parafernalia de nuevas áreas para justificar el gasto no productivo. Entonce peligran los salarios, empezamos a emitir cuasimonedas (todavía no se hizo en SFe), bonos, se paraliza la obra pública. El problema más grave que afrontó el socialismo al llegar al gobierno es que no tenía plan y cuando no se sabe a dónde se va, todos los vientos son favorables.» (Diario El Litoral de SFe, 11-julio-2012, pág. 5)
La política debe fijar los fines. Pero los políticos deben regirse por la razón práctica moral, o ética. Y esto es Maritain. Lo cual no significa subordinar la política a la ética o a la moral. Sino que debe haber una saludable tensión entre ambas-
La cita del ex.gobernador Obeid no se debe a que yo sea peronista, porque no lo soy. Por el contrario, he votado por el socialismo. Pero pienso que el ing.Obeid tiene razón en este caso.
Otra reflexión, sobre «Medios y fines». ¿En qué se puede pensar ante la posibilidad de la re-reelección de la Presidenta Cristina F.de Kirchner? ¿O la «Cristina eterna», promovida por la diputada Diana Conti?
Con todo respeto, permítanme dejar planteada la inquietud.
También quiero decir que la crisis es política. Y que el binomio política-ética debe ser indisoluble.
Gracias.
Prof. María Teresa Rearte
Con relación a la gestión del gobierno socialista en SFe hay que hacer un punto y aparte. Porque puede ser que hayan gastado mucho. Pero hay que reconocerle logros, que he apuntado en otra ocasión. Sin duda, por ej., dio a los docentes y a la educación lo que ningún gobierno hizo antes. Que se preocupó por la salud. E hizo obra en ese sentido. etc. etc.
Que no hay hechos de corrupción en la provincia. Que el gobierno nacional no cumple pagándole a SFe lo que le debe. Que no salda su deuda con la Caja de Jubilaciones de la Provincia, que no ha pasado a la Nación. QUe la Provincia paga el 82% a los jubilados. Y cumple en tiempo y forma con la clase pasiva. Y así podría reiterar otras cualidades de la gestión socialista. Por ej. en SFe los empleados de la provincia, docentes, etc. han cobrado el sueldo y aguinaldo en término en la actual situación que, bien sabemos, tienen en general las provincias. Y esto sin ayuda alguna de la Nación, porque esta provincia pertenece a un color político diferente del gobierno nacional.
Que SFe es una provincia institucionalmente ordenada. Y en términos electorales ha sido un ejemplo en el país. Estos también son medios en orden a fines, como lo es la educación, la salud, etc.
Conclusión, que la actual gestión no es perfecta. Pero haciendo un balance, no quiero volver al pasado peronista. Tampoco quiero que se traslade a la provincia la forma de gestionar del gobierno nacional. Y ser satélites de la Nación, por eso la provincia se caracteriza por promover el federalismo. Esto también tiene que ver con los medios. Y así sucesivamente.
Gracias.
Prof. María Teresa Rearte
Este artículo de Krugman, citado en un blog interesantísimo, muestra cual es el problema hoy día: la conquista del gobierno por el 0,01% de los más ricos.
Y en Argentina, como en EEUU, estos personajes «Very SELF Important People» están haciendo uso de todos sus recursos, muchos inmorales y falaces, para conseguir que el gobierno sea solamente un instrumento de su vanidad y codicia.
Por suerte, acá todavía no logran fabricar un Partido Republicano y se derrumban una a una todas sus marionetas.
http://economistsview.typepad.com/economistsview/2012/07/paul-krugman-whos-very-important.html
Paul Krugman: Who’s Very Important?
The wealthy aren’t anywhere near as important as they think they are.
Who’s Very Important?, by Paul Krugman, Commentary, NY Times:
“Is there a V.I.P. entrance? We are V.I.P.” That remark, by a donor waiting to get in to one of Mitt Romney’s recent fund-raisers in the Hamptons, pretty much sums up the attitude of America’s wealthy elite. Mr. Romney’s base — never mind the top 1 percent, we’re talking about the top 0.01 percent or higher — is composed of very self-important people.
Specifically, these are people who believe that they are, as another Romney donor put it, “the engine of the economy”; they should be cherished, and the taxes they pay, which are already at an 80-year low, should be cut even further. Unfortunately, said yet another donor, the “common person” — for example, the “nails ladies” — just doesn’t get it.
O.K., it’s easy to mock these people, but the joke’s really on us. For the “we are V.I.P.” crowd has fully captured the modern Republican Party.. And there is, of course, a good chance that Republicans will control both Congress and the White House next year.
If that happens, we’ll see a sharp turn toward economic policies … especially solicitous toward the superrich — I’m sorry, I mean the “job creators.” So it’s important to understand why that’s wrong.
The first thing you need to know is that America wasn’t always like this. When John F. Kennedy was elected president, the top 0.01 percent was only about a quarter as rich … and … paid much higher taxes… Yet somehow we managed to have a dynamic, innovative economy that was the envy of the world. …
What about the argument that we must keep taxes on the rich low lest we remove their incentive to create wealth? The answer is that we have a lot of historical evidence … and none of it supports the view that … tax-rate changes … currently on the table … would have any major effect on incentives. Remember when all the usual suspects claimed that the economy would crash when Bill Clinton raised taxes in 1993?
Furthermore, if you’re really concerned about the incentive effects of public policy, you should be focused … on workers making $20,000 to $30,000 a year, who are often penalized for any gain in income because they end up losing means-tested benefits like Medicaid and food stamps. …
So, are the very rich V.I.P.? No, they aren’t — at least no more so than other working Americans. And the “common person” will be hurt, not helped, if we end up with government of the 0.01 percent, by the 0.01 percent, for the 0.01 percent.
Por lo que leo, los ciberKs no descansan ni con los medios medianos y pequeños y lo que es peor, haciendo como el Sr. Lafosse disfrazándose de católicos comprometidos con la realidad.
Ya resulta cansador el discurso de que venimos mal por culpa a la dictadura militar, del radicalismo, de Menem y de lo que pasó en el 2001…este gobierno lleva 9 años de administración y la situación no solo no ha mejorado sino que se ha vuelto insoportable, tanto política como socialmente.
Quien pretenda decirse kirchnerista y católico, lo invito a reflexionar y si no le gusta que vaya a su arzobispado mas cercano y apostate. La Iglesia Católica tiene mas de 2000 años de historia donde se ha consagrado como bien supremo la libertad del ser humano, pero también tiene sus dogmas y sus reglas; y si a alguna persona no le agradan o no está de acuerdo con ellos; puede irse tranquilamente. De nada le servirá despotricar porque hay dogmas y normas que no van a cambiar, son la esencia de la Igelsia misma. Por ahí podrán encontrar algún otro credo donde se sientan mejor o más cómodos, pero la realidad es ésta: nadie les pone un «caño» en la sien para ser católicos si no están de acuerdo con la praxis, los dogmas de fe y las normas.
No se puede ser kirchnerista y católico, por la sencilla razón que este gobierno es el mas, violento, anti católico y sobre todas las cosas anti valores que ha tenido la Argentina desde el advenimiento de la democracia.
Leyes contrarias al orden natural (esto no solo es católico sino que se han pronunciado pastores, rabinos, sheijs islámicos, reverendos protestantes, etc.) como el matrimonio gay, identidad de género, eutanasia disfrazada de «muerte digna», ahora van por el aborto y muchas leyes más destinadas a destruir los tres pilares de una nación: la Fe, la familia y el amor a la Patria.
En cuanto a pensar que «estamos mal pero vamos bien» ya lo escuchamos hasta el hartazgo en la década del 90 y los resultados los vimos en el 2001.
Dudo mucho que vayamos bien con la exaltación de lo berreta y ordinario que se hace desde el oficialismo, cuando un gobernante en lugar de guardar decoro y compostura dice despectivamente «el pelado ése» a un ministro de un país extranjero, cuando pretende imponer por la fuerza de las cadenas nacionales un cuento tras otro, cuando manda investigar a una persona porque dice que su negocio va mal y que está parada la actividad en su rubro, cuando desde el estado se promueven y financian grupos violentos como los piqueteros de Milagros Salas, D’Elia, Pérsico, Quebracho y otros que apenas aparece un foco de protesta van a destrozar todo para malograr reclamos, cuando desde el estado se financian «barras unidas» y un capo de las mismas se ufana de tener todos los telefonos del poder y haber colaborado con las pasadas elecciones, cuando han destruido el sistema electoral mediante «punteros» que amenazan a la gente si no votan al gobierno y roban boletas opositoras, cuando el sistema electoral está en manos de un Ministerio del Interior que en ese acto soberano tiene la obligación de ser imparcial y confiable, pero implementa sistemas informaticos objetados en todo el mundo, cuando un gobierno haciendo abusos de las mayorías parlamentarias hace aprobar una ley electoral donde en el conteo final no se toma en 100% del padrón sino solo los que concurrieron y votaron a un determinado candidato (con lo cual el 54% si se procediera como en los países serios, se convertiría en un 37-38%), cuando se amenaza y manda la afip a las consultoras que no se doblegan al gobierno emitiendo encuestas y mediciones favorables (100 mil pesos de multa al Dr. Orlando Ferreres por decir la inflación correcta y no la trucha del INDEK), cuando un funcionario amenaza a punta de pistola y guantes de box a empresarios para intimidarlos, cuando un ex jefe de gabinete ahora senador dice que «compra dolares porque se le antoja», cuando un matrimonio presidencial goza de una inmensa fortuna aumentada exponencialmente y jamás han trabajado de otra cosa que no sean políticos en los últimos 30 años lo cual no demuestra que ganaron su fortuna con honra, cuando en un país federal los gobernadores están esclavos de «la caja» como medio de extorsión política ya que en 9 años no se convocó a un consejo federal para elaborar una nueva corparticipación, cuando una presidenta insulta a la oposición y dice que «por el 54% puede hacer lo que quiera», cuando nos imponen países «amigos» que van camino del totalitarismo y que tienen por slogan «patria socialismo o muerte», cuando grupos interesados en no soltar el «hueso» y con guiño del ejecutivo, andan por el país promoviendo reformas constitucionales para una reelección indefinida de la actual presidenta porque les puede mas la angurria de ser partido único de gobernantes eternos que fortalecer la calidad institucional y una democracia en serio…podría quedarme todo el día enumerando realidades. Ahora le pregunto a usted Sr. Lafosse ¿por este camino y con estas acciones vamos bien? Yo no quiero un país donde para ir a visitar unos amigos en Montevideo tenga que darle explicaciones al gobierno y hasta pedir permiso para comprar moneda extranjera, no quiero un país de barrabravas, piqueteros y funcionarios matones (¿cual es la diferencia con «los grupos de tareas»? no desaparecen gente pero obran con igual violencia), no quiero un gobierno destructivo e irrespetuoso de las instituciones, no quiero gobernantes con pretensiones de eternidad ni proyecto de partido único, tampoco quiero cifras mentirosas para no cumplir con compromisos adquiridos, no quiero persecución a opositores, economistas, periodistas y a todo aquel que no comulga con este sistema en marcha al que en privado llaman «revolución» y en público llaman «modelo». Mi sueño es el de un país en que cada mañana me levante para ir a trabajar sin pensar en qué piquete habrá o cual camino estará cortado o si viajaré por tren o colectivo según estén de paro esa jornada, quiero hacer tramites sin que me tengan como loca de oficina en oficina y tarden horas en atenderme, quiero un país donde los presidentes gobiernen sus 4 u 8 años y se vuelvan a su casa por muy bien que estén las cosas, sin reformas ni sucesiones hereditarias, no quiero hegemonías quiero diversidad, no quiero un país de enemigos sino de adversarios, no quiero un país restrictivo y casi similar a la vieja URSS donde para todo había que pedir permiso al estado, y para terminar este largo posteo: no quiero un país de «clientes» mediante planes sociales, sino que a la gente humilde se la ocupe de verdad no en «cooperativas» que son sucursales de unidades básicas.
Por todo lo expuesto llego a la conclusión de que POR ESTE CAMINO NO SOLO VAMOS MAL SINO QUE VAMOS A LA DESTRUCCIÓN DE LA REPUBLICA.
Estimada Millie Bellido,
Comencemos por aclarar algo: yo no me disfrazo de nada ni ofendo a quienes piensan distinto. Quizás para Ud. yo sea «ciberK» porque no estoy en contra de absolutamente todo lo que hace este gobierno, pero realmente esto es solo un prejuicio de su parte.
En el Nuevo Testamento Ud. va a encontrar muchísima más preocupación por los pobres y sus sufrimientos que sobre sexo y matrimonio. Por alguna razón Cristo puso más énfasis en ellos, así que sencillamente me parece que si queremos ser cristianos nomás, debemos hacer lo mismo y preocuparnos centralmente por nuestros hermanos más necesitados, nuestros prójimos. Aclaro también que, de acuerdo a su criterio, no se podría apoyar a ningún partido, ya que los temas que a Ud. le preocupan han tenido acuerdo y apoyo de prácticamente todos sus representantes.
Si Ud. cree que «la situación no solo no ha mejorado sino que se ha vuelto insoportable, tanto política como socialmente» le pediría me explique porqué, ya que todo indicador de bienestar desde el 2003 al presente, oficial u opositor, nacional o internacional, dice exactamente lo contrario.
Los argentinos comprobamos diariamente que estamos mucho mejor y que seguimos mejorando, conscientes de las dificultades propias de una etapa y un mundo especialmente complejos y difíciles. Debe ser así nomás, ya que los implicados votamos masivamente en ese sentido. Y como yo sé estadística y soy serio, computo el 56,4% sobre los votos válidos emitidos.
Yo tengo la sensación de que muchos de quienes tienen sentimientos tan negativos no conocen la realidad de la pobreza, nunca han estado años sin tener trabajo con la terrible desvalorización personal que esto implica y no tienen conciencia de cómo se vive sin la seguridad y la protección que significa tener un capital social que los aísla del sufrimiento y la miseria.
No comprenden la importancia concreta que tiene la política en la vida de los excluidos de la sociedad ni cuanto valoran un gobierno que, con todas las muchas fallas que existen, intenta poner al estado a su servicio.
Toda la carga de rencor, tan visible en su texto, me parece que no se explica por razones solamente materiales. Se perciben atacados valores de pertenencia social. No alcanza conque Ud. pueda o no pueda comprar dólares o que las cifras del INDEC sean mejores o peores que los dibujos de consultoras del sistema financiero, elaborados a medida para uso mediático.
Cuando Ud. habla de “la exaltación de lo berreta y ordinario” me recuerda inmediatamente que en la estación Olivos alguien se ocupa desde hace años de pegar carteles caseros, fotocopiados, que dicen “Kristina K montonera, mentirosa, revanchista, mala, atea y grasa”. Y también la frase de Mario Llambías presidente de la CRA: “Elegimos concentrarnos en el Monumento a los Españoles. De este lado estaremos nosotros y enfrente queda el Zoológico.” Ambas frases son una síntesis del pensamiento discriminatorio de cierto grupo social: la “gente bien” que se siente dueña exclusiva del “bien pensar”, del “buen gusto” y también, obviamente, del poder económico. Y cree que, como dice la publicidad, “Pertenecer tiene sus privilegios”, que van a defender a cualquier costo.
Imaginar que esta etapa es algo así como una revolución marxista es realmente un error de concepto. Incluso los partidos de izquierda “revolucionaria” son opositores tan ruidosos como la más rancia derecha y compiten por cortar rutas y generar los problemas que a Ud. le molestan. Yo valoro en cambio que ahora no tengamos muertos en acciones represivas, una novedad en más de 60 años de historia Argentina.
Repito que hacer listas y largas tiradas de afirmaciones sin fundamentarlas, sin aportar nada más que una sensación de odio visceral, es simplemente borrarse, es no querer participar de la vida de un país que nos necesita a todos.
Cordialmente,
jc
Sr. Lafosse: Por supuesto que siempre los adherentes al régimen K sintetizan todo diciendo imbecilidades como que uno es oligarca, no conoce la pobreza, discrimina, es de la rural, etc etc.
No soy rica, no vivo en Olivos ni me ha sobrado nada en la vida. Simplemente detesto toda forma hegemónica, tramposa y centralista de ejercer el poder. No veo mejoras en la vida de la gente, veo chicos mendigos, veo tristeza, trenes que chocan y hay muertos, narcotráfico, números truchos, funcionarios que se ríen en nuestra cara podridos en plata mal habida, infernales cadenas nacionales típicas de los países bananeros…y veo con preocupación una angurria de permanecer en el poder sin límites.
En ningun momento usted me responde de lo que yo expresé acerca de las medidas totalitarias de este gobierno ¿hay libertad de expresión y se respeta ampliamente al periodismo crítico? ¿hay respeto al derecho de ahorro en la moneda o valor que a uno se le antoje? ¿le importa a esta gobierno la gente pobre o la usa de cliente y la extorsiona como se ha visto en multiples denuncias? ¿le importan los jubilados a los que les vetó el 82% pero les usa los fondos sin límite alguno para sostener sus aparatos políticos y clientelares? y podría seguir haciendo preguntas que seguramente usted no va a responder.
No va a responder porque está embelesado y feliz de ver que gente como yo sufre y hasta piensa en abandonar el país para no ver la destrucción de la Patria. Nada mas anti cristiano y blasfemo que gozar del dolor ajeno, nada mas anti cristiano que sentirse feliz porque le quiten a otros lo que construyó con esfuerzo. Muchas noches he llorado Sr. Lafosse y no me avergúenza expresarlo, muchas noches he sufrido pensando en como este gobierno impone su proyecto pisoteando mis derechos ¿o no es una ofensa lacerante decir «vamos por todo»? ¿qué opina usted de esa frase tan humillante?
Se equivoca cuando dice que me expreso con rencor, sencillamente me expreso con asco y desprecio de este gobierno. No me siento respetada ni siento libertad porque a cada paso me demuestran que son fanáticos e intolerantes, que me quieren convencer «por la fuerza» de lo que como adulta nunca voy a aceptar. Pero lamentablemente ya están motorizando una reforma para la «Cristina eterna» y sueñan con «ir por todo» ¿de qué democracia estamos hablando? ¿qué país prosperó con este estilo de hacer política violento, hegemónico que no da lugar al disenso y que quiere la perpetuación de un personalismo atroz?
Nunca responden el por qué, nunca fundamentan por qué defienden este estilo reventante, hiriente, divisorio, brutal de hacer política.
Le repito, me duele de manera lacerante lo que están haciendo con mi Patria y me han hecho llorar lágrimas de sangre con sus ofensas: porque no soy gorila, ni oligarca, ni nada de esas palabrejas que este gobierno resucitó de una epoca terrible que creíamos sepultada.
Yo quiero ser ciudadana, no esclava de las decisiones de una mujer y su séquito de obedientes. Quiero alternancia de personas y partidos en el poder como en los países normales (tampoco parientes sucediéndose en la presidencia) ¿pido mucho? solo la misma institucionalidad que con mucho esfuerzo y dejando personalismos han alcanzado nuestros países vecinos.
Es simple señor Lafosse: así como ningun país progresa y crece con democracia con hambre, tampoco un país crece y progresa con gobiernos autoritarios y con pretensiones de eternidad. Busque un solo país que haya salido adelante con un presidente que quedó 3 ó 4 periodos, con un partido casi hegemónico y con elecciones que no son confiables ni transparentes. No va a encontrar ninguno.
Siempre fui muy crítica de los que se iban del país en los 80 y en el 2002; hoy día me he puesto un límite: si consiguen la reforma constitucional y esta mujer se queda, me daré por derrotada y me iré con mucho dolor al exilio.
Prefiero el destierro antes que vivir bajo un régimen que planea quedarse muchos años y cierra permanentemente caminos a cualquier alternativa. Es la muerte del sistema republicano.
Hoy por hoy, solo confío en que la justicia de Dios haga tronar el merecido escarmiento sobre estos asesinos de la Patria.
Lo que hace el gobierno nacional, o más precisamente la presidenta de la Nación, con los fondos de los jubilados es a mi criterio un pecado que clama justicia al cielo.
Otro tanto debo decir del impuesto a las ganancias aplicado a los salarios de los trabajadores, e incluso a las jubilaciones. Lo mismo con la discriminación en las asignaciones familiares.
En la Teología Moral católica esa clase de pecados se caracterizan porque encierran «una especial malicia y repugnancia abominable contra el orden social humano.» (A.Royo Marín, Teología Moral para Seglares). Me parece que hay que pensarlo.Que con el recurso al 54% obtenido en las elecciones no se pueden legitimar medidas que son moralmente perversas, no porque lo diga un sindicalista. Sino porque la distinción está fundamentada en la sana razón natural y en las Sagradas Escrituras.
Gracias.
Prof. María Teresa Rearte
Lo que está haciendo el gobierno nacional, la presidenta de la Nación, con los fondos de la Anses para pagar el aguinaldo a los empleados de la provincia de Bs.As clama justicia al cielo.
Mientras tanto los pasivos nacionales siguen con jubilaciones muy bajas. Con deudas pendientes de pago. ¿Hasta cuándo? ¿Nadie va a decir ni hacer nada? ¿La oposición, la Corte Suprema de Justicia, los gremialistas?
¿Qué va a pasar con los jubilados nacionales, los actuales y los futuros? Después los simpatizantes K se jactan de ser la mayoria. Eso decía el señor Juan Carlos Lafosse cuando opinaba en este medio. Que eran la mayoría, menospreciaba a la Dra. Carrió, decía que Jorge Luis Borges no entendía nada de estas cosas que hacen los peronistas. Yo quisiera saber qué dice el Sr. Lafosse frente a este atropello del gobierno central. Se lo pregunto con toda sinceridad y respeto. Pero también le recuerdo que indagaba en mi provincia, para saber qué hacía SFe, e intentaba demostrarme no sé qué, porque esta provincia tiene dificultades, no se las puede negar, pero todavía paga los sueldos, las jubilaciones, paga el 82% móvil, y no recibe ayuda alguna de la Nación, que tampoco paga lo adeudado a la Caja de Jubilaciones de la Provincia que no pasó a la Nación. Ni paga la deuda que tiene con la Provincia.
¿El sr. Scioli todavía piensa en ser candidato presidencial en el 2015? Yo le pido memoria a los argentinos. Y les pido lucidez para comprender el modo de actuar del gobernador Scioli, que evita los enfrentamientos, no confronta, etc. etc.; pero obtiene de mal modo lo que como gobernante no ha sabido lograr para su provincia. Su pasividad es sólo un «método» para conseguir lo que como gobernante no sabe lograr.
Ésta, la del gobierno nacional con relación a los jubilados, es la más clara expresión del abuso de poder con respecto a uno de los sectores más débiles y postergados del país. Como cristianos no podemos dejar de denunciar estos abusos, estas injusticias. Ésta es la Iglesia profética que muchos anhelamos.
Francamente, señores autores de esta nota, ¿todavía a ustedes les parece que los problemas de los argentinos son una cuestión técnica? ¿O es una cuestión política, de perversidad en las más altas esferas del poder, porque estos dineros la Anses no los recuperará más?
Confieso que mientras escribo este comentario siento una profunda indignación, que ni siquiera se alivia con la conciencia de no haber votado a este gobierno. Y haber preferido perder, porque lo sabía antes de conocer los resultados de las elecciones, antes que votar por este gobierno.
Cuando uno ha seguido la vocación docente, y en ella ha elegido enseñar Ética y Teología Moral, siente, percibe, sabe dolorosamente el poder fáctico del mal en el mundo. Y de modo muy cercano, concreto, palpable, en la Argentina actual, gobernada por los k. Lo cual, el poder fáctico del mal, me recuerda la Pasión y Muerte de Cristo. Su cruz sigue pesando sobre las espaldas y las vidas de los jubilados de este país. Sobre los ancianos. En estas realidades se ve el grado de descomposición de una sociedad, de un gobierno, del Estado. Cuando sirve los intereses del poder, en lugar de ponerse al servicio de los más necesitados, que, por otra parte, no piden ningún regalo. Porque el dinero que la Presidenta otorga al gobierno de Scioli no es suyo, no es del gobierno, es de los jubilados. Ganado con los aportes de los
trabajadores. Contrario al derecho que los jubilados tienen sobre esos fondos. Y después la presidenta de la Nación habla de los «derechos humanos».
Yo me pregunto ¿qué nos falta aún por ver, porque el gobierno nacional, la presidenta, tiene mucho tiempo aún de su mandato para cumplir?
Gracias a la revista por este espacio.
Prof. María Teresa Rearte
El reclamo presentado ante la Corte Suprema de Justicia por el gobierno de Córdoba ha puesto en consideración las deudas de la Nación con las provincias.
Santa Fe ya había interpuesto su reclamo durante la gobernación del Dr. Hermes Binner, incluso con el apoyo de los ex-gobernadores peronistas como C.Reutemann y Jorge Obeid. Y con la ausencia del diputado Agustín Rossi, a quien parece no interesarle la defensa de los derechos de SFe, su provincia.
¿Cuántas obras se podrían hacer en SFe si la Nación cumpliera con lo adeudado? La nota enumera una serie de carencias, necesidades, etc. de los argentinos. Para satisfacerlas se necesita la decisión política de poner orden en las obligaciones de la Nación con los Estados provinciales. Eso no lo resolverán los técnicos. Sino quien tiene la obligación de gobernar pensando en todos, que es la Presidenta de la Nación.
La nota «República ¿dónde estás?», publicada tiempo atrás por Criterio es de un gran valor, para clarificar el tema de la división de poderes. Porque a esta altura de la presentación de SFe ante la Corte Suprema de Justicia, ésta tendría que haberse expedido. Sin embargo, las declaraciones del Dr. Zaffaroni trasladaban el tema al ámbito político, excusando a la Corte de dirimirlo. Ahora con Córdoba se dice que se hará lugar a una audiencia de conciliación.
Me pregunto: ¿si las provincias no acuden a la justicia en su máxima expresión, como es la Corte Suprema, a quién recurrirán?
No es tildando de «gorilismo», o descalificando a quienes reclamamos a la Nación el cumplimiento de sus obligaciones, como se van a solucionar las cosas. Esto no es «un mundo feliz». Es un país que requiere el respeto y cumplimiento de la ley, tanto como el funcionamiento de sus instituciones.
Gracias.
Prof. María Teresa Rearte
Voy a ser reiterativa, pero no sólo mi idea sino mi preocupación es, ya que aquí se trata de los medios que el Estado usa y con qué fines, del manejo que hace el gobierno central de los fondos de la Anses.
Por una parte está el tema de las bajas jubilaciones del sector pasivo nacional. Y los juicios con sentencia firme que no paga. Segundo, que la Nación no cumple con las deudas que tiene con provincias como Santa Fe y Córdoba. Un tema que ha saltado a la agenda nacional de modo público, con el caso de Córdoba. Cuando SFe reclamó no tuvo demasiada repercusión.
Tercero, el uso que hace de esos fondos, como ocurrió con la ayuda prestada al gobernador Scioli para que complete el pago del aguinaldo en la prov. de Bs.As. Todo lo cual está poniendo en serio riesgo el sistema previsional. No sólo qué va a pasar con los jubilados actuales, sino con quienes se jubilen en el futuro. Incluso, ¿qué pasa con los aportes que los trabajadores hicieron a las AFJP?
El tema no es menor. Hay que crear conciencia. Cuando el gobierno nacional obtuvo el 54% esto fue una fiesta, a la que muchos no hemos contribuido y no de la que no hemos participado, porque actuamos con responsabilidad y votamos no sólo se pasaba por un buen momento, sin ningún atisbo de previsibilidad, ni en el gobierno ni en ese «54%» que votó a la presidenta.
La ética no es un «recetario» sobre la conducta. Sino la razón práctica como directriz de las acciones humanas. Cuando no se respeta un orden de razón sobrevienen consecuencias contrarias al bien de la sociedad y las personas. Pero incluso aquí el gobierno de la presidenta no está cumpliendo con compromisos contraídos, se niega a reconocer el 82% a los jubilados nacionales, y sigue manejándose a su exclusivo arbitrio con los fondos de la Anses, que no son propiedad de la presidenta, sino fondos que pertenecen a los jubilados.
Esta situación da cuenta del grave desorden imperante, del cual nada bueno se puede esperar. Y mucho de malo se puede temer.
El tema de la nota es de permanente actualidad, aunque corresponda a un número anterior de la revista, por lo cual he retornado a comentarlo. Hay que superar la mentalidad invididualista. Y aprender a preocuparse por uno mismo, lo cual es previsibilidad. Pero también por los otros, en el caso de los jubilados y pensionados el otro más débil, lo cual es solidaridad.
Gracias.
Prof. María Teresa Rearte
El Estado, entre los fines y los medios. Progresivamente nos damos cuenta de lo que persigue el poder central. Y de los medios para lograrlo. Toma su tiempo entender hacia donde va el gobierno, que ha confundido su propio «andamiaje» con las estructuras del Estado. El pueblo tiene que pensar hacia dónde es llevado. ¿Es esto lo que votó el «54%»? ¿Lo previeron antes, los votantes? ¿Se lo preguntan ahora? ¿Asumen algún tipo de responsabilidad compartida con quienes eligieron?
Por eso el periodismo independiente perturba tanto al gobierno. Porque investiga. Porque informa.
Empìeza a haber miedo en el país de los argentinos. Eso pasa cuando se restringen las libertades. Y se percibe que la perversión del bien humano, social, es la injusticia.
Gracias.
Prof. María Teresa Rearte
Con improvisaciones no se gobierna. Para progresar es preciso planificar estratégicamente todos los ámbitos relacionados a la política como ejecutora de medidas que llevarán al bienestar, desarrollo y felicidad del pueblo. Un Pueblo que implemente medios de trabajo, progreso, educación, salud y seguridad, y donde la familia constituya el eje motivador de lo social, cultural, ético y moral que hoy necesitamos-