Las academias nacionales de Medicina, Derecho y Ciencias Sociales, Ciencias Morales y Políticas, Periodismo, Educación y Economía, de la ciudad de Buenos Aires convocaron al “Cuarto encuentro interacadémico” que se llevó a cabo el jueves 15 del corriente en el aula magna de la sede de la A. N. de Medicina.
Una oportuna elección del tema y un objeto de trabajo sumamente sugestivo. A tono con los días que corren, aquí y en otras partes del mundo: “La pobreza, realidad y tratamiento”. Por cierto que no pasaron inadvertidas las recientes nominaciones de premios Nobel a destacadas personalidades de la ciencia que se ocuparon de temas afines. Sin duda una cuestión que preocupa en el mundo entero.
En marcado contraste con la política oficial actual, varios de los expositores dedicaron tiempo a señalar números e identificar cifras referidos a la pobreza y al desarrollo, tanto a nivel nacional como mundial, tal como correspondía a la convocatoria efectuada.
Señalamos algunas pocas de todas las evidencias ofrecidas. La mitad de los chicos son pobres, la mitad de los pobres son chicos. La pobreza engendra mala salud y la mala salud sostiene la pobreza.
Algunas evidencias impactan, como se pudo demostrar con números comparativos con otros países de América Latina: el sistema educativo argentino fomenta la desigualdad. Y hay ejemplos que también impactan: En muchos casos, como en el conurbano, se incumple la ley de educación que manda tener el 30% de los chicos en doble escolaridad: allí, sólo el 2% de los niños está en esas condiciones.
Se llamó la atención de muchas de las enfermedades sistemáticamente asociadas a la pobreza (J. Lemus), como volviendo a enhebrar con las preocupaciones expresadas en los recientes Nobel.
En todo el desarrollo del encuentro se puso en relevancia que la apelación a valores y a principios éticos son inescindibles en este tipo de análisis, y le cupo al primer expositor, A. Rodríguez Giavarini hacer mención a ello.
Hubo espacio para demostrar la reproducción intergeneracional de la pobreza (A. Guadagni) y de tal modo comprender cabalmente la necesidad de políticas de largo plazo y sobre todo debidamente consensuadas (las políticas de Estado).
Pero la reunión no se quedó en aspectos diagnósticos. Hubo diversidad de propuestas a lo largo de las exposiciones y en la mesa final. Quien puso varias notas de optimismo y entusiasmo fue Juan Carr (Red Solidaria), ágilmente entrevistado por Magdalena Ruiz Guiñazú. Su optimismo se basaba en la cada vez mayor toma de conciencia de la sociedad y en el incremento de la acción solidaria que puede observar año a año. Fue quien dijo, para dimensionar globalmente el problema, que es posible terminar con el hambre en uno o dos períodos de gobierno, pero para la pobreza se requieren al menos dos o tres generaciones.
Para ello es necesario grandes acuerdos de convivencia, como condición sine qua non. “Juntar fuerzas, estrechar filas; bajar las barreras, no levantarlas”, decía Ruiz Guiñazú.
Tal como lo expresó hacia el final Rodríguez Giavarini se trata de “concientizar de un problema que todos juntos podemos resolver”. Y a ello había apuntado esta reunión.
Entre los últimos que pidieron la palabra estaba Aníbal Pérez, de 50 años. Se presentó como una persona que esta en “situación de calle” y que participa de un programa de reinserción de la UCA. Ofreció contar, en un minuto y medio, su vida. Hubiera sido de mucho interés escucharlo, ya que momentos antes se había hablado de las personas que viven en las calles, pero la dinámica de la lista de oradores no le dio espacio. Una verdadera lástima. [1]
Además de los nombrados, hubo presentaciones de los académicos Luisa Montuschi (ANCE), Daniel Funes de Rioja (ANDCS), y Jorge Lemus (ANM). Las Academias se comprometieron a subir a sus páginas web las disertaciones.
[1] www.lanacion.com.ar/1836863-evitar-la-desercion-escolar-clave-para-combatir-la-pobreza